El sector hotelero español sigue en auge pese a las caídas de turistas registradas durante este año como consecuencia de la recuperación de los mercados árabes y turco. Los inversores tradicionales del 'ladrillo' lo saben y han vuelto a poner su foco en los alojamientos vacacionales tras la crisis aumentando sus inversiones en este mercado que, a cierre de este ejercicio, se ha situado en casi 4.000 millones de euros, según datos de la consultora CBRE.
Los hoteles se convierten así en 'El Dorado' del inmobiliario fuera de Madrid y Barcelona -las grandes ciudades en las que el residencial y las oficinas se llevan la mayor parte de las inversiones-. De este modo, las provincias en las que el turismo es un gran atractor de ingresos pese a la 'turismofobia' desatada en alguna de estas zonas, como son la costa mediterránea y el conjunto de las islas Baleares y Canarias, consiguen la mayor parte de estas inversiones.
"El sector hotelero es el que acapara gran parte de la inversión fuera de Madrid y Barcelona", señala Lola Martínez-Brioso, directora de Research de CBRE España. "En los primeros años, el sector pujante era el retail -el de los centros comerciales y los locales- pero hemos visto como en los últimos dos años el hotelero es un sector que está acaparando gran parte de la inversión", añade.
En este sentido, desde CBRE confirman que "este año, por ejemplo, Canarias es la comunidad que más inversión está acaparando ligado al sector hotelero, pero lo cierto es que otras regiones como Andalucía o Baleares también están acaparando gran volumen de inversión", señala Martínez-Brioso. "Hay vida y mucha más allá de Madrid y Barcelona", concluye.
En 2017 los números de inversión en esta parte del ladrillo comenzaron a despegar tras la crisis, cuando se consiguió superar la cifra del año anterior en un 83%. Este año los números se han mejorado con respecto a los anteriores y han vuelto a colocar a España en un puesto destacado del mercado inmobiliario con estas cifras en el segmento de los hoteles.
Entre los inversores más activos durante este ejercicio vuelve a aparecer el nombre de Blackstone que, además de en los segmentos residencial y de oficinas, también ha entrado pisando fuerte en el hotelero con la compra de Hispania a través de una OPA. En esta transacción, el fondo estadounidense se hizo con 46 hoteles con más de 13.000 operaciones que constituyeron la mayor operación corporativa llevada a cabo durante este ejercicio.
En cambio, las pequeñas transacciones también han ocupado un lugar importante durante este 2018. La última de estas 'minioperaciones' se produjo hace solo unas semanas cuando la asamblea general de accionistas de la compañía mexicana RLH Properties aprobó la compra del hotel Villa Magna de Madrid al grupo turco Dogus. Una operación de 210 millones de euros que conlleva la incursión en nuestro país de la firma mexicana.
La cadena hotelera Riu -inmersa en las obras del Edificio España- también ha protagonizado operaciones durante este 2018. Hace solo unos días cerraba la compra del hotel Riu Buena Vista, en Tenerife, uno de los mercados más activos del panorama nacional. El hotel estaba siendo operado en régimen de alquiler por la cadena desde 2008, pero ha sido ahora cuando la cadena ha decidido adquirirlo para invertir en su modernización.
Las socimis también se han llevado su parte del pastel. El pasado mes de julio la cadena Meliá vendía a Atom -participada por Bankinter- tres establecimientos en Sevilla, Santa Cruz de Tenerife y Fuerteventura, respectivamente, en una operación valorada en 73,4 millones de euros. Pese a ello, a día de hoy los tres hoteles continúan gestionados por el grupo malloquín, una operación muy común en el mercado turístico.
A nivel internacional, algunas operaciones también han tocado a España. Por ejemplo, el conglomerado empresarial de Louis Vuitton, la francesa LVMH, anunció hace solo unos días el acuerdo de adquisición de la cadena Belmond que cuenta con un hotel de lujo en España, en concreto, en Mallorca, 'La Residencia de Deiá'. Además de este, la operación comprendería la adquisición de activos en una transacción de más de 2.800 millones de euros.
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