Unicaja Banco finalmente ha trasladado a los sindicatos su plan de reestructuración. La entidad acaba de comunicar a la representación laboral que pretende dar salida a 1.513 empleados y cerrar 395 sucursales, el 37% del total. El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) se concentrará en la red, con 1.005 afectaciones, mientras que las 508 restantes se quieren aplicar en los servicios centrales. Se trata del cuarto gran ajuste de empleo en el sector bancario español este 2021.
Al inicio de la reunión, la entidad se dedicó a exponer las causas que le han llevado a decidir aplicar este ERE. Una de sus justificaciones principales es el contexto de bajos tipos de interés. La dirección del banco ha asegurado que los préstamos se conceden actualmente a un precio más bajo que hace dos años y esto está afectando al margen bruto del grupo. A la vez, han indicado que los gastos aumentan.
El grupo, asesorado por Sagardoy Abogados, también ha planteado la necesidad de aplicar la movilidad geográfica por las salidas que se han producido en despidos anteriores. Igualmente, fuentes sindicales han trasladado que Unicaja Banco tiene la intención de armonizar las condiciones de trabajo entre entidades pero sin incurrir en más costes que los actuales. "Nos oponemos a cualquier proceso que conlleve salidas no voluntarias y exigimos que los compañeros con excedencia pactada compensada procedentes de Liberbank sean incluidos en estos números", han añadido.
El banco que se ha constituido tras la absorción de la antigua caja asturiana mantendrá una posición de referencia en seis comunidades autónomas: Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura, aunque también estará presente en otros territorios como Madrid, Ceuta y Melilla. Previsiblemente será en estas áreas geográficas donde el proceso de ajuste de plantilla y sucursales sea más profundo.
Desde el primer contacto, ambas partes han mantenido el hacha de guerra. Hace dos semanas tuvo lugar el primer encuentro de forma telemática, si bien la comunicación se volvió imposible debido a que se conectaron más de una treintena de personas. La sección sindical afeó a la entidad que en ese momento no trasladara el número de trabajadores que calculaba que le sobra. Unicaja Banco, en cambio, defendía su silencio y condicionaba avanzar sus cifras a que los sindicatos se pusieran de acuerdo en quienes serían los interlocutores. La semana pasada la representación laboral se apresuró a organizarse para poder desencallar las negociaciones.
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