Bélgica vive una nueva jornada de tensión sin fecha aún para las elecciones

  • Bruselas.- El Parlamento belga vive hoy una nueva jornada de tensión a la espera de que los partidos flamencos decidan si fuerzan el voto de la escisión del distrito electoral y judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), que ha desencadenado la caída del Ejecutivo.

Evitado un nuevo enfrentamiento político en Bélgica a una semana de la disolución de las cámaras
Evitado un nuevo enfrentamiento político en Bélgica a una semana de la disolución de las cámaras

Bruselas.- El Parlamento belga vive hoy una nueva jornada de tensión a la espera de que los partidos flamencos decidan si fuerzan el voto de la escisión del distrito electoral y judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), que ha desencadenado la caída del Ejecutivo.

Los partidos francófonos aseguran que, si los flamencos siguen adelante, pondrán en marcha el procedimiento de bloqueo previsto en la Constitución con el nombre de "timbre de alarma", y reservado para las ocasiones excepcionales de grave enfrentamiento entre las dos comunidades del país.

Sigue también en el aire la fecha de las elecciones anticipadas, cuya legalidad es puesta en duda por algunos constitucionalistas que consideran que, antes de ir a las urnas, hay que resolver la suerte de BHV, distrito electoral clave.

Unos 150.000 francófonos viven en los distritos flamencos de Halle y Vilvoorde, y podrían perder su derecho a votar por listas francófonas, si BHV es dividido.

No obstante, la inminente presidencia de turno de la UE, que recaerá a partir del próximo 1 de julio en Bélgica tras el semestre de mandato de España, obliga a desbloquear la situación política lo antes posible.

Los francófonos se muestran reticentes a convocar estos comicios anticipados porque temen una radicalización del electorado en Flandes, lo que representaría una seria amenaza para la unidad del país.

El primer ministro en funciones de Bélgica, el democristiano Yves Leterme (CD&V), sorprendió ayer al comunicar que no será el cabeza de lista de su partido en el Senado para estos comicios, un puesto reservado tradicionalmente al candidato a primer ministro.

Esa posición la ocupará la presidenta del CD&V, Marianne Thyssen, que podría convertirse así en la primera mujer que dirija el Gobierno de Bélgica, si su partido conserva la primera posición en Flandes.

Bélgica se encuentra sumida en una nueva crisis política desde el pasado jueves, cuando los liberales flamencos del Open VLD abandonaron la coalición gubernamental con el argumento de que los partidos francófonos trataban de retrasar nuevamente la escisión de BHV.

Flamencos y francófonos se enfrentan por el régimen lingüístico que debe existir en las poblaciones de la periferia de Bruselas, que pertenecen territorialmente a Flandes, donde la única lengua oficial es el neerlandés, pero en las que vive una importante minoría francófona.

Hasta ahora, los francófonos de Halle y Vilvoorde han podido, como los que viven en Bruselas (bilingüe), votar por listas francófonas y relacionarse con la Justicia en francés.

Todos los partidos flamencos reclaman que se ponga fin a esta excepción e invocan una sentencia del tribunal constitucional que reconoció el carácter anómalo del distrito electoral de BHV, el único a caballo entre las dos comunidades.

Los cinco partidos de la actual coalición se disponían a negociar una solución definitiva sobre la base de una propuesta elaborada por el mediador real, el ex primer ministro flamenco Jean-Luc Dehaene, cuando se produjo la espantada del Open VLD.

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