El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha seguido la estela de los directivos imputados en el caso Villarejo asegurando que ni conocía al comisario jubilado ni supo nada acerca de la contratación con sus empresas. El empresario, que ha comparecido en sede judicial después de que hiciera lo propio Isidro Fainé, ha confirmado que efectivamente le contactó para trasladarle su intención de que las áreas de inteligencia corporativa de ambos entes abordaran la amenaza que suponía el pacto de Sacyr y Pemex para hacerse con el control de la compañía que preside. No obstante, ha especificado que, una vez trasladada la preocupación, él se desligó por completo de este encargo de inteligencia el cual atribuye al que fuera jefe de seguridad de la petrolera, Rafael Araujo.
Según confirman fuentes jurídicas presentes en la declaración, Antonio Brufau se ha referido a este episodio que se produjo en el año 2011 en el marco del intento de Sacyr de hacerse con el poder de la petrolera en una acción sindicada con Pemex. El magistrado al frente de esta macrocausa, Manuel García Castellón, le imputó en esta pieza vigésimo primera del caso Tándem al considerar que había indicios suficientes que apuntaban que tanto Fainé como Brufau sabían que se estaba contratando a un policía en activo para acometer este trabajo privado. Sin embargo, los dos directivos han negado por completo cualquier relación con el comisario aunque con matices, ya que mientras el expresidente de Caixa ha atribuido la contratación a Repsol, Brufau ha hecho lo propio con su jefe de seguridad.
En su declaración ha precisado que el entonces secretario general del Consejo, Luis Suárez de Lezo, le comunicó que se iba a contratar una compañía especializada en servicios de inteligencia a tenor de este asunto y que éste, a su vez, lo sabía porque así se lo trasladó Araujo. Ahora bien, en todo momento ha negado que conociera los entresijos de la operación que recaló en manos del comisario jubilado y que tuvo como principal objetivo al expresidente de Sacyr, Luis Del Rivero. De acuerdo con la documental intervenida en el domicilio de Villarejo y de su socio Rafael Redondo, el policía hizo seguimientos e intervino el tráfico de llamadas del empresario murciano para seguir de cerca sus movimientos. También espió a su mujer e hijo, al que fuera jefe de seguridad de Sacyr, Rodrigo Álvarez Vázquez, así como a directivos de Pemex.
"Nunca di instrucción alguna"
Brufau, que solo ha respondido a las preguntas de Anticorrupción y de su defensa letrada, ha hecho alusión a la preocupación que existía tanto en Repsol como en Caixa en calidad entonces de principal accionista, por la acción sindicada de Sacyr. Se trata de una tesis que mantuvieron tanto Araujo como su homólogo en Caixa, Miguel Ángel Fernández Rancaño en sede judicial. Este mismo jueves Suárez de Lezo aludió al "concierto hostil" que preparaba la constructora en aras a hacerse con el poder de Repsol. Un horizonte que ponía en riesgo no solo el negocio en España sino también en el extranjero teniendo en cuenta la implicación de la empresa mexicana en este operativo. En ese marco, Brufau trasladó a Fainé que las respectivas áreas de seguridad tenían que tratar esta cuestión.
Preguntado por los pagos efectuados al entramado del espía, Brufau ha dicho que eso no era competencia suya y que, de hecho, él solo trató del tema con Fainé y ya dejó el asunto en manos del departamento de seguridad de la petrolera. De hecho, ha especificado que jamás despachó con Araujo en relación a estas cuestiones y que cuando impulsó una investigación de este calibre en la compañía dio una instrucción general a determinadas áreas del banco. En este punto, y según las fuentes consultadas, el magistrado de la Audiencia Nacional le ha corregido apuntando que no fue una orden genérica sino que la gestionó exclusivamente el departamento de Seguridad. No obstante, ha negado instrucciones para contratar a Villarejo. De hecho, ante la pregunta de si conocía al espía ha respondido que "rotundamente no".
Niega irregularidades
También ha descartado cualquier irregularidad en relación con la contratación del Grupo Cenyt para acometer este proyecto. Se trata de una línea que también defendieron Juan Amunátegui en su condición de director de servicios patrimoniales de Repsol, así como el exdirector general de Medios de CaixaBank, Antonio Massanell. Este último confirmó en su declaración del miércoles que dio el visto bueno a una de las facturas giradas desde Cenyt por este trabajo apuntando que no se produjo ninguna irregularidad en los pagos. Misma tesis defendió este jueves Amunátegui ante el juez. El exdirectivo se desligó del contenido del asunto asegurando que el único concepto que aportaba era 'Seguridad/Vigilancia'. Según dijo, se es un hecho normal teniendo en cuenta que muchos trabajos son de carácter confidencial y, por ello, se visan al margen del departamento de compras.
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