Ronda en 2024

La startup de salario flexible Payflow levanta 20 millones de deuda con BBVA

La española ronda los 3 millones de ingresos anualizados y espera triplicar en los próximos doce meses. La entidad financiera aporta la línea de financiación con Spark y tiene la posibilidad de convertir en acciones. 

Equipo fundador de Payflow con directivos de BBVA Spark.
Equipo fundador de Payflow con directivos de BBVA Spark.
L.I.

Respaldo de BBVA Spark, la división de financiación para startups de la entidad española. Payflow, la startup que ofrece a grandes corporaciones un servicio para entregar el salario correspondiente a los días trabajados por el empleado, ha captado hasta 20 millones de euros de deuda. La operación permite la posibilidad de contar con una posición accionarial del banco. La compañía tecnológica, que trabaja en una ronda de capital para la primera parte del año 2024, busca acelerar el negocio con una competencia internacional creciente. Se ha fijado como objetivo triplicar sus ingresos anualizados hasta superar la barrera de los 10 millones a finales del próximo ejercicio.

La operación se estructura como lo que se conoce como ABS por sus siglas en inglés. Se trata de una especie de bonos o pagarés respaldados por activos que generen flujo de ingresos. El tope son 20 millones de euros y sólo pueden ser destinados a adelantar esas nóminas a los empleados de las empresas que contratan Payflow. Y aunque se trata de deuda, existe la posibilidad de que la entidad financiera presidida por Carlos Torres pueda tomar una posición accionarial, según explica Benoit Menardo, cofundador de la compañía, en una entrevista con La Información.

Esta financiación se suma a los 12 millones de euros levantados en rondas de inversión y deuda durante los dos últimos años en los que han aterrizado inversores como el fondo español Seaya Ventures y el franco-chino Cathay junto con otros como Wayra (Telefónica). Con este dinero, que hace las veces de circulante, podrán acelerar el crecimiento. Hoy están presentes en España, Portugal, Francia, Italia, Colombia y Perú. Por ahora, más del 50% de las acciones se mantienen en manos del equipo fundador. Pero eso previsiblemente no seguirá siendo así tras la ampliación de capital que esperan cerrar “en seis o nueve meses”.

El modelo de Payflow es el de la retribución flexible. Nació como plataforma que ofrece el adelanto de nóminas como un beneficio (no como un producto financiero con intereses) propuesto por las empresas a sus plantillas. Ellos cobran por número de empleados y no por transacciones a las corporaciones, que son las que se hacen cargo del coste. Según apunta Menardo, para una compañía con unos 100 empleados recibirían en torno a 200 euros de media, aunque el precio depende de la industria o tipología de empleados. Por esa cantidad, Payflow se encarga del adelanto del dinero reclamado por los empleados -de ahí la necesidad de contar con circulante suficiente-.

Esta estructura con un pago fijo por número de empleados genera un incentivo “sano”, según Menardo. Si la empresa paga esa ‘comisión’ y muy pocos trabajadores la usan va a ser beneficioso para Payflow -sin apenas costes-. Si es al contrario, el problema de márgenes se vuelve contra la startup. Esto hace que, según él, el margen bruto del negocio sea superior al 60%. El retiro promedio de salario trabajado pero no devengado a través de su ‘app’ es de entre 50 a 80 euros. El coste inicial es alto, pues requiere de una integración con la empresa. “Tenemos 800 clientes y en el 95% generamos caja”, explica. Entre los que no lo hacen se encuentran algunos grandes clientes que han permitido elevar el número de empleados con su ‘app’ pero que o bien hacen mucho uso de la misma o han permitido mejorar las condiciones económicas para la corporación.

El adelanto retributivo sigue ganando enteros, pero aún sigue siendo muy minoritaria en muchos países en los que se ha establecido una periodicidad -mensual o semanal- en las nóminas. Por eso Payflow ha intentado también introducir otros productos para incrementar los ‘tickets’ de las empresas que los contratan y elevar la barrera de salida. El más destacado es el de la retribución flexible. Es una versión digitalizada del ‘ticket restaurante’ tradicional, con la posibilidad de gastar exento de tributación en comida, transporte, guardería o seguros. Estos son sus dos principales productos (y que generan la práctica totalidad del negocio), a los que ha sumado otros complementarios: uno para formación financiera;, que no rentabiliza otro para ahorro y el último para adelantar las pagas extras (Extraflow).

Los números de la empresa consolidados se encuentran en la matriz estadounidense. Menardo explica que su funcionamiento es como el de un ‘Software as a service’, es decir, las compañías que cobran una comisión por la explotación de una plataforma tecnológica a sus clientes. Ese ‘alquiler’ suele tener una periodicidad anual -con algunos clientes grandes han acordado reducir ese plazo-. Los ingresos anualizados (lo que se conoce en el argot como ARR por sus siglas en inglés) eran de apenas 600.000 euros el año pasado por estas fechas. Hoy se sitúan entre los 2,5 y los 3,5 millones de euros, según el cofundador. El objetivo es situarse en el entorno de los 10 y 12 millones a finales de 2024 y de 20 a 25 millones en 2025.

Como suele suceder en otros verticales del segmento del ‘fintech’, el del pago flexible tiene una competencia creciente y diversa. El cofundador de Payflow explica que existe una directa que son las fintech que ofrecen un servicio similar. Estas suman, según sus estimaciones, unas 140 en todo el mundo, con 17 en México, más de 30 en EEUU y más de una quincena en Reino Unido. “No hay un jugador de EEUU que esté en 40 países como ocurre en otros productos”, explica. En torno a un centenar de esa cifra son firmas que ofrecen el salario bajo demanda como un microcrédito (cobrando comisión al empleado). En torno a 40, entre los que estaría la española, lo hacen como un beneficio más para la plantilla. A esto hay que sumar la pugna indirecta con los neobancos que ya están ofreciendo estos servicios o empresas de créditos instantáneos para comprar como Klarna.

Para seguir manteniendo el pulso en esta batalla por crecer en el mercado la empresa, que cuenta con una plantilla de unas 70 personas repartidas en diferentes oficinas, busca incrementar el capital. Esperan cerrar una ampliación “en seis o nueve meses”. Para esa fecha, los más optimistas hablan de un cierto rebote en la inversión de capital riesgo tras una fuerte corrección vivida durante el último año y medio. Menardo espera que esta ronda sea muy superior a la de 8 millones que se anunció a principios del pasado año.

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