Frente a Reino Unido

Aena toma aire en México al rozar cifras de tráfico aéreo previas al coronavirus

La concesión controlada por Grupo Aeroportuario del Pacífico anota cifras de pasajeros muy similares a las de 2019. La cifra contrasta con las del resto de aeropuertos internacionales del grupo.

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Maurici Lucena, presidente de Aena.
EFE

Es la concesión menos estratégica dentro del negocio internacional de Aena, pero es la que está registrando mejores datos de tráfico aéreo este verano. Grupo Aeroportuario del Pacífico, propietario de 12 aeropuertos en México -también de otros dos en Jamaica-, está alcanzando niveles previos a la crisis del coronavirus en el nivel de pasajeros e, incluso, en sus respectivas metas económicas. Los datos de esta concesionaria, de la que participaron en el pasado otras empresas españolas como Abertis e Iridium (ACS), contrastan con la experiencia vivida en Luton (Londres) o en Brasil, donde las restricciones a la movilidad están impidiendo el despegue definitivo del grupo.

Los últimos datos de tráfico de Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) publicados este mes de agosto revelaron que los aeropuertos de la red estuvieron únicamente un 1,6% por debajo de las cifras de julio de 2019, es decir, de las registradas antes de la pandemia. Incluso aeropuertos como los de Puerto Vallarta, Los Cabos y Tijuana sí lograron batir sus cifras previas a la crisis sanitaria. En el balance global, según explicó la propia compañía en una nota a sus accionistas, siguen pesando las restricciones desde Estados Unidos, que solicita una prueba negativa de contagio de COVID-19 a todos los pasajeros que pretendan viajar, y Canadá, que hasta el 7 de septiembre no reabrirá los vuelos internacionales para las personas vacunadas.

A los datos de tráfico aéreo le acompañan las cifras económicas. Siguiendo la información divulgada ante la Bolsa de Valores de México, el grupo logró hasta junio incrementar sus ventas y sus beneficios hasta vislumbrar "una recuperación mejor a lo esperado", en palabras de la propia dirección. Las casas de analistas de la región señalaron meses atrás que el grupo estaba entre los favoritos a protagonizar la recuperación entre sus rivales, según medios locales. Las mismas buenas expectativas se extendían a otros gestores aeroportuarios del país como Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA) o Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR).

Las cifras de GAP contrastan con la experiencia de Aena en otras plazas internacionales, en las que además ha incorporado planes de crecimiento en los últimos meses por su voluntad de ganar peso a medio y largo plazo. Los datos depositados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) muestran el caso paradigmático de Luton (Londres), donde el número de pasajeros este verano fue peor que la del anterior. Allí Aena se ha visto obligada a solicitar una dispensa a la banca, con el objetivo de relajar los compromisos de endeudamiento y mantener el control accionarial. La clave del rendimiento dispar entre unos aeropuertos y otros están en las decisiones de las administraciones de los países. Mientras Reino Unido ha sido muy severo con los viajes internacionales, México ha sorprendido por su relajación y facilidades a los turistas, incluso, registrando cifras preocupantes de contagios.

Impacto escaso

Pese a los buenos resultados de Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), su impacto en las cuentas globales de Aena es muy limitado. El motivo: es la concesión que menos pesa dentro del grupo. Aena controla, en concreto, el 33,3% de Aeropuertos Mexicanos del Pacífico SAPI de CV, la sociedad que es a su vez el socio estratégico de GAP. Pero esta compañía, no obstante, únicamente tiene el 17,4% del capital de la concesionaria, por lo que la participación real del grupo español termina siendo más reducida. 

La inversión de Aena en México se remonta a 1999, mucho antes de que saliera a bolsa. Los activos aeroportuarios fueron adquiridos al Gobierno del país azteca en el proceso de privatización. En la aventura empresarial, la compañía presidida por Maurici Lucena llegó a estar acompañada por otros socios españoles. Primero fue Iridium, del grupo ACS, que terminó vendiendo en 2008 su participación a Abertis por 167 millones de euros. La concesionaria catalana se desprendería de dicha compra seis años después por aproximadamente el mismo importe (172 millones de euros) en plena salida del negocio de los aeropuertos.

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