España a punto de poner fin a diez meses de bloqueo político

Los diputados españoles pondrán fin este sábado a diez meses de bloqueo político invistiendo al conservador Mariano Rajoy, quien prometió mantener su rumbo pese a que gobernará en minoría gracias a una controvertida abstención del partido socialista.

La decisión de permitir un gobierno en minoría conservador dejó quebrado al partido socialista PSOE e incluso provocó la renuncia al escaño de su exlíder Pedro Sánchez, desbancado por una rebelión interna por su firme oposición a Rajoy.

Pero al líder conservador, en el poder desde 2011, no le basta con eso. "España necesita algo más que una simple investidura, necesita un gobierno que esté en condiciones de gobernar, no de ser gobernado", dijo en un discurso frente a los diputados.

"No estoy dispuesto a derribar lo construido" en los cuatro años anteriores, advirtió. "Se puede mejorar, sin duda, pero que nadie espere que yo contribuya a su demolición", añadió.

El PSOE se abstiene "para evitar unas terceras elecciones" pero no "para convalidar sus odiosas reformas", le replicó el portavoz socialista Antonio Hernando, advirtiendo que se dedicarán "a vigilar cada paso que dé".

Poco se esperaba esta situación hace diez meses, cuando su Partido Popular (PP) registró su peor resultado desde 1993 y la irrupción de dos nuevos partidos, Ciudadanos (centroderecha) y Podemos (izquierda antiausteridad) dejaron un Congreso muy fragmentado.

En su propia formación, desgastada por la corrupción y la gestión austera de la crisis, algunos se veían sin remedio en la oposición pero la falta de acuerdo entre PSOE, Podemos y Ciudadanos provocó una nueva convocatoria electoral en junio.

El panorama se esclareció entonces para Rajoy. El PP se mantuvo en el primer puesto e incluso se reforzó con 14 diputados más, mientras que el PSOE registró su peor resultado histórico con 85 escaños y Ciudadanos terminó apoyándolo como presidente del gobierno.

Sánchez, que tomó por bandera el "no" a Rajoy, era el último escollo. Pero una rebelión interna en su partido, temeroso de que el bloqueo llevara a unas perjudiciales terceras elecciones, forzó su salida y la abstención de sus diputados.

En la "encrucijada" entre fallar a su partido o faltar a su compromiso con los votantes, Sánchez optó este sábado por renunciar a su escaño de diputado y empezar a trabajar para recuperar "un PSOE autónomo y alejado" del PP.

La división socialista puede evidenciarse de nuevo en la votación, en la que varios diputados prevén desobedecer la disciplina de partido y rechazar la investidura de Rajoy.

Aun así, este debería ser escogido sobre las 19H45 (17H45) gracias al apoyo de sus 137 diputados y los 32 de Ciudadanos y la abstención del resto de socialistas.

Sin embargo Rajoy no lo tendrá fácil para gobernar con 137 diputados de 350.

Nunca un gobierno había tenido tan escaso apoyo parlamentario por lo que se avecina la legislatura "más turbulenta de lo que ha sido cualquiera de las anteriores", estima el profesor de ciencias políticas Pablo Simón.

Aunque prometió diálogo en temas clave como la educación, las pensiones, el empleo o el proceso independentista en Cataluña, dejó claro que no piensa cambiar sustancialmente su política.

"No se puede pretender que gobierno yo y traicione mi proyecto político", aseguró.

Una de las primeras medidas a tomar será el impopular recorte de 5.500 millones de euros en 2017 para respetar el objetivo de reducción del déficit público pactado con Bruselas, rechazado por una gran mayoría del arco parlamentario.

Pero si no puede gobernar cómodamente, Rajoy tendrá la carta de disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones que los socialistas quieren evitar a toda costa, dice Simón.

Además, dispone de mayoría absoluta en el Senado para bloquear reformas que no le complazcan.

La nueva legislatura fue recibida con una protesta en las puertas del Congreso. Miles de personas se concentraron contra una investidura que entienden "ilegítima", fruto del entente entre la "corrupta" élite dominante.

"Va a seguir el mismo gobierno o parecido de los últimos cuatro años, que ha sido nefasto para España", protestaba Carmen López, informática jubilada de 65 años, recordando los recortes en servicios sociales.

Otros, como Darío Gómez, arremetían contra la "traición" de los socialistas. "El PSOE es de los proletarios, no tiene que estar con la clase dominante", afirmaba este comercial de 50 años.

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