Arrimadas marca distancia con Rivera y mima a Garicano para atraer a los críticos

  • El liderazgo de la política catalana renunciará a una línea continuista con la gestión de su predecesor para acallar al sector crítico.
La candidata al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas, este jueves, a su llegada al debate a cinco,
La candidata al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas, este jueves, a su llegada al debate a cinco,
Efe

Los planes de Inés Arrimadas para liderar Ciudadanos no se parecerán a los que tuvo Albert Rivera hasta que dimitió un día después de perder 47 diputados. La futura jefa de filas del partido naranja no quiere dilatar en el tiempo las disensiones internas que existen desde hace varios meses, y que se plasmaron en las dimisiones de dirigentes como Toni Roldán o Javier Nart. Una postura que busca acabar con esa contestación que llega desde diversos ámbitos de la formación, y que ha facilitado que se acerque políticamente al eurodiputado Luis Garicano. Una relación que se ha traducido en una comunicación "permanente" entre ambos, debido a la disposición del economista a facilitar la llegada al poder de Arrimadas, como ha podido saber La Información.

Las líneas maestras que está preparando Arrimadas para Ciudadanos buscarán de esta manera volver a unir al partido en torno a su figura. Además, quiere ponerse en valor ante los críticos de Rivera con el papel importante que desempeñó en Cataluña hasta que cambió el Parlament por el Congreso. Por eso quiere recordar que su mensaje sobre el conflicto catalán caló entre el electorado, lo que le permitió ganar las elecciones de diciembre de 2017. Un argumento con el que intentará contrarrestar el aluvión de reproches, que aún continúan hoy, por su decisión de no presentarse a la investidura en el Parlament. 

La otra gran crítica que existe en el interior de la formación es que nunca se desmarcó de las estrategias de Rivera. Esto ha motivado que quiera contentar a ese sector crítico en el que están situados varios dirigentes regionales que discreparon abiertamente con la anterior dirección. Uno de ellos es el propio Garicano, que asistió desde Bruselas a cómo dirigentes muy vinculados a él optaban por dimitir ante el giro a la derecha del ya exlíder. Ahora, los puentes entre los que fueran economista de cabecera y número 2 de Rivera se han reconstruido. Hasta el punto de que él fue de los primeros en avalar que diera el salto para hacerse con la presidencia que ya ejerce de manera oficiosa.

El principal interés de Arrimadas en su nueva alianza con Garicano está en convencer a quienes han estado más vinculados a éste. Entre los que citan las fuentes consultadas por este diario están los vicepresidentes de Andalucía y Castilla y León, Juan Marín y Francisco Igea, además del exdiputado Toni Roldán. Todos ellos han manifestado en diversas ocasiones opiniones distintas a las que marcaba la dirección en Madrid, que fue moldeada al gusto de Rivera tras dimisiones como la de Roldán o la de Javier Nart. Algo con lo que quiere acabar Arrimadas utilizando su papel de 'figura de consenso'.

Pero la unanimidad que se transmite hacia el exterior no es tal en todo el partido. Las mismas fuentes apuntan a que hay quien considera a Arrimadas el "mal menor" por tener sitio en el Congreso y ser un perfil "que cae muy bien" entre el electorado. Uno de los ejemplos que se rescatan son las campañas en Andalucía, donde la catalana de origen jerezano fue la cara visible del partido naranja en los comicios andaluces y los generales del 28 de abril. Pero ni la buena imagen que transmite en comunidades como la andaluza pudo evitar la situación crítica que afrontaba Cs para el 10 de noviembre.

Apoyarse en Garicano permitirá a Arrimadas tener una dirección que le permitirá acallar las críticas de personalismo que hubo contra Rivera. Y es que no solo tiene que tener en cuenta a los sectores que buscan ese giro al centro que representa el eurodiputado, sino a quienes aún respaldan lo que hizo el anterior líder. Entre éstos están los dirigentes madrileños Ignacio Aguado y Begoña Villacís, que "deben su carrera" al ya expresidente del partido. En el caso del primero, el ahora vicepresidente de la Comunidad de Madrid es de los que sigue pensando si dar la batalla por ponerse al frente del partido, como ya contó este diario

Lo que no tienen claro por el momento en el entorno de la futura jefa de Cs es quiénes formarán parte de su equipo. La escasa presencia en el Congreso de los Diputados, con tan solo diez diputados contándola a ella misma, es uno de los obstáculos para formar una dirección robusta. Especialmente si se recuerda que muchos de ellos son fichajes personales de Rivera que poco tienen que ver con las posturas de Garicano y los suyos. Entre los que está Marcos de Quinto, que fue aupado hasta ser el 'gurú' económico desde la dimisión de Roldán. También está por ver que ocurre con José Manuel Villegas, que no tiene escaño y su posición ha quedado desdibujada. A lo que hay que sumar las futuras salidas que se produzcan, como la de Juan Carlos Girauta.

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