Blanco se despide con la confianza en que las medidas “difíciles” sirvan a rajoy para reconocer el esfuerzo de zapatero


El ministro de Fomento y portavoz del Gobierno en funciones, José Blanco, se despidió hoy ofialmente de sus labores gubernamentales expresando su confianza en que las medidas difíciles que “sin duda” tendrá que tomar Mariano Rajoy le sirvan para reconocer el esfuerzo que hizo antes el aún presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
Blanco expresó esa reflexión en su última rueda de prensa posterior a la última reunión del Consejo de Ministros presidido por Zapatero, precisamente mientras el presidente saliente estaba reunido en Moncloa con su sucesor, Rajoy, para cerrar el traspaso de poderes justo antes del debate de investidura que comenzará el lunes.
Zapatero había recibido a las 12.30 a Rajoy a pie de escalera en Moncloa, en el edificio que acoge la residencia del presidente, del que este fin de semana se irá el dirigente socialista y al que próximamente se mudará el líder del PP.
Blanco no pudo dar detalles de esa reunión porque acababa de comenzar, pero la enmarcó en un traspaso de poderes “modélico” que responde a “profundas convicciones democráticas” y que confía en que se consolide como pauta de futuros procesos similares.
Aunque no quiso evaluar lo apuntado por Rajoy en cuanto a sus prioridades y objetivos, se mostró convencido de que tendrá que tomar “sin duda” medidas difíciles necesarias para “responder a los desafíos que tenemos como país”, y se mostró confiado en que eso sirva a los dirigentes del PP para “hacer propósito de enmienda” y “reconocer” el trabajo de Zapatero.
El presidente ahora saliente, subrayó Blanco, tuvo que tomar medidas “muy criticadas por parte de quien ahora tiene que tomar también decisiones difíciles”, y espera que eso sirva para abrir una etapa “caracterizada por la responsabilidad y por hacer frente desde la fortaleza a los desafíos y retos que tenemos por delante”.
La jornada de hoy estuvo marcada “por el honor y la emoción para el presidente y los ministros, según reconoció Blanco, que siempre han ejercido su tarea pensando en el interés general, afrontando las dificultades “con honestidad, con toda nuestra inteligencia y toda nuestra sensibilidad”.
Se mostró además convencido de que la adversidad que atraviesa hoy España sería “mucho mayor” sin el esfuerzo de quienes durante este tiempo han dado lo mejor de sí mismos al servicio de los demás, y agradeció el “sentido de Estado” de todos los que han trabajado o colaborado con el Gobierno.
Todos ellos han puesto lo mejor en esa tarea, a todos ellos les deseó también lo mejor en el futuro, y ese mismo deseo lo hizo extensivo al Gobierno que la próxima semana formará Mariano Rajoy tras su investidura como presidente.
Blanco no quiso hacer un balance formal de la gestión del Gobierno por entender que ya la hizo el presidente cuando adelantó las elecciones, y sí reiteró la idea de que esa labor “ganará peso y reconocimiento en la medida en que transcurra el tiempo”.
De hecho, sin querer acentuar errores, señaló dos “aciertos”, uno relacionado con su propia gestión en Fomento, la reordenación del control aéreo, y otro la reforma de la Constitución para incluir el objetivo de estabilidad presupuestaria, que “inexorablemente” tendrán que acometer todos los países de la zona euro.
Esa reforma fue “apropiada” aunque “incomprendida” cuando se impulsó, y cuando se analice con perspectiva se comprobará que “evitó riesgos y males mayores para nuestro país”.
Preguntado insistentemente por los errores, terminó sentenciando que el “debe” del Gobierno quedó patente “el día 20 de noviembre cuando los ciudadanos expresaron su voto en las urnas”.

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