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Nervios, tensión... y lluvia: el relato de la espera al ejercer el voto en Barcelona

Personas mayores que han tenido que esperar bajo la lluvia, desconcierto y caos. Así ha transcurrido la entrada al colegio electoral del Mercado de Sant Antoni. 

Elecciones
Nervios, tensión... y lluvia: el relato de la espera al ejercer el voto en Barcelona.
Beatriz Jiménez Nácher

La puerta de la calle Mansó que da acceso al Mercado de Sant Antoni, reconvertido en macrocolegio electoral con 8 puertas de entrada, ha abierto a las 9:34 horas de la mañana. Desde las 9 en punto ya había catalanes esperando a depositar su voto, entre los que destacaban personas mayores recogidas bajo paraguas y a la espera de nuevas noticias sobre la apertura. Una pareja de ancianos se ha tenido que refugiar bajo el porche de la puerta, y los agentes han tenido que proporcionarles sillas para que pudieran esperar en mejores condiciones. 

Las consultas sobre la entrada correcta según la mesa que marcaba el papel electoral eran constantes. Por momentos,  las puertas de acceso han vuelto a ser puertas de mercado, donde cada ciudadano cantaba su número de mesa para ver si había acertado con su turno y la puerta. Pasadas las 9:34 horas han empezado a llegar los apoderados a las mesas electorales. Dos de ellos, afiliados de la CUP y En Comú Podem se quejaban de la falta de papeletas a primera hora. El ambiente en las afueras del mercado era de desconcierto y nervios: "Mi madre tiene 80 años y llevo esperando media hora", se quejaba una mujer. 

A las 10 horas, el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat, Bernat Solé, ha celebrado que el porcentaje de constitución de las mesas electorales estaba al 97,45%. Sin embargo, y a falta de confirmarse más incidencias, el que iba a ser presidente de una mesa en Sant Antoni, Daniel Alcalde, ha declarado a La Información que ha estado 45 minutos esperando junto con los otros miembros de la mesa para que se constituyera. 

Finalmente, los responsables les han avisado de que su mesa ya se había constituido por suplentes de otras mesas. Como cuenta: "Hemos estado una hora esperando a la intemperie, nadie daba la cara y hemos llamado enfadados. Nos han dicho que la mesa 172 ya estaba formada, y antes nos habían dicho que nos esperásemos. He firmado lo que tenía que firmar, 'no es culpa de nadie' dicen", explica. "Yo porque me voy, pero los suplentes se tienen que quedar", concluye.

A pocos minutos de las 11 horas, el conseller Bernat Solé ha afirmado que con los datos que se tenían, se podía celebrar "una jornada electoral con plena normalidad". Previamente, la acumulación de las colas exteriores en el mercado San Antonio ha aumentado el tiempo de espera, y los agentes han tenido que avisarles que mantuvieran la distancia mínima. Durante la media hora más tensa, incluso se les ha animado a que fueran a tomar un café mientras el complejo esperaba a abrir: "Por lo que veo va para rato, no se estén mojando", aseguraba un auxiliar en la puerta. 

Mientras, la mañana empezaba a transcurrir con normalidad en el reconvertido Mercado de San Antonio, donde varios agentes en las puertas colocaban gel hidroalcoholico los ciudadanos que entraban. También el personal de limpieza desinfectaba las mesas una vez se votaba. En ese periodo de tiempo, una responsable ha llamado de urgencia para pedir más limpieza en los pasillos porque, con la lluvia, ha entrado agua en el mercado y la superficie está resbaladiza: "Se nos van a matar sino", decía la encargada por teléfono. También se ha pedido cartones para poner en el suelo.

A las 11:40 horas, cuando ya se habían constituido el 100% de las mesas después de dos horas de que empezara la jornada electoral, dos ancianos, Raul y Josep limpiaban con una bayeta el agua acumulada de un banco a las afuera del mercado. Ya habían votado y necesitan descansar después de la espera. Raul, que iba con bastón, ha accedido al colegio por delante de la cola por un problema de movilidad. Por otro lado, una mujer del servicio auxiliar recordaba, subiendo y bajando por la fila, que era necesario mantener la distancia, puesto que la acumulación de personas era notable.

Ya a las 12:30 horas, las colas en las afueras del colegio electoral eran largas. En el ala que da a la calle Compte Urgell, Daniel, personal del ayuntamiento, especificaba que esta mañana han tenido problemas a la hora de identificar a los miembros de las mesas, y que por eso se han atrasado: "No teníamos claro a qué área tenían que ir los miembros y los suplentes. Si a esta entrada, la de Tamarit u otra. Ha habido que identificar a todos los miembros y eso nos ha retrasado un poco", explica. Por lo demás, a pocos minutos de las 13 horas, las largas filas de las entradas avanzaban lentamente y los ciudadanos seguían preguntando a qué puerta tenían que acudir tras dar varias vueltas al complejo. Al lado del mercado, una carpa con libros de segunda mano acoge a clientes del barrio. "Han convertido Sant Antoni en un centro de votación y hay una cola impresionante", le explicaba un hombre por teléfono a un amigo.

Delante de la puerta del mercado, una mujer va a comprar algo para comer a las 13:30 horas después de estar desde las 9 horas como miembro de mesa. Está enfadada. Se llama Ángeles Roldán y ha acudido al colegio electoral como segunda suplente, esperando poder irse pronto. Pero las dos personas que estaban por encima suyo no se han presentado: “Yo trabajo muchísimas horas y llevo aquí desde las ocho. También estaré por la tarde. Que hayan dos por encima mío que no se hayan presentado y que a mí me toque es una vergüenza. Estoy porque estoy obligada. Soy directiva, y tengo que preparar reuniones, no tengo por qué estar un domingo aquí”, lamenta. Cuenta que nadie le ha hecho ninguna prueba contra el virus y que, además, "no toca estar pasando frío". Se calcula que las 29 mesas electorales del mercado han acogido a 17.000 electores, según informa Metropoli Abierta. 

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