Primera fuerza independentista

ERC se perfila para liderar el Govern a costa de la ruptura de Junts y PDeCAT

Pere Aragonès tiene grandes opciones para ser president tras conseguir imponerse a Laura Borràs y a Carles Puigdemont, que notan la división que vivieron hace unos meses con la marca que apoya Artur Mas.

El líder de ERC, Pere Aragonès
El líder de ERC, Pere Aragonès
Agencia EFE | David Borrat

Todos los obstáculos que han tenido que saltar no han impedido que estén ante su gran oportunidad. Ni la llegada de Salvador Illa a Cataluña ni la pérdida de casi 350.000 votos han logrado doblegar a una ERC que está en disposición de lograr algo que se le había escapado en los últimos años: liderar la Generalitat de Cataluña. Los resultados de las elecciones del 14 de febrero dejan a los de Pere Aragonès como primera fuerza independentista y segunda de todo el Parlament, aunque empatando a 33 escaños con el PSC.  Algo a lo que pueden aspirar en gran parte gracias a que Junts per Catalunya se ha quedado a las puertas de superarles. Un escenario que vendría a demostrar el impacto de la ruptura de estos con el PDeCAT, que finalmente no ha conseguido entrar al Parlament. 

El escrutinio deja claro que Esquerra está en disposición de presentar la candidatura de Aragonès a la investidura. La expectativa más clara es la de llegar a un pacto con los de Laura Borràs y la CUP, ya que entre los tres superan los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta. Paradójicamente, su vía más factible es aquella de la que salieron rebotados tras las alianzas de los últimos años con la derecha independentista. Las malas relaciones entre ERC y Junts motivaron el adelanto electoral. Y ahora, vuelven a estar condenados a entenderse para mantener el Govern bajo el control del independentismo. Algo a lo que parecen estar dispuestos, tras haberse comprometido a vetar cualquier acuerdo que implicara la llegada de Salvador Illa a la presidencia catalana. 

La derrotada y que en principio no tiene opciones para formar Govern ha sido Borràs, que aun con el empuje del expresident Carles Puigdemont se ha quedado a las puertas de un triple empate con ERC y el PSC. Resultados que evidencian que la desvinculación del PDeCAT ha pasado factura a las aspiraciones de la derecha independentista. Ninguno de los dos han salido beneficiados de ese adiós mutuo. Por el lado de Borràs, por su imposibilidad de estar a la cabeza de la ambición secesionista. El otro bando, liderado por Àngels Chacón, no han superado la barrera del 3% de votos y se queda fuera del Parlament. Por lo que la opción moderada que auspicia el expresident Artur Mas no ha convencido a los votantes catalanes.

Aragonès ya ha dejado claro en su primera intervención tras conocerse los resultados que "se abre la etapa del independentismo de izquierdas". Un escenario que hasta el momento ha sido inédito, después de que se hayan pasado la última década 'a la sombra' de las marcas en las que ha estado implicada la antigua CiU. Pero los acuerdos basados en la independencia o en el referéndum de autodeterminación le permitieron igualar fuerzas dentro del Ejecutivo catalán, en el cual han llegado a controlar algunas de las carteras estratégicas, como las de la política económica, la sanidad o la educación. Y ahora, están cerca de alcanzar esa presidencia que tanto se había resistido. 

La opción de que Aragonès pueda instalarse en el Palau de la Generalitat pasa porque Laura Borràs acepte apoyarle. La otra posibilidad es que acepte pactar con el PSC y se conforme con volver a ser el vicepresident, como en los últimos tres años. Su compromiso de no hacerlo puede impedirle realizar un movimiento que le sería difícil de explicar ante parte de su electorado. Circunstancia de la que es previsible que el resto de partidos independentistas busquen provecho, al reprocharles que se unan a "uno de los partidos del artículo 155". Una referencia a los socialistas catalanes que el propio líder de Esquerra ha utilizado en numerosas ocasiones, pero que sería la única vía para que en Cataluña gobernara la izquierda. Ecuación en la que entraría En Comú Podem, que es el socio natural en ese espectro.

Esquerra no ha tardado en poner sobre la mesa que aspira a un referéndum de independencia "sin represión" que les permita caminar hacia una Cataluña independiente. Un mensaje directo hacia Moncloa de uno de sus socios clave en el Congreso. El cual también puede ser determinante para el partido que empezará a jugarse dentro de unas semanas en el Parlament. Está por ver cómo reacciona Sánchez, que el destinatario final del mismo. La mesa de diálogo entre Govern y Gobierno central sigue activa, y se espera que se reúna en las próximas semanas. La duda está en si quien liderará la comitiva catalana será un Aragonès que ha conseguido ganar a su rival en el independentismo. Algo que su mentor, Oriol Junqueras, no logró. 

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