Arriola reclama al PP seis meses no pagados de contrato y liquida su asesoría

  • El que fuera gurú demoscópico de Rajoy y Aznar se reunió con el secretario general, Teodoro García Egea, para pedirle sus honorarios no cobrados.
Arriola reclama al PP seis meses no pagados de contrato y liquida su asesoría
Arriola reclama al PP seis meses no pagados de contrato y liquida su asesoría
EFE

Pedro Arriola (1948) lo fue todo para el Partido Popular durante los últimos 32 años. Era el asesor demoscópico de cabecera de sus presidentes. Aquel que ayudó a José María Aznar a conseguir la mayoría absoluta en el 2000 y quien recomendó a Mariano Rajoy no aprobar la ley del aborto por el riesgo electoral que tendría que pagar. Pero llegó Pablo Casado y le 'despidió'. A pesar de los servicios prestados para el partido, el sevillano ha salido de Génova por la puerta de atrás y con una importante deuda pendiente por cobrar.

El PP adeuda un total de seis meses de trabajo Arriola, según aseguran a La Información fuentes cercanas al sociólogo. Se niegan a desvelar la cantidad total pero durante los últimos años se ha hablado de que el asesor facturaba en torno a 500.000 euros anuales a Génova. Son los trabajos que su firma, Instituto de Estudios Sociológicos, realizó para el partido durante la última etapa de Rajoy, justo antes de ser desalojado de Moncloa tras la moción de censura ganada por Pedro Sánchez. El gurú demoscópico pasó la correspondiente factura a Génova y, a día de hoy, todavía no ha sido abonada, explican estas fuentes.

La polémica llevó a Arriola a reunirse con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, para plantearle la necesidad de cobrar por esos trabajos que prestó durante el último medio año de la era Rajoy, con María Dolores de Cospedal en la secretaría general. Fue el pasado mes de julio. Las mismas fuentes aseguran que el número dos de Génova quedó con él en abordar una solución a su problema a partir de la vuelta de las vacaciones del año pasado pero, a día de hoy, un año después de la moción de censura, ese abono no ha llegado a la cuenta de Arriola.

En el PP de Pablo Casado tienen otra versión. Fuentes de la cúpula del partido aseguran que a Arriola no se le debe nada y que con él no han tenido ninguna relación profesional tras la celebración del Congreso Nacional del pasado verano. Se ha hablado, incluso, de una posible demanda judicial, pero desde el entorno del sociólogo y desde el PP aseguran no tener conocimiento de esa acción.

Esta polémica con el PP no es, ni mucho menos, del agrado de Pedro Arriola. En su entorno definen al sociólogo, que ya ha cumplido los 70 años, como una persona discreta y que nunca ha hablado en público para responder a las acusaciones que ha recibido a lo largo de tres décadas. La discreción ha sido la bandera de su trabajo y por eso en este momento de su vida tampoco quiere ser protagonista. Cree que su legado no debe olvidarse ("llevó a un inspector de Hacienda [Aznar] y a un registrador de la propiedad [a Rajoy] a Moncloa") y por eso ahora echan de menos un final más amistoso.

La relación de Arriola con el PP data de los años ochenta, cuando Aznar fichó al sevillano como asesor de cabecera. El propio sociólogo redactó de su puño y letra el contrato mercantil que le ha unido al partido hasta el año pasado. En el documento él mismo quiso reflejar una cláusula especial: prohibido poder trabajar para cualquier organización relacionada con la política. Por eso su equipo de colaboradores siempre ha hablado de la "lealtad absoluta" hacia el PP y ha destacado los "secretos" que ha conservado durante esas tres décadas.

La decisión que ha tomado Arriola ha sido la de liquidar su asesoría y poner fin a su actividad laboral. Instituto de Estudios Sociales, por tanto, ya no tiene la actividad que tantos éxitos dio al PP. Así, el sociólogo tuvo que despedir a cinco empleados, abonándoles la correspondiente indemnización. Destaca el caso de una secretaria que llevaba más de treinta años trabajando en la empresa y que ha tenido que salir de ella.

Arriola abandonó el pasado mes de enero todas sus responsabilidades en las dos sociedades que tenía a su nombre. Según consta en el Registro Mercantil, dejó de ser administrador único de Instituto de Estudios Sociales y de Consultores de Investigación Social para dar paso a su hija, Amaya Vanesa Arriola Villalobos, al frente de ambas compañías. Desde entonces su condición es la de jubilado.

Con el adiós de Arriola y la defenestración de su mujer Celia Villalobos de las listas del PP se puso fin al matrimonio que más poder ha ostentado en el partido y que lo ha mantenido durante décadas. Ambos tienen derecho a la jubilación máxima.

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