Autoridades libanesas, preocupadas por Israel y agradecidas a España

  • Autoridades políticas y religiosas del sur de Líbano en la frontera con Israel, área de responsabilidad de la misión militar española, han confesado hoy su preocupación por los conflictos en Israel y Siria, han calificado a España como "un buen amigo" y han destacado el "excelente" trabajo de los cascos azules españoles.

Ángel Apezteguia

Marjayún (Líbano), 17 nov.- Autoridades políticas y religiosas del sur de Líbano en la frontera con Israel, área de responsabilidad de la misión militar española, han confesado hoy su preocupación por los conflictos en Israel y Siria, han calificado a España como "un buen amigo" y han destacado el "excelente" trabajo de los cascos azules españoles.

Así lo han puesto de manifiesto el gobernador del distrito de Marjayún, Wisam Al Hayek; el máximo representante de la Iglesia Presbiteriana, Fouad Anton, y el exalcalde de Marjayún y actual empresario, Kamel Morkos, durante unos encuentros con militares españoles, con la presencia de un periodista de Efe "empotrado" estos días con las tropas en la base de Marjayún.

Al Hayek ha calificado de muy fructífera la relación con los soldados españoles, que "han dado otro sabor" a la misión FINUL de Naciones Unidas en Líbano.

"La base española es una localidad más del distrito de Marjayún", ha declarado el gobernador, quien ha confesado que la presencia española es "buena", pero plantea "un dilema".

"Queremos que se vayan porque eso significa que se ha logrado la paz definitiva, pero también que se queden por las buenas relaciones que existen", ha explicado.

Ha mostrado su confianza en que España y la misión de la ONU mantengan su compromiso con Líbano, en alusión a la prevista reducción de efectivos.

En este sentido, ha afirmado que las autoridades españolas le han asegurado que la reducción de tropas no conllevará cambios en la naturaleza de la misión.

Sobre la situación en la región sur, el gobernador ha admitido que hay "preocupación total" por los conflictos en Israel y Siria, y ha manifestado su deseo de que "algún día acabe el derramamiento de sangre".

El funcionario ha señalado que la política libanesa consiste en alejarse de esos conflictos y ha mostrado la disposición de las autoridades políticas de esta región a acoger refugiados y desplazados y prestar ayuda humanitaria.

Por su parte, Morkos, que fue alcalde entre 2004 y 2010 y que por tanto vivió la última guerra entre Israel y Líbano de 2006, ha afirmado que España es "un buen amigo" y también los 18.000 cascos azules de la misión FINUL de Naciones Unidas en Líbano, pero especialmente los soldados españoles.

Desde su residencia en la localidad de Deir Mines, el ahora empresario y hombre muy influyente en la zona ha recalcado que España, con su presencia en la zona, está ayudando al pueblo libanés a lograr vivir en paz.

Tras subrayar que "si hay paz en Oriente Medio habrá paz en todo el mundo", no ha ocultado su temor a que la escalada de violencia entre Israel y Palestina, junto con la situación en Siria, influyan en Líbano y en el mundo.

En su opinión, "la paz definitiva no será posible hasta que la población tenga sus derechos atendidos", al igual que ocurrió en Europa, que lo logró tras las dos guerras mundiales.

Ha agradecido al Gobierno español y a las Fuerzas Armadas su trabajo por la paz en Líbano y ha destacado que la ayuda humanitaria recibida a través de proyectos españoles ha "mejorado mucho" la situación y el nivel de vida de la población desde 2006.

En la misma línea se ha pronunciado Anton, representante máximo de la Iglesia Presbiteriana, también uno de los hombres más influyentes en la zona de responsabilidad española.

En su opinión, España tiene "un papel muy importante" para mantener la paz en el sur de Líbano y evitar choques entre israelíes y libaneses en la denominada Blue Line, frontera imaginaria entre ambos países que provoca tensiones.

Tras valorar las actividades sociales y culturales promovidas por los militares españoles, Anton ha admitido que los libaneses aún no están preparados para asumir el control y la responsabilidad política y militar, uno de los objetivos que se marca la misión FINUL.

Por otra parte, ha denunciado que históricamente en Líbano han convivido todas las religiones y ha dicho que el problema ahora es la intervención de otros países, en referencia a Arabia Saudí por su apoyo a los sunies, e Irán, a los chiies.

Sobre los militares españoles ha dicho que ahora, tras seis años de presencia, ya están integrados casi totalmente con la población.

España tiene desplegados actualmente 992 militares en Líbano y lidera la Brigada Multinacional, la encargada de ejercer el mando y control de toda la Operación de la ONU en el Sector Este de la franja sur de Líbano, que se extiende desde el río Litani hasta la Blue Line de separación con Israel.

Esta brigada suma unos 4.000 soldados, integrada también por unidades de Indonesia, Nepal, India y Malasia.

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