"Me encantaría ser capaz de convertirme en el que logre la paz entre Israel y los palestinos", ha dicho, en una entrevista concedida al diario estadounidense 'The New York Times'.
"Mucha gente me dice, gente realmente importante, que es imposible, que no puedo hacerlo", ha manifestado. "No estoy de acuerdo, creo que se puede lograr la paz", ha añadido.
En este sentido, ha defendido el posible nombramiento de su yerno, Jared Kushner, como enviado especial para el proceso de paz, asegurando que "podría ayudar mucho".
La semana pasada, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que espera trabajar con Trump "a favor de los intereses comunes de paz y seguridad".
El primer ministro israelí fue uno de los primeros líderes mundiales en felicitar a Trump tras su victoria en las elecciones presidenciales, invitándole a visitar el país.
Poco después, Jason Greenblatt, asesor de Trump, aseguró que los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este "no son un obstáculo para la paz".
"Trump no considera que los asentamientos sean un obstáculo para la paz", ha dicho, en una entrevista a la Radio del Ejército de Israel, agregando que la política del futuro presidente sobre el conflicto palestino-israelí es diametralmente opuesta a la del actual, Barack Obama.
En este sentido, Greenblatt dijo que el futuro presidente "no va a imponer ninguna solución a Israel". "Considera que la paz tiene que surgir de las partes implicadas", sostuvo.
El Derecho Internacional contempla todos los asentamientos como ilegales, si bien Israel diferencia entre aquellos a los que ha concedido permiso y los que no, que son los que se verían afectados por esta legislación.
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