"Nuestra respuesta de ser unififcada y multidimensional", declaró el secretario general de la ONU, insistiendo en que "los derechos humanos deben estar en la primera línea de nuestra respuesta".
La gente seducida por el extremismo, a menudo está "frustrada", "radicalizada por lo que ve a su alrededor", añadió Ban Ki-moon, describiendo un entorno caracterizado por "la injusticia, la violencia, y unas respuestas muy duras en materia de seguridad".
"Cuando estallaron las primaveras árabes, en 2011, animé a los dirigentes regionales a escuchar con atención y sinceramente los mensajes", enviados por medio de esas manifestaciones pacíficas en favor de la democracia, añadió al clausurar una conferencia internacional sobre prevención del extremismo violento en Madrid.
"Pero, no escucharon", añadió, lamentando las consecuencias, con una guerra civil en Siria y los problemas en Libia.
El diplomático insistió en la necesidad de luchar primero contra "la pobreza" y las "desigualdades", promover el desarrollo sostenible y atender a los jóvenes, objetivo de los reclutadores de grupos terroristas.
Ban Ki-moon recordó que, en enero o febrero, presentará un plan global de lucha contra el terrorismo.
El Club de Madrid, asociación que reúne a antiguos jefes de Estado y de gobierno y organizador del encuentro, difundió, por su parte, unas conclusiones en las que sus miembros proponen priorizar la creación de gobiernos responsables y que protejan los derechos de las minorías para luchar contra la violencia de los extremistas.
En la conferencia, que abrió el martes el rey Felipe VI de España, participaron 200 expertos y una cuarentena de exjefes de Estado y de gobierno para reflexionar sobre las formas de prevenir la radicalización.
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