Héroes de cuatro patas: así trabajan los guías caninos de la Policía Nacional

Un día con los Guías Caninos de la Policía Nacional
Un día con los Guías Caninos de la Policía Nacional

Greta no deja de mirar a su dueño. Espera la pelota que le darán si hace bien el ejercicio. Para ella es como un juego, pero poco hay de lúdico en la misión que desempeña. Es una heroína de cuatro patas, uno de los guías caninos del Cuerpo Nacional de Policía.

Está especializada en detectar acelerantes, hasta 15 distintos, y su trabajo es clave para determinar si un fuego ha sido o no provocado. Ha ayudado a esclarecer decenas de casos, como el del Windsor o el de Campofrío.

"El problema de la gasolina es que cambia cuando se quema, así que trabajamos con gasolina evaporada a diferentes porcentajes", explica su guía.

Una gota es suficiente para que Greta encuentre una piedra con gasolina diluida al 14%. "Al no tratarse de sustancias ilegales de por sí, siempre que van a hacer una práctica, hacemos una rutina para indicar al perro que a partir de ese momento si tiene que buscarla. Es como un interruptor. Si no se volvería loca señalando todos los coches por la calle", detalla.LINVID20160917_0002

Explosivos, drogas, dinero... y ahora, armas

Greta es solo uno de los más de 100 perros que cumplen su misión en las instalaciones que la Policía Nacional tiene en la Casa de Campo de Madrid. Allí convive con otros animales especializados en detectar drogas, explosivos, dinero, personas escondidas o cadáveres, así como en defensa, ataque o rescate de personas entre escombros. Ahora, además, se quiere añadir una nueva área de trabajo: la detección de armas.

Tras realizar unas pruebas para ver si son aptos, se empieza a trabajar con el perro. Depende del carácter del animal. "Hay perros que son muy sensibles y no valen para ataques, otros muy activos que se destinan a drogas y los más pasivos a explosivos. Nos tenemos que adaptar a ellos. Ellos también a nosotros, pero sobre todo nosotros a ellos", comenta.

Así, por ejemplo, un can destinado a drogas, cuando detecta los estupefacientes, ladra con fuerza, muerde el objeto y lo araña. "No es cierto que se drogue a los perros, ellos jamás entran en contacto con la sustancia. Ellos buscan su recompensa", defiende el policía. Por el contrario, un perro de explosivos se sienta y se queda quieto cuando huele la bomba. Es lógico, de lo contrario podría saltar por los aires.Año y medio para educar el olfato

Educar el olfato de uno de los canes suele llevar entre un año y año y medio. "Cuando te asignan un perro sabes que va a ser un compañero tuyo. Al principio paseas con el perro, creas un vínculo. Nos tenemos que entender el uno al otro. Tienes que hacer que confíe, que supere sus miedos", asegura, aunque añade que lo primordial es siempre que el perro obedezca.

Una vez creado el vínculo, los guías comienzan a jugar con el perro. Por en eso se resume todo: el perro busca olores para obtener su recompensa. Puede ser una pelota, una cuerda... pero siempre con su dueño.

Tal es la relación que se forma entre un can y el policía, que el animal no duda en poner su vida en peligro con tal de defender a su compañero. Un movimiento en falso de un atacante basta para que el perro se lance como una flecha, llegando a sacar a un hombre a rastras de una furgoneta.LINVID20160917_0003Un curso especial para convertirse en Guía Canino

La sección de Guías Caninos lleva operativa desde 1945. Para trabajar ahí, los funcionarios que lo deseen deben realizar un curso que dura unas 20 semanas y que es una suerte de oposición en la que se ven las aptitudes de cada policía para el manejo de perros.

De esta manera, el curso se divide en dos ciclos lectivos, un ciclo selectivo, de 6 semanas de duración en el que se podrá causar baja del curso por inadecuación al perfil del puesto de trabajo al que se aspira; y un ciclo de capacitación, orientado fundamentalmente a la adquisición de conocimientos necesarios para el adiestramiento del perro en técnicas de detección de drogas o localización de explosivos.

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