Cataluña. Societat civil pide a rajoy “buenos gestos” y no judicializar la política


El presidente de Societat Civil Catalana, Josep Ramon Bosch, pidió hoy desde el Fórum Europa al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “buenos gestos” hacia los ciudadanos catalanes “más allá de la aplicación de la ley”, porque hay que “pasar página del 9-N lo antes posible y no “judicializar la política en Cataluña”.
En su intervención en el evento informativo que organiza Nueva Economía Fórum, Bosch expuso las tesis fundamentales de esta entidad no independentista: que hacen falta símbolos, recuerdos, referentes comunes entre España y Cataluña, y que hasta ahora se ha descuidado alimentar el imaginario colectivo, dejando su construccion sólo en manos de una parte.
En este sentido, cree que, aunque el cumplimiento de la legalidad sea imprescindible, “la política no puede paralizarse” y después del 9-N “no debe reforzarse el victimismo” de los independentistas, y, “si no se da la batalla ideológica contra el nacionalismo en Cataluña, la situación no hará sino agravarse”.
En este sentido, ante la comparecencia que va a hacer Rajoy este mediodía para valorar lo sucedido este domingo en Cataluña, Bosch le pidió que se dirija a las dos terceras partes de catalanes que no votaron “para decirles que España les quiere”, porque, dijo, son “un pueblo sentimental” y a veces funcionan mejor los “buenos gestos más allá de la aplicación de la ley”. Lo hizo delante del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que sí ha puesto el acento en que el Gobierno catalán se situó “fuera de la ley” el pasado domingo.
El presidente de Societat Civil se propone transmitir que la identidad catalana presupone la española, pero reclamó al Gobierno que “hacen falta símbolos, recuerdos, referentes”, porque “en España hemos descuidado alimentar el imaginario colectivo”, y “eso es peligroso cuando desde una parte se realiza una tarea de reconstrucción” parcial. Aunque se esgriman motivos económicos, Bosch subrayó que “la desafección no deja de tener una pulsión identitaria y sentimental”. Para combatirla, cree que los catalanes han de poder decir también que España es suya, y sugirió, por ejemplo, iniciativas como la cocapitalidad Madrid-Barcelona y llevar a la capital catalana instituciones como el Senado o el TC, convocar allí consejos de ministros y cumbres internacionales y promover el uso del catalán desde el Estado.
A su modo de ver, “la política debe ser siempre diálogo y pacto”, y dijo echar en falta imaginación y que sobran “tacticismo, nominalismo y posiciones doctrinales”.

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