PwC se queda al mando

La familia Zamácola lleva a concurso su cadena de ropa infantil Neck & Neck

La compañía del presidente de la patronal textil presenta concurso voluntario ante el golpe de la covid-19 y la ausencia de comprador. El nuevo administrador buscará interesado para la unidad productiva. 

Neck & Neck
Imagen de los exteriores de una tienda Neck & Neck. 
Neck & Neck

La familia Zamácola ha presentado concurso de acreedores para su cadena de ropa infantil Neck & Neck. La compañía, adquirida hace casi una década, atravesaba problemas en los últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia del coronavirus. La solución pasó primero por llegar a un acuerdo de refinanciación con la banca y, después, por la búsqueda de un comprador. Esta segunda parte finalmente no ha llegado a tiempo y la cadena ha quedado en manos de un nuevo administrador concursal, PwC, quien controlará todo el proceso que se abre para las próximas semanas, en las que podría aparecer un interesado por la unidad productiva de la compañía.

De acuerdo a la documentación consultada por La Información, la sociedad matriz de la compañía, Neck Child SA, presentó concurso a finales del pasado mes de octubre, fecha en la que el Juzgado de lo Mercantil número 15 de Madrid abrió el proceso para que los acreedores de la compañía comuniquen sus créditos durante los siguientes 30 días (artículo 257 de la Ley Concursal). Aunque fuentes de la compañía explican a este medio que durante los anteriores meses se ha buscado un comprador, el mismo documento judicial refleja que "el concursado ha solicitado la liquidación de su patrimonio". 

La petición de Neck & Neck llega en pleno repunte de los concursos de acreedores tras la caída de la moratoria concursal y la entrada en vigor de la nueva ley, que busca con su nuevo espíritu que este tipo de procesos no terminen automáticamente en una disolución. Los últimos datos recopilados por Axesor revelan que el comercio, junto a la construcción y la hostelería, encabezan el ranking de sectores en nuevas peticiones de concursos, hasta representar más de la mitad del total. El crecimiento en octubre fue un 40% superior respecto al mismo periodo del año 2020. 

Con aproximadamente 200 empleados, Neck & Neck ha sido una cadena de ropa infantil que ha protagonizado una gran etapa de expansión en la que empezó a mirar de tú a tú gigantes textiles como Mayoral, para pocos años más tarde empezar a atravesar turbulencias. Hace casi diez años inició una apertura internacional por el sudeste asiático, con la entrada en Tailandia y Singapur. En 2018 ya estaba presente en 17 plazas, entre ellas Estados Unidos, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, China e Italia. Hoy muchos de estos puntos de venta han cerrado, el perímetro se ha redimensionado y la situación es bien distinta.

El punto de inflexión de la compañía llegó justo semanas antes de que estallara la crisis sanitaria por la covid-19, con el acuerdo de refinanciación con el pool de bancos acreedores (Banco Santander, Deutsche Bank y Bankinter, entre otros). El acuerdo se sometió a intervención judicial y se saldó con la reestructuración del pasivo y la entrega de nuevas líneas de crédito. Pero este acuerdo frenó el acceso a líneas avaladas por el ICO una vez llegó la pandemia, lo que llevó a la compañía un estrangulamiento financiero y a activar el modo supervivencia desde entonces.

Las últimas cuentas del Registro Mercantil revelan que el 2020, año en el que el covid-19 golpeó su actividad de lleno por las restricciones a la movilidad, la cifra de negocio se redujo en más de un 50%. La compañía se acogió desde entonces a un Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) por causas de fuerza mayor y vio alterado su plan estratégico firmado en 2017, que pasaba por aumentar su presencia en El Corte Inglés, cerrar las tiendas no rentables y lanzar un nuevo modelo de colecciones. 

Cadena familiar

Hasta el cese que se produce con el nombramiento de Pwc, el consejo de administración de Neck & Neck estaba presidido por Eduardo Zamácola, también presidente de la patronal textil Acotex. Zamácola, que ejerce a su vez de consejero delegado de la compañía, ha sido una de las voces críticas contra el Gobierno por la gestión de la pandemia. En una de sus comparecencias en la comisión de comercio y turismo en el Congreso de los Diputados, el ejecutivo advirtió de los cierres masivos que estaban por llegar en la industria ante la insuficiencia de medidas para proteger a las empresas del sector.

El resto de vocales del consejo también son miembros de la familia. Uno de ellos es Enrique Zamácola, su hermano y un hombre conocido por estar al frente de la gestora mexicana Actinver, y otro es Borja Zamácola, director general de la cadena de joyas Aristocrazy, del Grupo Suárez. Otros miembros de la saga se sientan en el consejo de administración y a la vez ocupan cargos ejecutivos, como María Zamácola, directora de expansión de la cadena.

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