Mariano Bacigalupo abandona la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para incorporarse a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), según confirman fuentes conocedoras consultadas por La Información. El 'hombre fuerte' de Competencia en materia de energía, y marido de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no acabará su mandato, según las fuentes consultadas, y saldrá del órgano de gobierno del regulador que preside Cani Fernández en breves.
Bacigalupo sustituirá a Juan Manuel Santos-Suárez Márquez en el consejo de la CNMV, según las fuentes consultadas. Este último renovó su último mandato en el organismo que preside Rodrigo Buenaventura en 2018, por lo que debía ser ratificado en el cargo este año. La entrada de Bacigalupo en el supervisor bursátil implica dar carpetazo a la herencia del Partido Popular, al quedar relevados todos los consejeros nombrados a instancias del Gobierno de Mariano Rajoy.
Por otro lado, el sillón que Bacigalupo dejará vacante en el consejo del supervisor será ocupado por María Jesús Martínez Martínez, quien ahora es directora de Energía en la CNMC y un perfil de la plena confianza del consejero saliente. Queda por resolver quién sustituirá a Mariano Bacigalupo en el consejo de la sala de Supervisión Regulatoria, donde más destacable ha sido su labor dentro del organismo regulador.
El expertise de Bacigalupo en asuntos regulatorios ha convertido al consejero en un peso pesado dentro del supervisor al calor del actual contexto de crisis energética. La relación entre Cani Fernández y Bacigalupo se había erosionado desde la llegada de la primera al frente de la CNMC, entre otras razones, debido al empeño de la presidenta en mover al consejero desde la sala de Supervisión Regulatoria a la de Competencia. El hasta ahora vocal de la CNMC se había resistido a dicho traslado.
La presencia de Bacigalupo en el área de Supervisión Regulatoria se había convertido en un foco de tensión dentro y fuera del regulador. Algunos partidos de la oposición han recurrido a este hecho en sus críticas al Gobierno, al apreciar incompatibilidades en las funciones supervisoras de Bacigalupo dada su relación personal con la máxima responsable de política energética. Al hasta ahora 'número uno' en cuestiones energéticas, le quedaban apenas diez meses de consejero y otros tres meses para pasar a la sala de Competencia, de haberse producido el citado trasvase entre áreas.
El reglamento interno de la CNMC había impedido, hasta ahora, efectuar el cambio que pretendía la presidenta de la institución. Este manda que las rotaciones solo pueden efectuarse cada dos ejercicios, produciéndose estos traslados solamente en los años pares, cuando se moverán dos consejeros, uno por cada sala. Esto obligaba a alargar la polémica, al menos, hasta enero de 2023, cuando se haría efectivo el cambio, ya que los relevos se realizan durante el parón navideño. Finalmente, la decisión de Bacigalupo ha zanjado la controversia antes de lo previsto.
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