HRW: "La pena de muerte tiene un atractivo emocional, pero no hace nada por impedir la violencia contra mujeres"

  • La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha pedido este viernes al Gobierno indio que evalúe nuevas vías de disuasión para evitar los asaltos contra mujeres en el país después de que el Tribunal Supremo ratificara las condenas a pena de muerte contra cuatro condenados por violar y asesinar a una joven en 2012.
EUROPA PRESS

Jyoti Singh, conocida como 'Nirbhaya', tenía 23 años cuando fue violada por un grupo de hombres cuando viajaban en un autobús en Nueva Delhi. Murió dos semanas después en un hospital de Singapur, a causa de las heridas internas producto de la agresión.

Seis personas fueron señaladas por este caso: uno de ellos se suicidó en la prisión, y otro, menor de edad cuando tuvo lugar la agresión, fue condenado a una pena máxima de tres años en un reformatorio. Los otros cuatro fueron condenados a la pena capital, sentencia que el Supremo ha ratificado este viernes.

El abogado de los condenados, AP Singh, ha adelantado que pedirá que se revise la decisión, y ha criticado al Supremo por decidir "colgar a alguien sólo para enviar un mensaje a la sociedad".

El jueves, un tribunal de Bombay ratificó también las condenas a cadena perpetua contra once hombres que violaron a otra joven, Bilkis Bano, embarazada en el momento de la agresión, en el marco de los ataques contra musulmanes que tuvieron lugar en Gujarat en 2002, si bien la Fiscalía pedía pena de muerte para tres de ellos.

La directora de HRW para el Sudeste Asiático, Meenakshi Ganguly, ha asegurado que las "condenas en los casos de Bilkis Bano y Jyothi Sing sirven como medida de reparación y envían un importante mensaje al país acerca de los asaltos sexuales". "Pero pocas mujeres que sobreviven a una agresión sexual sienten que se ha hecho justicia y se recuperan de tales horrores", ha indicado.

"La pena de muerte puede llegar a tener un atractivo emocional, pero simplemente añade crueldad a otra crueldad y no hace absolutamente nada por impedir estos crímenes", ha criticado Ganguly, que ha insistido en que el país necesita tomar medidas que permitan a niñas y mujeres "ir por la calle libremente sin temer ser víctimas de un asalto sexual".

En este contexto, Ganguly ha asegurado que para poder lograrlo, los Gobiernos --tanto el central como los estatales-- deben invertir en desarrollo y adoptar una perspectiva múltiple para evitar y responder a este tipo de agresiones.

Esta perspectiva, ha explicado, debe "combinar" estrategias efectivas de prevención y mejorar la seguridad en lugares públicos. Asimismo, ha instado a las autoridades a "garantizar el acceso a la Justicia sin discriminación alguna", así como el acceso a asistencia sanitaria para mujeres que hayan experimentado estas agresiones.

Por último, ha recordado la necesidad de abordar la "falta de rendición de cuentas" entre las filas policiales y de introducir educación sexual obligatoria en todas las escuelas.

La violencia contra las mujeres en India ha sido un asunto de gran importancia desde la violación a 'Nirbhaya'. Desde entonces, las leyes contra la violación se han endurecido, pero los ataques a las mujeres siguen siendo comunes.

Según la Oficina Nacional de Delitos Registrados, en 2015 se documentaron más de 300.000 agresiones contra mujeres, entre otros violaciones, secuestros, acoso sexual y la crueldad por parte de sus maridos y familiares.

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