Abdicación. Pp y psoe destacan la “normalidad democrática” de la abdicación del rey

El PP y el PSOE coincidieron hoy en el “ejercicio de normalidad democrática” que supone la aprobación por parte del Senado de la Ley de Abdicación, que hoy obtendrá el visto bueno definitivo del Parlamento.
Así lo dijeron en la Cámara Alta los senadores José Manuel Barreiro (PP) y Marcelino Iglesias (PSOE) durante el debate que tuvo lugar esta tarde en esta institución parlamentaria.
José Manuel Barreiro (PP) destacó que aprobar la Ley de Abdicación es un “ejercicio de normalidad democrática” con el que se refrenda, “una vez más, el pacto constitucional”, que es “una clave fundamental en todo este proceso histórico para la garantía del futuro del país”.
“Estamos orgullosos de este momento, de participar en este momento histórico”, dijo el senador popular, quien expresó la “gratitud y reconocimiento a la figura española del rey Juan Carlos I de Borbón, a su trayectoria, a su compromiso con el país, a su participación en momentos decisivos en la historia de este país”.
No quiso olvidarse de la reina Sofía, cuya “maestría y dedicación” debe ser “merecedora de reconocimiento” y no quiso tampoco perder la oportunidad de expresar la “lealtad” de su grupo parlamentario “a la institución monárquica en la figura del próximo Rey Felipe VI”.
“Su capacidad, su preparación son la mejor garantía que tenemos para el futuro de este país”, dijo y añadió: “La mejor garantía está en la continuidad de la monarquía parlamentaria, que ha demostrado que tiene capacidad de dar estabilidad”.
Por su parte, Marcelino Iglesias (PSOE) manifestó que el hecho de que el Rey “precise del consentimiento de la nación”, expresado a través de sus representantes parlamentarios, es una expresión del “verdadero alcance de un régimen político de monarquía parlamentaria” y “un elemento de normalidad constitucional e institucional”.
Señaló que mientras otras abdicaciones han estado “teñidas de dramatismo y, en algunos casos, rodeadas de circunstancias extraordinarias” y “casi esperpénticas”, “por fin” se produce “una abdicación acorde con el sentido profundo de la soberanía popular, en la que un rey pide y obtiene el consentimiento del pueblo para retirarse”.
No obstante, abogó por reformar en un futuro las Constitución para “afrontar los nuevos retos y dificultes a los que se enfrenta nuestro país, para revigorizarla”.