Aguado deshoja la margarita para liderar Cs en medio del "silencio" de Arrimadas

Ignacio Aguado
Ignacio Aguado
EFE

El proceso de sucesión de Albert Rivera en Ciudadanos continúa sin impulsarse al ritmo de las negociaciones para formar Gobierno. La dirección del partido naranja no ha querido darse prisa y ha aplazado a marzo la fecha del Congreso general en el que se elegirá al futuro líder. Unos plazos que se justifican con los estatutos, pero que no han gustado nada en varios sectores de la formación, según ha podido saber este medio. A lo que hay que sumar el descontento porque la llamada a ser la líder, Inés Arrimadas, aún no se haya pronunciado. Lo que contrasta con los movimientos que según señalan varias fuentes a La Información están haciendo en el entorno de Luis Garicano o de Ignacio Aguado para preparar posibles candidaturas. Aunque sus tiempos los marcará la mencionada Arrimadas.

La situación interna que se vive en Cs tras la salida de Rivera abarca varios frentes. El que más conflicto ha generado por el momento es el del cónclave en el que tendrá que decidirse quiénes liderarán, debido a los plazos previstos. Las fuentes consultadas lamentan que vayan a pasar hasta cuatro meses antes de designar al nuevo líder, un cargo que salvo un giro inesperado ocupará Inés Arrimadas. Por el momento, la portavoz parlamentaria y exdiputada en Cataluña sigue sin dar el paso que todos esperan en el mundo político. Una prudencia bien vista por los sectores más cercanos al ya expresidente del partido. Pero que no ha gustado nada entre quienes consideran que dejar pasar el tiempo les sumirá en una profunda crisis que amenazará la viabilidad política del proyecto. Lo que califican como un "clamoroso silencio" por parte de Arrimadas. 

Estas críticas están motivadas por los acontecimientos que desarrollarán en los próximos meses, que se han acelerado por el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para formar el primer gobierno de coalición de la democracia. Unos hechos que obligan a todos los partidos a tomar posición en un sentido u otro. Porque no solo se trata de si hay investidura o no, ante la que lo que queda de la cúpula de Rivera ya ha anunciado que votará en contra. También está sobre la mesa el proyecto de Presupuestos Generales de 2020, que Pedro Sánchez se ha comprometido a impulsar junto a Pablo Iglesias en cuanto lleguen a Moncloa. Y Cs puede encontrarse sin un liderazgo fuerte que plantee las enmiendas correspondientes a los mismos o que dé la batalla que le pidan en sus territorios. A lo que hay que sumar los problemas económicos derivados de haber perdido 47 diputados en las generales del 10-N.

Los 'tapados' del relevo

En medio de este descontento interno, los movimientos soterrados para alcanzar el liderazgo han comenzado. Según apuntan varias fuentes consultadas por esta redacción, en los entornos de Ignacio Aguado y Luis Garicano ya han comenzado los preparativos para dar la batalla por el poder interno. Aunque en ambos casos no se prevé que se atrevan a lanzar candidaturas mientras Arrimadas se mantenga en ese silencio que ha generado división de opiniones. 

En el caso del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, se encuentra "dándole una pensada" a la posibilidad de lanzarse a intentar alcanzar la presidencia de Ciudadanos. Entre los avales con los que cuenta está que es uno de los líderes con mayor proyección o el poder institucional que maneja. Además, es uno de los pocos que cuenta con un bastión fuerte, como es el caso de Madrid. En el ámbito de la región madrileña no se le discute ni a él ni a Begoña Villacís, que en solo cuatro años han logrado formar parte de los gobiernos de Comunidad y Ayuntamiento. También hay que recordar que las competencias de Aguado en el Ejecutivo madrileño no son muy amplias, al encargarse de Deportes y Transparencia. Lo que contrasta con, por ejemplo, el caso de Juan Marín en Andalucía, que además de vicepresidente es consejero de Justicia.

Si Aguado finalmente se decide a dar el paso, perder en el congreso no significaría un gran problema para él. Como señalan las mismas fuentes, el político madrileño tiene asegurada su presencia en el gobierno de Isabel Díaz Ayuso por su acuerdo de coalición. Y tampoco tendría problemas para respaldar a Arrimadas si finalmente se la corona como jefa de filas, ya que priorizaría el buen funcionamiento del partido a otras cuestiones. Pero este movimiento sí le permitiría darse más a conocer a nivel nacional, además de darle la posibilidad de recabar más apoyos de cara al futuro entre la militancia. Un ámbito en el que la diputada catalana gana por goleada a cualquiera que la desafíe.

El caso de Luis Garicano es más complejo. Todas las fuentes descartan por completo que él mismo se vaya a postular para liderar el partido. Pero sí señalan que se han llevado a cabo maniobras desde su entorno para impulsar una candidatura que acapare el poder que tenía Rivera. Lo que no ha gustado para nada en ámbitos en los que Cs tiene responsabilidades de gobierno, ya que se está dando la imagen de que "el partido está muerto, cuando no es así". "Hay quienes hemos respetado el duelo por lo que ha pasado y hay otros que no han dejado ni que el cadáver se enfríe", señala una de las fuentes sobre estas actuaciones en el entorno del que fuera economista de cabecera de Albert Rivera. No obstante, desde la oficina de prensa del eurodiputado niegan que se estén realizando movimientos en este sentido.

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