Jordi García, Schneider Electric Iberia

"Desplegar renovables de manera indiscriminada no es lo más competitivo"

Apuesta por una estrategia de desarrollo de tecnologías 'verdes' y resto de medidas de descarbonización en la que los principales ejes sean el almacenamiento, la flexibilidad de la demanda y la interconexión hacia el exterior.

Jordi García, vicepresidente de las divisiones de Digital Energy y Power Products de Schneider Electric Iberia.
"Desplegar renovables de manera indiscriminada no es lo más competitivo".
Schneider Electric

Jordi García cuenta con 22 años de experiencia en Schneider Electric. Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña, entró en la compañía en el año 2000 como 'product manager' en el negocio de Industria. Desde entonces ha ocupado distintos puestos dentro de la sociedad y actualmente ejerce como vicepresidente de las divisiones de Digital Energy y Power Products. Pone el foco en lograr una mayor flexibilización de la demanda para asegurar el equilibrio y la estabilidad de la red eléctrica en un contexto de pleno auge de las energías renovables. 

Pregunta.- España está experimentando un 'boom' renovable en los últimos años con cientos de proyectos de generación, pero hay voces del sector que se quejan de que se está olvidando la parte de la demanda. ¿Considera que debería ser un 50/50?

Respuesta.- Creo que es interesante tener una perspectiva amplia para desarrollar una estrategia de despliegue de renovables y resto de medidas de descarbonización del sistema energético de una manera holística. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando hablamos de descarbonizar la energía, evidentemente tenemos que pasar por renovables para tener una generación descarbonizada. Lo que ocurre es que ante esta situación se puede hacer de varias maneras y en las decisiones y en la estrategia de despliegue de renovables tenemos que poner en la balanza el eje de la competitividad de país. Entonces, ¿desplegar renovables indiscriminadamente es la manera más competitiva de ser un país descarbonizado? La respuesta es no. El criterio adecuado es unirle al despliegue de renovables el almacenamiento, la flexibilidad de la demanda y la interconexión hacia el exterior.

P.- Acaba de decir las tres cosas en las que España más necesita avanzar: almacenamiento, dotar a la demanda de una mayor flexibilidad y aumentar la interconexión con el resto de Europa a través de Francia.

R.- A mi entender, la sensibilidad por el despliegue del almacenamiento y por ampliar la interconexión es bastante evidente, con toda la dificultad que ello conlleva. Donde veo menos voluntad, aunque es cierto que tiene más complejidad, es en el desarrollo de la flexibilidad de la demanda. Y para mí es un eje clave para la competitividad como país. Creo que cuanto antes se desplieguen los mecanismos de flexibilidad para que se den las señales de precio adecuadas en el mercado, antes empezarán las empresas a invertir en conectarse a este tipo de servicios de que puedan dar tanto las distribuidoras como la red eléctrica.

P.- Supongamos que lee esta entrevista alguien que no sabe nada sobre energía, ¿a qué se refiere concretamente cuando habla de flexibilidad de la demanda?

R.- El problema de integración de las renovables es que son intermitentes, es decir, cuando hay viento genera la eólica y cuando hay sol produce la fotovoltaica. Es algo que no podemos controlar y en este punto nos encontramos con algo que nos es muy difícil ahora mismo, almacenar energía, lo que supone que no podamos regular esas centrales. Entonces, si nos sobra energía, tenemos que cortar y desperdiciar energía que podríamos estar generando y consumir. Y a veces no nos llega con renovables y tenemos que complementar con ciclos combinados y nuclear, que normalmente dan la base de consumo. ¿Qué ocurre? Que para conseguir este equilibrio, históricamente se ha hecho siempre desde el lado de la generación, pero hoy en día la tecnología nos permite que también se haga desde el punto de vista de la demanda. Es decir, podemos poner en marcha mecanismos de mercado que lo que habiliten sea que tanto los particulares como las empresas, en un momento determinado, consumamos menos a petición del gestor de la red, que es Red Eléctrica, porque resulte que no sea rentable inyectar más electricidad a la red o simplemente no tengamos la capacidad de generar más.

P.- Las redes eléctricas son protagonistas y son el tema de moda en el sector, que demanda una mayor retribución regulada y aumentar las inversiones. Ante una integración masiva de renovables, el auge del coche eléctrico, soluciones como la bomba de calor... ¿Está preparada España para todo lo que viene?

R.- El punto de partida de España es muy bueno porque tenemos una red muy estable. Lo que nos falta es un mayor grado de digitalización. Por ejemplo, la parte de baja tensión de la red de distribución tiene un recorrido en cuanto a digitalización que es brutal. La parte de media y alta tensión está muy digitalizada y tenemos una red muy moderna. No obstante, es un reto toda la electrificación que se viene.

P.- ¿Qué puede aportar Schneider Electric en este reto?

R.- En Schneider Electric tenemos un porcentaje muy alto de soluciones que dan respuesta a las demandas para el despliegue de la flexibilidad e integrar a los consumidores en el sistema eléctrico, tanto a nivel de red, como a nivel de detrás del contador y a nivel de operación de los agentes que van a gestionar esta flexibilidad, que son básicamente los agregadores de demanda. La tecnología ya existe y desde Schneider somos capaces de proveerla.

P.- ¿Considera que se ha empezado la casa por el tejado y debería haber primado primero la preparación de la red antes que el despliegue masivo de renovables?

R.- No lo diría así. Es importantísimo la integración de renovables para la descarbonización del sistema. Para mí es más realmente una cuestión de oportunidad. Es la oportunidad que tenemos de que complementemos la generación, almacenamiento y flexibilidad. Tenemos la oportunidad de hacerlo mucho mejor que no solamente integrando renovables. Y hacerlo mejor quiere decir hacerlo de manera más competitiva. Así hará falta una menor inversión y vamos a conseguir el mismo resultado en cuanto a descarbonización del sistema eléctrico.

"Todo empieza en el Internet de las cosas"

P.- ¿Cómo es de importante el Internet de las Cosas en la transformación energética actual?

R.- Todo empieza aquí. En el Internet de las Cosas empieza toda la digitalización del sistema eléctrico. Al final el Internet de las Cosas lo que nos permite es que haya dispositivos que además de hacer su función, ya sea leer energía o hacer de protección eléctrica, es recopilar información para tratarla en tiempo real o con una cadencia más larga en el tiempo para analizar y poder así tomar mejores decisiones, incluso aplicando inteligencia artificial. El Internet de las Cosas lo que nos permite tener información de campo, contextualizada, verdadera y sin errores. Sin Internet de las Cosas no hay digitalización de la red.

P.- ¿Dónde cree que todavía hay aún más recorrido por explorar?

R.- Destacaría todo el recorrido que tenemos todavía detrás del contador. Un muy buen ejemplo de inteligencia artificial aplicada a gestión de la red son lo que llamamos las 'microgrids', que al final no es más que un despliegue tecnológico que se hace detrás del contador, ya sea en industrias o en edificios, que lo que te permite es optimizar tu energía para reducir al máximo los costes y que la energía sea el máximo descarbonizada. Las 'microgrids' funcionan por inteligencia artificial y les entran señales de mercado de acuerdo a tu tarifa, la previsión meteorológica y otras señales de precio de los servicios de flexibilidad. Al final resulta en una gestión óptima de tu energía en cuanto a generación, almacenamiento y de cargas detrás del contador. Sin inteligencia artificial, esto hoy no podríamos hacerlo. Las 'microgrids' permitirán a las empresas ser más competitivas, más eficientes y ahorrar en la factura de la luz.

P.- ¿Hay un interés creciente por parte de las empresas de soluciones como esta?

R.- El despliegue no está yendo a la velocidad que nos gustaría. ¿Por qué? Porque nos falta una señal muy importante, que es la señal de los mercados de flexibilidad. Ahora mismo, las baterías, que por cierto están insuficientemente subvencionadas, hacen que una instalación de 'microgid' que cuenta con almacenamiento tenga un retorno de la inversión en muchas ocasiones demasiado largo y los ahorros demasiado bajos. En el momento en el que despleguemos los mecanismos de flexibilidad, estamos convencidos que la inversión en 'microgrid' se dinamizará muchísimo, porque el retorno de la inversión se acortará y será mucho más palpable.

P.- ¿Espera que llegue este año la flexibilidad de la demanda de la que habla?

R.- El despliegue de la flexibilidad como la esperamos, a gran escala gracias a los agregadores independientes de la demanda, todavía no será una realidad en 2024. Y esperamos que sea en 2025.

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