Amnistía denuncia que empresas europeas venden "herramientas de tortura"

    • Desde este jueves, el Parlamento Europeo está debatiendo las enmiendas al reglamento europeo sobre compraventa de materiales de tortura.
    • Amnistía denuncia que, por ejemplo, una empresa alemana ha publicitado "esposas aturdidoras" que pueden infligir una descarga eléctrica de 60.000 voltios y se activan por control remoto.
Amnistía Internacional asegura que casi la mitad de los españoles teme ser torturado si es detenido
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Compañías con sede en la UE siguen comercializando y vendiendo equipos de seguridad que pueden emplearse para infligir torturas y malos tratos gracias a las lagunas de la actual normativa europea, según advirtieron este jueves Amnistía Internacional (AI) y la Fundación de Investigación Omega en un informe hecho público antes de que el Parlamento Europeo debata desde este jueves las enmiendas al reglamento europeo sobre comercio de materiales de tortura, en vigor desde 2006.

En un informe de 59 páginas, estas organizaciones incluyen ejemplos que ilustran la inacción de los Estados de la UE a la hora de controlar efectivamente la promoción y el comercio de "herramientas de tortura" porque algunos equipos de seguridad podrían emplearse para infligir torturas y otros malos tratos.

Amnistía Internacional y Omega han obtenido folletos y otros artículos promocionales distribuidos por empresas de la UE y de países no pertenecientes a la Unión en ferias y exposiciones de armas celebradas en los últimos años en Francia, Reino Unido y Alemania con equipos prohibidos en el reglamento de la UE o las leyes nacionales, como dispositivos de electrochoque que se sujetan al cuerpo, esposas para pulgares, grilletes con pesos y dispositivos de inmovilización para sujetar a presos a objetos fijos.

Además, señalan que empresas de la UE también han usado Internet para comercializar productos que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrían emplear para cometer abusos que podrían desembocar en torturas o malos tratos. Por ejemplo, una empresa alemana ha publicitado "esposas aturdidoras" que pueden infligir una descarga eléctrica de 60.000 voltios y se activan por control remoto, y una compañía checa ha promovido las "camas de red" para inmovilizar a personas dentro de una estructura similar a una jaula montada en el bastidor de una cama.

El informe pone de relieve el "control insuficiente" de los cursos de formación que imparten empresas con sede en la UE sobre algunos materiales. Así, una empresa checa lo ha hecho con el uso de dispositivos de inmovilización para hacer el "amarre del cerdo", práctica en la que se ata a las personas con las manos y los pies a la espalda. Amnistía Internacional ha criticado seriamente con anterioridad esta práctica en países como Estados Unidos y Turquía, al declarar que su uso en una celda podría constituir tortura, puede dificultar gravemente la respiración e incluso causar la muerte por "asfixia causada por la postura"."Mantenerse al día"

Amnistía Internacional y Omega señalan que la lista de productos controlados o prohibidos actualmente en el reglamento sobre comercio de materiales de tortura de la UE tiene "lagunas significativas", y que la norma carece de un mecanismo de revisión adecuado que le permita "mantenerse al día" de las nuevas tecnologías desarrolladas para ejercer las funciones policiales cuyo uso podría constituir tortura y otros malos tratos o facilitarlos.

Ambas entidades consideran que los dispositivos de electrochoque de contacto directo (porras, pistolas y escudos paralizantes) son un ejemplo clave porque su naturaleza intrínseca y su diseño hacen que su uso por personal encargado de hacer cumplir la ley conlleve "un riesgo inaceptable de uso arbitrario de la fuerza que, en función de las circunstancias, podría constituir tortura".

Amnistía Internacional y Omega han identificado a empresas de la República Checa, Francia, Alemania, Polonia y Eslovenia que fabrican y/o promueven dispositivos de electrochoque para uso de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Las dos organizaciones piden la prohibición de la producción, promoción, comercio, transferencia y uso de estos equipos.Desigual aplicación

La UE cuenta desde 2006 con el único mecanismo regional del mundo para prohibir o controlar el comercio de equipos que podrían emplearse en la tortura o la pena capital, pero AI y Omega ponen de relieve las graves limitacionesdelreglamento y su desigual aplicación en los países comunitarios. De hecho, afirman que la UE ha tratado de abordar estos defectos en los últimos años, incluso con una gran ampliación de las listas de productos prohibidos o controlados.

La Comisión Europea ha presentado nuevas propuestas para reforzar el reglamento, que ahora estudian los Estados miembro y el Parlamento Europeo y que apoyan Amnistía Internacional y Omega, aunque identifican algunas lagunas que quedan sin abordar.

De esta manera, AI y Omega afirman que las empresas comunitarias seguirían intermediando en la venta y transferencia de equipos de seguridad a países no pertenecientes a la UE, siempre que los acuerdos se hagan fuera de la Unión y los dispositivos no toquen suelo europeo, y promoviendo abiertamente equipos previamente prohibidos en ferias, exposiciones de armas e Internet, como "camas jaula" (estructuras similares a jaulas montadas en un somier), materiales para provocar descargas eléctricas destinados a ser llevados sobre el cuerpo o instrumentos de inmovilización que sujetan a personas a objetos fijos.

Además, las empresas continuarían comercializando equipos de seguridad a la policía totalmente inadecuados para la aplicación de la ley, como pistolas paralizantes de electrochoque, porras de electrochoque y escudos de electrochoque; proporcionando a las fuerzas policiales y militares asistencia técnica inadecuada, como adiestramiento en técnicas que en algunos casos podrían facilitar la tortura y otros malos tratos, e introduciendo nuevas tecnologías y dispositivos en el mercado incluso cuando estos podrían usarse en la pena de muerte, la tortura u otros malos tratos."Repugnante"

Marek Marczynski, director de Transferencias Militares, de Seguridad y Policiales de Amnistía Internacional, afirmó que "Europa ha recorrido un largo camino para poner fin al comercio repugnante de algunas de las herramientas y tecnologías más siniestras del mundo que se pueden usar para torturar y ejecutar a personas".

Marczynski añadió que "sigue habiendo lagunas significativas", lo que significa que "las empresas pueden seguir beneficiándose del sufrimiento humano a pesar de las prohibiciones y controles existentes". "Si Europa quiere liderar en serio la lucha para erradicar la tortura y abolir la pena de muerte, debe cerrar estas lagunas urgentemente", aseveró.

"Aunque las propuestas de la Comisión son significativas, no abordan efectivamente varias debilidades y lagunas cruciales del reglamento y su correspondiente régimen de control. Si los Estados miembro de la UE y el Parlamento Europeo no abordan directamente estas cuestiones ahora, se perderá esta excepcional oportunidad para reforzar integralmente el régimen de control y cerrar unas lagunas que pueden aprovechar comerciantes sin escrúpulos", dijo Michael Crowley, de la Fundación de Investigación Omega.

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