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WeWork se declara en bancarrota y pacta con los acreedores ventas de oficinas

La compañía llega a un acuerdo con el 92% de sus acreedores por el que revisará su cartera de activos y afrontará desinversiones para reducir su tamaño y asumir sus responsabilidades de pago

Interior de una oficina de WeWork en Madrid, Paseo de la Castellana 43
Interior de una oficina de WeWork en Madrid, Paseo de la Castellana 43
WeWork

La empresa de cotrabajo estadounidense WeWork pone el punto y final y se declara en bancarrota. La que fuera la start-up más popular del real estate ya alertó en agosto de sus problemas de viabilidad y dependía de captar nuevos clientes, renegociar el alquiler de los espacios y obtener más capital. En la madrugada de este lunes se acogió al Capítulo 11 de la ley de bancarrota de Estados Unidos ante un tribunal de Nueva Jersey tras años de problemas financieros que la han empujado a tener una deuda de más de 10.000 millones de dólares (unos 9.340 millones de euros).

Fundada en 2010 por el empresario israelí Adam Neumann, la compañía explicó el lunes que ha logrado un acuerdo de reestructuración de deuda con los acreedores que tienen más de un 92 % de sus pagarés garantizados, que incluye reducir su portafolio de arrendamientos comerciales, mientras se centra en "la continuidad de su negocio", según el comunicado. La cartera de WeWork, de acuerdo con Bloomberg, estaría valorada en unos 15.000 millones de dólares.

"Seguimos comprometidos con invertir en nuestros productos, servicios y en nuestros equipo de empleados", señaló el director ejecutivo de la compañía David Tolley, en el escrito.

La empresa, que ofrece espacios de trabajo compartido, agregó que espera poder continuar con sus operaciones a nivel global y aclaró que la decisión de acogerse a la ley de bancarrota no afectará las franquicias de WeWork fuera de EE.UU. y Canadá.

Los problemas financieros de la empresa, que alcanzó a estar valorad en 47.000 millones de dólares en 2019 tras una inyección de capital privado por parte de firmas como Softbank o Goldman Sachs, comenzaron a raíz de la pandemia del coronavirus, cuando el modelo de trabajo remoto comenzó a popularizarse en EEUU.

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