Álvarez augura una huelga "masiva", que obligará a derogar la reforma laboral

  • Barcelona.- El líder de la UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, se ha mostrado convencido en una entrevista a Efe de que el Gobierno no tendrá más remedio que "derogar" la reforma laboral tras la huelga general del 29 de septiembre, que augura "masiva", como las que padecieron Felipe González y José María Aznar.

Barcelona.- El líder de la UGT de Cataluña, Josep Maria Álvarez, se ha mostrado convencido en una entrevista a Efe de que el Gobierno no tendrá más remedio que "derogar" la reforma laboral tras la huelga general del 29 de septiembre, que augura "masiva", como las que padecieron Felipe González y José María Aznar.

A escaso mes y medio de la fecha elegida por los sindicatos para llevar a cabo la primera huelga general a la que se enfrenta el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, el máximo dirigente de UGT en Cataluña cree que la movilización "será imparable" y que no habrá espacio para la duda sobre el éxito de la convocatoria.

"Si somos capaces de parar el país de manera cívica y de salir a la calle de forma masiva para decir basta a toda esta indignidad, la reforma laboral será derogada y el Gobierno tendrá que meter en un cajón también sus proyectos de modificar la negociación colectiva y el sistema de pensiones", ha dicho Álvarez.

El rechazo ciudadano a estas medidas tendrá, a su juicio, el mismo efecto que tuvo la huelga general contra el plan de empleo juvenil que el gobierno de Felipe González intentó poner en marcha en 1988, y la que se convocó contra la reforma del mercado de trabajo del gobierno de Aznar en 2002.

Estas dos huelgas, consideradas como las más importantes de la democracia española, hicieron que los gobiernos del momento echasen para atrás sus reformas laborales.

El secretario general de la UGT de Cataluña cree que la próxima huelga del 29 de septiembre es "perfectamente comparable" a las de 1988 y 2002, pese al peso que tienen ahora nuevos factores, como son la globalización de la economía y la influencia de los mercados financieros internacionales en las políticas domésticas.

Más allá del éxito de seguimiento de la convocatoria, Álvarez asegura que las huelgas generales, en escenarios como el actual, son positivas porque "obligan a los partidos políticos y la oposición que aspira a gobernar a tomar nota".

Consciente de la dificultad de movilizar a millones de ciudadanos, el líder de UGT ha emplazado al conjunto de la sociedad a participar en el paro porque "esta huelga es una huelga de conciencia", lo que le da argumentos para apelar también a aquellos "a los que no les gusta lo que los sindicatos han hecho en los últimos años, pero ven necesario que esto cambie".

A su juicio, el éxito de la huelga dependerá, en gran parte, de que los sindicatos consigan que los trabajadores se queden en casa ante la imposibilidad de trasladarse a sus puestos de trabajo "para que a las nueve de la mañana nadie pueda dudar del amplio seguimiento del paro".

Al mismo tiempo, confía en que los ciudadanos participen de forma masiva en las manifestaciones para que se visualice el seguimiento de la huelga, pese a que da por hecho que se producirá "una guerra de cifras".

Entre los sectores en los que percibe más reticencia a seguir la huelga, destacan las pequeñas y medianas empresas, los funcionarios -que ya fueron a la huelga en junio en contra de la reducción de su sueldo- y los docentes, que en los últimos dos años han protagonizado ya cuatro paros en Cataluña.

El camino que ha emprendido el Gobierno con su política económica y el plan de reducción del déficit "no tiene salida", según Álvarez, que afirma que las medidas aprobadas o en proyecto "no ayudarán a cambiar el modelo productivo y en cambio nos hará más parecidos a países como Marruecos porque bajaremos los costes salariales, aunque ellos continuarán siempre haciéndolo más barato".

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