Los pactos no le favorecen

El 'efecto Illa' permite al PSC ganar en votos en Cataluña sin que sea suficiente

Los socialistas catalanes logran lo que solo antes había hecho Ciudadanos, ya que nunca habían superado a la antigua CiU o a Junts per Catalunya. 

El candidato del PSC, Salvador Illa, cuando acudía a votar a su colegio electoral
El candidato del PSC, Salvador Illa, cuando acudía a votar a su colegio electoral
Agencia EFE | Toni Albir

El salto de Salvador Illa desde el Ministerio de Sanidad a Cataluña ha funcionado. Aunque ganar puede no ser suficiente para el objetivo de presidir la Generalitat. Estas son las conclusiones del 'efecto Illa' con el que Pedro Sánchez buscó dar un golpe sobre la mesa en la región con más tensión política de todo el país. Las elecciones del 14 de febrero eran el día señalado desde hacía meses para Moncloa, que quería movilizar al electorado de izquierda con un candidato que, según las encuestas, era el preferido de los catalanes para ser el nuevo president. Un guante que los votantes han recogido, permitiendo al PSC doblar los escaños que obtuvo en 2017. Pero el empuje independentista aleja a ese 'efecto Illa' del objetivo primordial. Su futuro en el Govern no está en sus manos. Y puede que dependa de ERC, que le ha declarado la 'guerra' política. 

Como muestra el escrutinio del 14-F, el PSC es el partido más votado y el que más escaños obtendrá junto a ERC en el futuro Parlament que salga de estos comicios. Un ascenso en el que ha sido clave la llegada de Illa, que a pesar de estar muy cuestionado por su gestión de la pandemia de coronavirus, ha logrado convencer con su perfil de izquierda que rompía por completo con el independentismo. Un liderazgo que ha sido bien acogido en gran parte por quienes votaron a Ciudadanos en 2017, y que se han pasado a opciones como el de Illa provocando a la vez un descalabro de casi 30 escaños para los de Carlos Carrizosa. Y que también ha servido para activar al votante independentista, que se ha movilizado ante un candidato 'fuerte'. Lo cual se vio en el último debate de las elecciones, que se convirtió en un 'todos contra Illa' en el que llevaron la voz cantante los aspirantes de ERC y Junts per Catalunya, Pere Aragonès y Laura Borràs. 

El problema para Illa empieza en cuanto se confirme por completo su victoria en votos. Los independentistas suman lo suficiente como para gobernar de nuevo, ya que Aragonès y Borràs pueden contar con los votos de la CUP para llegar a los 68 escaños de la mayoría absoluta. O al menos, quedarse muy cerca. Y dado que su alianza con En Comú Podem no va a permitirle alcanzar los escaños suficientes para ganar una investidura, su futuro pasa por aliarse con una Esquerra que incluso ha dejado por escrito que no la apoyaría. Pacto que es la única alternativa viable junto a un apoyo total del resto de formaciones. Lo que pasaría por un respaldo de Vox, PP o Ciudadanos a un socialista al que han criticado en todo momento recordándole su pasado en Sanidad. 

El impacto del exministro en la campaña se notó desde el principio. Las encuestas no tardaron en señalarle como el máximo favorito a la victoria. Pero nunca con una mayoría suficiente como para disputarle la presidencia al independentismo en condiciones de igualdad. En los sondeos de los últimos días, se mantenía como líder al superar a ERC y JxCat, que mantenían una pugna por la segunda plaza que se ha confirmado con los resultados de las urnas. Por lo que ha conseguido lo que nunca antes había hecho el PSC, que es vencer a un partido nacionalista o independentista en las urnas. Los socialistas ya habían logrado gobernar a pesar de quedar segundos. Pero ahora, se ven en la tesitura de ganar las elecciones sin tener opciones claras para encabezar la Generalitat. 

Gran parte de la viabilidad de un Illa presidenciable pasaba por el resultado que obtuvieran los 'comuns' de Jessica Albiach. La marca catalana de Podemos que integra a la antigua ICV ha conseguido mantener los ocho escaños que consiguió Xavier Domènech en 2017. Algo que es una buena noticia para los intereses del partido del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que temía una caída similar a la de Ciudadanos. Las encuestas de los últimos días les tranquilizaron, ya que les auguraban que se iban a mantener. Aun así, la idea del PSC de repetir en el Govern el pacto que llevó a Pedro Sánchez a Moncloa será imposible de ejecutar. Salvo que los partidos de derecha lo permitan. 

La apuesta que hizo Pedro Sánchez por el que ha sido su ministro más expuesto ha dado los frutos que esperaban en Moncloa. Lo que otorga otra victoria al presidente del Gobierno, que ha conseguido ganar a los independentistas en las urnas. Todo en unos comicios que han evidenciado que sus rivales por la derecha a nivel nacional, Ciudadanos y PP, se desploman en la segunda comunidad del país con más poder económico y político. Lo cual ha coincidido con la irrupción, una vez más, de Vox. Unos resultados que pueden dar cierta tranquilidad al Ejecutivo de coalición, que hasta el momento se ha entendido con Esquerra. Aunque está por ver que eso se traslade al Parlament de Cataluña. 

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