A la cola en despliegues

Ericsson se pone la venda por el retraso en el 5G y exige más dinero al Gobierno

El gigante avisa del riesgo de quedarse atrás por falta de inversión y cifra en 1.700 millones el desembolso necesario. El Ejecutivo sigue sin mover ficha sobre un potencial veto a Huawei y avanza en otras gestiones.

Ericsson ha sido desde 2018 el mayor accionista de Ezentis
Ericsson exige más dinero público para el despliegue de 5G.
L. I. / Archivo

Ericsson vuelve a avisar sobre el incierto futuro del 5G. El gigante sueco se pone la venda ante el retraso que sufre el despliegue de estas redes ultrarrápidas en España frente a otras grandes potencias como Corea, China o Estados Unidos. Exige más dinero público -y privado- hasta superar los 1.700 millones de euros para acelerar en los próximos años la puesta en marcha de esta infraestructura y así poder explotarlas comercialmente con servicios añadidos. El proveedor de red dirigido por Andrés Vicente pone el foco en el menor avance de las redes en las bandas de espectro medias, que son mejores para mejorar la cobertura general en exteriores, pero que tienen un mayor coste y complejidad para expandirlas desde las operadoras.

El 5G tendrá tres autopistas por las que circularán: la banda de 700 Mhz; la de 3,5 Ghz, y la de 26 Ghz. Las tres combinadas y desplegadas son las que permiten explotar todas las ventajas, desde el tiempo mínimo de respuesta hasta la velocidad de las conexiones. La primera (700 Mhz) fue la última en ser subastada por el Gobierno. En 2021 se entregaron a Telefónica, Vodafone y Orange sus propios 'carriles' en forma de bloques de frecuencias. Pagan por explotarlas y además tendrán obligaciones de cobertura para llegar al 100% de la población en 2025. Pero la de 3,5 Ghz no tiene esas exigencias, pues cuando se licitaron no vinieron acompañadas de esa condición. Y es la que más retraso tiene a futuro. Es la más cara y más lenta, pues hay que instalar antenas nuevas y con una mayor complejidad técnica, según explican fuentes del sector.

Esto hace que, según Ericsson, haya una previsión de que en las dos próximas décadas el despliegue del 5G a través de 3,5 Ghz se quede en el 53% de la población española. Hay que tener en cuenta que esta 'carretera' es la que permite una mayor cobertura global y la que abre la puerta a usos en las ciudades más allá de los interiores de edificios -para lo que es más útil la de 700 Mhz-. Este retraso es el que puede dejar a España a la cola entre las grandes potencias, junto con otros de los grandes países europeos. Desde Ericsson advierten que se está a tiempo de revertir la posición, con España y Europa "a siete años" de diferencia de otros mercados más maduros tecnológicamente.

La inversión necesaria para desplegar toda la tecnología 5G, entre esas tres principales carreteras, implicará durante las dos próximas décadas un desembolso de 14.500 millones de euros por parte de las operadoras, según los cálculos de Ericsson. Es una cifra sensiblemente superior a la que habían planteado algunos de los grandes operadores. El hoy presidente de Vodafone, Antonio Coimbra, aseguró a mediados de 2020 que se necesitarían unos 10.000 millones para tener un despliegue completo. Pero con esa cantidad se dejaría casi la mitad de la población sin cobertura con la banda de 3,5 Ghz. Desde Ericsson se cifra en 1.700 millones de euros la inversión 'extra' para cubrirlo. Y reclama que sea aportado por el Ejecutivo a través de subsidios y directamente por las operadoras. 

"Con poco dinero incremental el escenario sería radicalmente distinto; hay que empujar a una cobertura oblicua", asegura el consejero delegado de Ericsson. El otro factor relevante es conseguir que llegue a España más allá de pilotos no comerciales el 5G 'independiente', es decir, el que tiene todas las partes con tecnología nueva y no se apoya en el 4G. Es lo que se conoce en el argot como 'Stand Alone' y permite explotar todas las características de estas redes. El salto es también muy complejo. En España aún no ha llegado. China y EEUU fueron los primeros mercados en los que se lanzó, seguidos de lanzamientos comerciales en otros como Australia, Japón o Alemania.

Ericsson avisa que dar una ventaja "de siete años" a potencias como China o EEUU "reforzará su dominancia en la capa de servicios" sobre ese 5G

Lo relevante de este retraso en el despliegue es, precisamente, el hecho de que el resto de grandes potencias sí que están acelerando. "Europa está abriendo una brecha con China y EEUU, que compromete mucho su futuro en servicios", explica Vicente. Éste insiste en que si se le da una ventaja de siete años "reforzará su dominancia en la capa de servicios" prestados sobre estas redes ultrarrápidas. Si compañías americanas o asiáticas especializadas en herramientas como el coche conectado, el internet de las cosas para tareas críticas o la automatización industrial acceden a estas redes antes que sus homólogos europeos contarán con una ventaja clara para hacer todas las pruebas y todos los pilotos antes de lanzamientos comerciales.

Críticas al Gobierno

Ericsson es una pieza clave en esta ecuación del 5G. Con Huawei retirado de los contratos clave para el despliegue de las principales operadoras de telecomunicaciones en España se convierte en la referencia, por delante de otras como Nokia o firmas con menor presencia como la propia Samsung. En los últimos años ha mantenido un perfil muy duro contra el Gobierno. Pero desde el estallido de la pandemia ha rebajado el nivel. No sólo en las palabras de Vicente, que exige más dinero público pero aplaude el intento del Gobierno por agilizar los despliegues, sino también en el informe anual recién presentado en el Registro Mercantil.

En las últimas semanas, el Ejecutivo ha recibido críticas de actores de la industria por las ayudas públicas para el despliegue de 5G rural bajo el programado llamado 'Único', dotado con un primer paquete de 150 millones. La razón: sólo contempla la subvención para la construcción de la torre -lo que se conoce como infraestructura pasiva- y no para toda la tecnología activa, algo que se convierte en un sinsentido para las telecos. Desde Ericsson explican que el problema ha sido el contrario: España fue pionera y arrancó el proceso antes de que se llegase al consenso en la UE de que tenía sentido subvencionar todo. Respecto a la ciberseguridad, el departamento dirigido por Nadia Calviño ultima un mapa de zonas críticas que estarán vedadas a proveedores calificados como de alto riesgo -entre los que podría estar Huawei-. Esa calificación aún tendrá que esperar para más adelante.

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