Bokova, primera mujer ante la Unesco, consolida posiciones al ser reelegida

  • La actual directora general de la Unesco, Irina Bokova, de 61 años, reelegida hoy por el Consejo Ejecutivo para los próximos cuatro años, fue en 2009 la primera mujer que ocupó ese puesto al frente de la Organización cultural de la ONU, que desde 2011 atraviesa una de sus más graves crisis.

París, 4 oct.- La actual directora general de la Unesco, Irina Bokova, de 61 años, reelegida hoy por el Consejo Ejecutivo para los próximos cuatro años, fue en 2009 la primera mujer que ocupó ese puesto al frente de la Organización cultural de la ONU, que desde 2011 atraviesa una de sus más graves crisis.

Nacida el 12 de julio de 1952, en Sofía, la ex ministra de Relaciones Exteriores y diplomática búlgara que ahora repite mandato al frente de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), fue también la primera persona originaria de Europa del Este en ocupar ese puesto.

Si esta vez partía como favorita, pese a las críticas recibidas por su gestión desde ciertas instancias y países, no fue así hace cuatro años, cuando ganó en la quinta y última vuelta electoral posible, frente al ministro de Cultura egipcio Faruk Hosni, quien de no ser por las declaraciones antisemitas que se supo poco antes había proferido, habría resultado elegido casi con toda seguridad.

En la Unesco, durante estos primeros cuatro años de mandato, además del deterioro presupuestario causado a partir de 2011 por el cese de los pagos de Estados Unidos, principal contribuyente de la Unesco, en protesta por la entrada de Palestina, Bokova topó con infinidad de crisis relacionadas con los temas de competencia de la Organización.

La última de ellas, a punto quizás de estallar en el seno del Consejo Ejecutivo que concluirá el 11 de octubre, y luego en la Conferencia General que reunirá a los 195 Estados miembros en noviembre, concierne "la violación indiscriminada a gran escala del derecho a la privacidad" por programas de ciberespionaje promovidos por el Gobierno de Estados Unidos.

Además, Bokova tuvo que capear la impotencia de la Organización para proteger el patrimonio en el Magreb, Egipto, Irak, Mali y Siria; el caso del polémico Premio UNESCO-Téodoro Obiang Nguema; o la inevitable presencia al frente de la delegación siria de la embajadora Lamia Chakkour, próxima del régimen de Al Assad, y a la que Francia habría deseado expulsar del país.

Diputada del Partido socialista búlgaro de 1990 a 1991 y de 2001 a 2005, en su haber contaba con la experiencia adquirida tras graduarse en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, la Universidad de Maryland (Washington) y la John F. Kennedy School of Government (Universidad de Harvard).

Estudios que llevaron a esta mujer nacida en el seno de una poderosa familia comunista búlgara a debutar profesionalmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país en 1977, al frente de las cuestiones relativas a los derechos humanos.

Responsable de asuntos políticos y jurídicos de la Misión Permanente de Bulgaria ante las Naciones Unidas en Nueva York, Bokova integró, asimismo, la Delegación búlgara en las Conferencias de las Naciones Unidas sobre la igualdad de la mujer en Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Pekín (1995).

Ex secretaria de Estado para la Integración Europea, fue también redactora de la Constitución de su país que facilitó la adhesión de Bulgaria a la Unión Europea, e impulsora del primer seminario de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa sobre el Convenio europeo de derechos humanos.

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