Cruce de querellas entre los socios

El administrador dibuja la caída de BQ: pelea accionarial y control "muy débil"

El informe de la intervención judicial hunde el valor de liquidación de los activos a -28,3 millones de euros y señala a los gestores por una "estrategia comercial inadecuada y decisiones de gestión erróneas".

BQ
BQ estaba llamado a ser uno de los grandes baluartes tecnológicos en España.
La Información

Estaba llamado a ser uno de los grandes emblemas del mundo tecnológico. Sin embargo, el fabricante español de dispositivos electrónicos BQ ha protagonizado en los dos últimos años una auténtica caída a los infiernos, que ahora es perfilada por el administrador concursal en un completo informe previo al cierre. En el mismo señala una durísima pelea accionarial, con cruces de querellas entre los diferentes socios y dimisiones al más alto nivel, y una serie de decisiones "erróneas" en un entorno en el que el control sobre la gestión era "muy débil". Ahora, el bufete hunde el valor de liquidación hasta los -28 millones de euros.

¿Qué pasó en ese tiempo? El administrador acepta las razones alegadas por los gestores de la empresa: la crisis del coronavirus; la pérdida de uno de sus clientes clave y el vencimiento del acuerdo de refinanciación por lo que el conglomerado de bancos exigió el pago de casi 17 millones de euros. A esto sumaban un modelo de negocio con problemas estructurales por los escasos márgenes y una "ausencia de una política financiera prudente" y la ruptura de la relación comercial con su accionista mayoritario, los vietnamitas de Vingroup, entre otras. Sin embargo, el actual gestor en la fase de liquidación no cree que sólo eso explique este desplome, tal y como alega en el informe de más de 400 páginas firmado el pasado 16 de abril, consultado por La Información. Habla de una "estrategia inadecuada" y una serie de decisiones erróneas. Y lo más importante: advierte de un entorno de control de la gestión "muy débil". Es decir, los resortes para evitar problemas serios eran cuando menos escasos.

Los problemas surgieron en 2016, con la presión en el mercado de los teléfonos móviles. Pero ese era sólo el primer golpe y el comienzo de ese 'vía crucis'. En 2018 se abrazaron a los vietnamitas Vingroup. Primero con un acuerdo comercial para que BQ fabricara los móviles para todo el mundo de los asiáticos y ejerciera como distribuidor exclusivo en España. Y después con la venta del 51% de las acciones por 35,7 millones, como adelantó La Información en su momento. Implicaba la entrada de casi 18 millones en caja y un horizonte de actividad. Los primeros meses transcurrieron sin problemas. Pero a mediados de 2019 "se pusieron de manifiesto diferencias entre las culturas de trabajo y desavenencias en la relación comercial", apunta el administrador. Unas diferencias que desatarían todos los acontecimientos y marcarían el principio del fin para la española.

BQ facturó unos 32 millones de euros a los vietnamitas en 2018. Y éstos no estaban de acuerdo con esas cifras. Tras la presión y una intensa batalla, se cancelaron facturas por valor de 5,5 millones. Pese a firmar una paz temporal, el enfrentamiento fue a más. A mediados de 2019 sucedieron dos hechos clave. Por un lado, se cesó al consejero delegado y se propuso a un directivo vietnamita, que ni llegó a aceptar el cargo debido a los conflictos surgidos. Por otro, Diana Capital, el fondo fundado por el financiero Francisco Gómez-Zubeldia (exdirectivo de BBVA) que controlaba un 10% de las acciones, interpuso una querella contra Vingroup por delitos societarios como falsedad contable o abuso de mayoría. Tras un primer sobreseimiento del caso, se presentaron recursos. Después ambas partes presentaron sendos arbitrajes que hoy están pendientes de resolución.

Un 2020 para olvidar

Mientras se libró la pugna accionarial, los problemas con la facturación y las cuentas de 2018 continuaron. Se llegaron a reformular hasta en dos ocasiones las cuentas de ese ejercicio y del de 2019 para hacer los ajustes y elevar las pérdidas por los deterioros (7 millones sólo por la obsolescencia de su 'stock' de móviles y la rebaja de esa facturación a Vingroup). Sólo hubo un pequeño rayo de luz en esos años que no se hizo público en su momento: se vendió a Másmóvil la línea de negocio de ingeniería de la sociedad del grupo Deep por 5,7 millones. Era un ligero "balón de oxígeno", pero que duró poco porque la deuda bancaria de casi 20 millones no dejaba de ahogar.

Se negoció una refinanciación y justo antes de la firma del acuerdo Gómez-Zubeldia, de Diana Capital, presentó su dimisión. El pacto con la banca, justo antes del estallido del estado de alarma por la pandemia global del coronavirus, permitió reestructurar el pasivo en tres tramos distintos con una fecha máxima de vencimiento de hasta 7 años. Bankia y BBVA sumaban cuatro de cada diez euros refinanciados. Todo empeoró y había condiciones más que suficientes para el vencimiento anticipado de esa deuda.

Arrancaba un verano de 2020 muy complicado: en junio se decidió a contratar a la firma Norgestión como consultor de gestión interino y a un director general nuevo para "ayudar a reorientar y profesionalizar la dirección". Su objetivo: revisar el plan de viabilidad, preparar uno nuevo y liderar las negociaciones con las entidades financieras. En julio, el principal cliente de BQ sufrió un "incidente de seguridad" en sus teléfonos, por lo que "paralizó repentinamente la compra de terminales y comunicó que cancelaba el contrato de ingeniería y suministro". Era la puntilla.

-28 millones de valor

Después hubo varios intentos de remediar el desequilibrio patrimonial y la inminente insolvencia. No fue posible. La banca pulsó el botón rojo y dieron por vencido anticipadamente el acuerdo de refinanciación exigiendo el pago de casi 17 millones. Eso aceleró la presentación del concurso a finales de diciembre pasado. En febrero se abrió el proceso y se inició la liquidación. Pero, ¿cuánto vale realmente el grupo y todos sus activos? Tras el estudio elaborado por el administrador, insiste en que el valor contable es de -31 millones de euros y el de liquidación -incorporando los costes y ajustes del proceso de liquidación- está en -28,3 millones.

A partir de ahora, se plantean dos alternativas. Como primer sistema se establece el de la venta directa a un tercero. La duración de esta fase es de dos meses. En caso de que no se alcanzase ninguna operación al menos del 50% del valor de los bienes que se pretenden enajenar empezará la subasta pública extrajudicial. Tendrá un plazo de diez meses. Ahora arranca el 'troceo' del que estaba llamado a ser uno de los grandes baluartes tecnológicos del ecosistema español.

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