Tras año y medio de actividad

La ONU de la Propiedad Intelectual deja el 'notario digital' y libera al sector legal

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ha decidido cancelar su proyecto de legaltech y deja vía libre al sector privado que ordena los derechos de autor para posicionar su tecnología "disruptiva".

Sede Wipo
La ONU de la Propiedad Intelectual deja el 'notario digital' y libera al sector legal. 
Wipo

Si hay un sector que se siente especialmente atraído por el blockchain, es el de las agencias y despachos especializados en propiedad industrial e intelectual. Los principales actores ven en esta tecnología una aplicación real para distintos ámbitos vinculados a la protección de activos intangibles, pero principalmente efectiva a la hora de constituir pruebas de la existencia de una creación. En un entorno como Internet, donde el intercambio de datos es masivo, la preservación de derechos de autor se ha convertido en una prioridad para empresas y particulares, ya sea una creación, una marca o un diseño industrial.

Sin embargo, este potencial se ve limitado a día de hoy por el hecho de no contar con una regulación específica, cuando el mundo de la propiedad intelectual exige una seguridad jurídica prácticamente blindada. De ahí quizás que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) -más conocida entre los profesionales por WIPO, su acrónimo en inglés- decidiera apoyarse en un sistema de sellado de tiempo para lanzar su propio servicio en línea. Un proyecto creado en torno a la idea de constituir una especie de notario digital contra la manipulación en la creación de cualquier archivo digital en una fecha y hora determinadas.

Transcurrido apenas un año y medio desde que anunciara a bombo y platillo la creación de Wipo proof, la "ONU del IP" ha decidido cancelar su ambicioso proyecto y ponerle fecha de caducidad. Según confirman fuentes de la industria, dejará de estar operativo a partir de febrero de 2022, por lo que no llegará a cumplir ni dos años en el mercado. Un paso atrás con el que da por enterradas sus aspiraciones de marcar el camino digital a empresas y usuarios en la protección de los derechos de autor.

La explicación que ha ofrecido la organización para poner fin a su incursión en el legaltech (la tecnología aplicada al sector legal) es que el seguimiento estrecho realizado sobre el servicio de tiempo digital de Wipo proof "ha demostrado que la demanda del servicio se ha situado por debajo de las estimaciones iniciales". Un error de estimación que obligaba a situar el punto equilibrio entre costes e ingresos en el horizonte de una década, cuando se pensó que el proyecto sería rentable desde los primeros años. A esta falta de perspectiva de negocio se une que cada vez hay más proveedores privados que ofrecen servicios similares y poseen un mejor modelo de negocio para expandirlos.

Falta de perspectiva y competitividad

Las fuentes consultadas esgrimen dos razones para justificar este monumental traspiés tras una gran inversión económica. Por un lado, reconocen el valor de la propuesta planteada por WIPO pero, al mismo tiempo, subrayan carencias desde el punto de vista técnico. Más concretamente, por la elección de sellos de tiempo electrónico en lugar de sellados cualificados de tiempos emitidos. Para entender la diferencia entre un sistema y otro, conviene señalar que ambos están expresamente regulados como medio de prueba por el Reglamento de Identificación digital en Europa (eIDAS), pero sólo el segundo goza de una presunción de exactitud de la fecha y hora que indica y de la existencia e integridad de los datos a los que la fecha y hora estén vinculadas.

En román paladino, los sellados cualificados son más completos tanto desde la óptica jurídica como la tecnológica. Y a la hora de pasar de las musas al teatro esto ha supuesto para Wipo proof un golpe de realidad en el mercado, al encontrarse con soluciones más desarrolladas por el simple hecho de combinar varias tecnologías. Una desventaja creciente, dado que la Unión Europea ha reafirmado recientemente su objetivo de situar al viejo continente en una posición de liderazgo e innovación en la aplicación del blockchain en el ámbito político, legal, regulatorio y de financiación.

La WIPO ha reconocido errores de estimación en la demanda y en la tecnología empleada

Así lo señala Amaya Mallea, responsable de consultoría legal en I+D+i de Pons IP. "Hay una firme intención de que se implante de forma amplia por parte de las empresas y las administraciones de los Estados miembros de la Unión, y que se lleve a cabo en paralelo la oportuna regulación legal para que esto sea posible".

Por otro lado, en el mercado hacen referencia a que la política de precios fijada por WIPO no resultaba muy competitiva. Cada huella digital costaba 20 francos suizos (unos 19 euros), cuando las firmas de IP ofrecen varias acreditaciones por este mismo precio. Aunque pueden parecer cantidades bajas, hay que tener en cuenta la dimensión de la industria, donde anualmente se registran cientos de millones de patentes y marcas en todo el mundo, lo que se traduce en sumas millonarias. Prueba de ellos son los ingresos superiores a 800 millones de euros que genera la propia WIPO.

Campo abierto para el sector privado

Si bien WIPO cumplirá con su compromiso de almacenamiento y validación de las fichas existentes durante los próximos cinco años, a fin de facilitar la transición de los clientes a otros servicios, su renuncia deja el campo abierto para que despachos especializados posicionen su propuesta en el mercado. Lo cual supone todo un alivio para muchas firmas, ya que su entrada en el negocio de validación digital encendió las alarmas del sector en un primer momento. Principalmente por la fuerza que se le presume como organización supranacional responsable de establecer los criterios por los que deben regirse los países tanto en patentes como en marcas.

Es el caso de Pons IP, al que el anuncio de WIPO pilló con su herramienta 'Safe Evidence' en el horno. Tal y como reconoce Mallea, "lanzamos nuestra herramienta casi al mismo tiempo que Wipo Proof y entonces pensamos que íbamos por el buen camino con respecto a lo que estábamos lanzando al mercado y ofreciendo a nuestros clientes".

Tras el shock inicial, lo cierto es que la plataforma, basada en la protección de intangibles mediante tecnología blockchain y sellos cualificados de tiempo, salió al mercado meses después y tampoco se vio realmente afectada. "Lo considerábamos un respaldo, porque hacer un desarrollo similar al de una institución como OMPI es buena señal. Además, te permite explicar mejor a los clientes qué tipo de herramienta les estas proponiendo utilizar", concluye esta experta.

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