Alertan de una "década perdida" en la lucha europea antidrogas por la crisis

  • Los drásticos recortes presupuestarios derivados de las dificultades financieras que atraviesa la Unión Europea (UE) por la crisis pueden provocar una "década perdida" en la lucha contra el consumo de drogas.

Oscar Tomasi

Lisboa, 17 dic.- Los drásticos recortes presupuestarios derivados de las dificultades financieras que atraviesa la Unión Europea (UE) por la crisis pueden provocar una "década perdida" en la lucha contra el consumo de drogas.

Así lo aseguró en una entrevista con Efe el presidente del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT), el portugués Joao Goulao, quien advirtió de los riesgos que entrañan los ajustes en materia de prevención y tratamiento, una preocupación que consideró común a los responsables antidroga de todo el continente.

Goulao, médico de profesión, recalcó que la delicada situación financiera que atraviesa Europa abona "un terreno social propicio" para la reaparición de antiguas adicciones, por lo que no se puede recortar en políticas antidroga sin límite.

"Dejar de invertir ahora es peligroso, y se puede pagar caro", insistió el presidente del OEDT, quien recordó que mayor número de drogodependientes genera más gastos asistenciales y que también puede repercutir en un incremento de la marginalidad o la delincuencia menor, entre otras consecuencias.

"Basta con que haya un eventual recrudecimiento del sida para que gastemos más en retrovirales de lo que ahorramos con los recortes", subrayó.

En este sentido, las primeras alarmas han saltado en Grecia, el país europeo más afectado por la actual crisis y donde se ha detectado un resurgimiento del contagio de sida entre drogodependientes, avalado por un artículo publicado en la revista científica "The Lancet".

"Los recortes pueden generar una década perdida en todos los países, sobre todo en los más afectados por la crisis", insistió.

Goulao explicó que en épocas de problemas económicos, el perfil de los consumidores experimenta cambios, con incrementos de "determinados tipos de consumo, sobre todo los relacionados con la marginalidad".

En su opinión, en momentos de dificultades también suele haber más personas que intentan recurrir al tráfico de sustancias como vía para garantizarse unos ingresos económicos que le permitan subsistir.

"Por eso es más fácil tener acceso a drogas en época de crisis", señaló.

Las políticas de recortes en materia antidrogas ya se perciben en Portugal, uno de los más afectados por la crisis de la UE, y donde el nuevo Gobierno conservador quiere que el Instituto de Droga y Toxicodependencia (IDT) pase a estar integrado en el Sistema Nacional de Salud luso.

Goulao, presidente a su vez de esta entidad, se mostró crítico con esta opción, y recordó que la actual estrategia es un ejemplo seguido por países de todo el mundo.

El modelo de lucha contra las drogas luso ha recibido numerosos elogios por parte de la comunidad internacional, después de que en poco más de una década sus índices de consumo se sitúen entre los más bajos de Europa.

"La situación en Portugal llegó a ser calamitosa", según Goulao, con incrementos del consumo "repentinos" tras la caída de la dictadura en 1974 y falta de información sobre los efectos en la salud de las drogas, lo que hizo que "casi todos los usuarios se transformaran en usuarios problemáticos".

En 1999 se inició una nueva estrategia que incluyó la despenalización del consumo de drogas, lo que otorgó al modelo "una enorme visibilidad internacional".

"Yo valoro el efecto de esa despenalización, aunque me gusta relativizar su importancia, es una estrategia más amplia. Pero si asumimos que el drogodependiente es un enfermo, que tiene que ser tratado por el sistema de salud, era incoherente que la ley previera que pudiera ir a prisión por el simple hecho de consumir", recalcó.

En pocos años, las políticas iniciadas entonces han permitido un servicio asistencial a drogadictos ejemplar, a la vez que se redujo la oferta por una acción policial más efectiva, según Goulao.

Pero los planes de austeridad lusos podrían suponer, para el presidente del IDT, la supresión de unidades de tratamiento y que los drogodependientes compartan salas de espera con enfermos comunes y surja "conflictividad" o problemas de marginación.

"Estamos dispuestos a hacer sacrificios presupuestarios, pero desarticular nuestra actuación en el terreno es perjudicial", subrayó.

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