España retira a su embajador en Venezuela tras insultos de Maduro a Rajoy

El gobierno español anunció este viernes la llamada a consultas de su embajador en Caracas después que el presidente venezolano Nicolás Maduro insultara de nuevo al jefe del ejecutivo español Mariano Rajoy, llamándolo "racista, basura corrupta y basura colonialista".

"El gobierno de España manifiesta su más absoluto rechazo a los intolerables insultos que ayer (jueves) el presidente de la República Bolivariana de Venezuela ha dirigido al presidente del gobierno", dijo la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría en rueda de prensa tras la reunión semanal del ejecutivo.

"El gobierno español va a llamar a consultas a nuestro embajador en Caracas. España está preocupada por la situación en Venezuela, es un país que para nosotros es importante", afirmó la número dos de Rajoy.

Y criticó que la actitud de Maduro, "lamentable" e "impropia de las relaciones que tienen que regir entre los gobiernos" se haya "convertido en una práctica habitual del presidente venezolano".

Hace sólo un año, Madrid ya llamó a consultas a su embajador en Caracas después de que Maduro acusara a Rajoy de estar "detrás de una conjura internacional para derrocar el gobierno constitucional" que él preside. En esa ocasión, el embajador estuvo diez días ausente de Venezuela.

Las relaciones entre España y los gobiernos chavistas de Venezuela han sido tradicionalmente complicadas, pero desde la llegada de Maduro al poder en sustitución del fallecido Hugo Chávez se volvieron más espinosas.

La última discordia se originó el jueves, después de una marcha de simpatizantes del chavismo en Caracas contra la Ley de Amnistía para liberar a los opositores presos, que han recibido el apoyo del gobierno español en numerosas ocasiones.

"Racista te dije Rajoy, basura corrupta te dije Rajoy, basura colonialista te dije Rajoy", lanzó Maduro desde la sede del gobierno.

No era la primera ocasión en que se dirigía en términos similares al presidente del gobierno español: en enero lo llamó "intervencionista, racista y colonialista" después de que Rajoy pidiera a sus dirigentes "que conviertan al país en un país libre y democrático".

En julio de 2015, Maduro lo definió como "sicario del pueblo" por una restrictiva ley de seguridad aprobada en España a pesar del fuerte rechazo ciudadano y de la oposición.

Como en ocasiones anteriores, el ministerio de Asuntos Exteriores español convocó al embajador venezolano en España, Mario Isea, por quinta vez desde diciembre de 2014, para protestar.

"El Director General para Iberoamérica le ha trasladado la posición del gobierno español ante esta escalada verbal y la decisión del gobierno español de llamar, en consecuencia, a consultas a su embajador en Caracas", señaló la cancillería en su comunicado.

Isea respondió denunciando una campaña de descalificación del ejecutivo venezolano desde España.

"Hemos manifestado que nuestro gobierno se defiende de un cúmulo muy grande de injurias, de ataques dirigidos desde medios de comunicación y algunos partidos políticos de derecha en España", afirmó al término de la reunión.

"Se han dedicado a desacreditar el carácter democrático de nuestro gobierno con una campaña persistente a la cual lamentablemente se han sumado instancias de gobierno con declaraciones continuas donde practican la injerencia", agregó, según un comunicado de su embajada.

El ministerio español de Exteriores había manifestado también su preocupación por "la grave crisis económica y humanitaria" del país suramericano, que el miércoles decretó asueto los viernes para ahorrar energía ante la sequía ocasionada por el fenómeno El Niño, así como ante su crisis política.

"Pareciera que algunos actores políticos de España no tuvieran problemas que atender, por eso el presidente Maduro con toda razón ha dicho que cada quien se ocupe de sus problemas", subrayó Isea.

Por su parte Pablo Iglesias, líder del partido de izquierda radical español Podemos, algunos de cuyos fundadores fueron asesores del difunto Chávez, consideró que "sería razonable para todo el mundo bajar el tono".

"No es bueno que entre presidentes de dos países que están llamados a entenderse (...) se empleen ese tipo de calificativos", afirmó el político izquierdista español.

"Ojalá entre todos los que representan a sus Estados, el tono fuera diferente y creo que por desgracia en los últimos tiempos el tono de ambas partes no es el que aconseja la cortesia diplomática", agregó.

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