China acude a Seúl enrocada en la inmovilidad de su tipo cambiario

  • Seúl.- Los líderes chinos acuden a la cumbre del G20 en Seúl enrocados en la defensa del tipo cambiario del yuan, que, según Washington, mantienen artificialmente bajo, al tiempo que alertan sobre el peligro de devaluación del dólar tras la segunda inyección financiera en EEUU.

Corea del Sur y EEUU esperan desbloquear su TLC para la cumbre del G20
Corea del Sur y EEUU esperan desbloquear su TLC para la cumbre del G20

Seúl.- Los líderes chinos acuden a la cumbre del G20 en Seúl enrocados en la defensa del tipo cambiario del yuan, que, según Washington, mantienen artificialmente bajo, al tiempo que alertan sobre el peligro de devaluación del dólar tras la segunda inyección financiera en EEUU.

Tanto China como EEUU se mantienen inamovibles en sus posturas, lo que está provocando altas tensiones en las negociaciones que están desarrollando en Seúl los enviados de cada país del G20 previas a la cumbre de Jefes de Estado, que se inicia mañana, según aseguró hoy el portavoz de la reunión, Kim Yoon-Kyung.

El presidente chino, Hu Jintao, que llegará en las próximas horas a la capital coreana, pedirá además medidas para estabilizar la recuperación, como la coordinación de políticas macroeconómicas con el fin de recuperar la confianza, avanzar en la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI), reducir el desequilibrio entre el norte y el sur y la lucha contra el proteccionismo.

En una rueda de prensa previa a la cumbre, el viceministro de Finanzas Zhu Guangyao advirtió de las consecuencias que la segunda inyección financiera de la Reserva Federal de EEUU, de 600.000 millones de dólares y anunciada la semana pasada, pueda tener sobre las economías emergentes.

"Como principal emisor de divisa, EEUU tiene la responsabilidad de ayudar a estabilizar los mercados financieros globales. La decisión de la Reserva puede causar un excesivo movimiento de flujo de capitales hacia los mercados emergentes que puede sacudir" su estabilidad financiera, señaló Zhu.

La guerra de divisas está servida: mientras China defiende su tipo cambiario, que EEUU considera está devaluado en un 40 por ciento, Washington pone en marcha un exceso de liquidez que favorece la devaluación del billete verde.

La agencia oficial Xinhua, medio portavoz del régimen chino, sugirió tras los comentarios del viceministro que el G20 debería crear un mecanismo para frenar medidas como las adoptadas por la reserva estadounidense, "en especial cuando los países emisores no son capaces de aplicar políticas responsables de divisa".

A esta guerra de devaluaciones competitivas (para favorecer las respectivas exportaciones) cabe añadir que Pekín es el principal tenedor de deuda estadounidense, con más de 860.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU, por lo que ve peligrar su inversión y el valor de su reserva, la más cuantiosa del planeta.

En este contexto, Zhu expresó la disponibilidad de su Gobierno de dialogar con el resto de la comunidad internacional y con EEUU para coordinar políticas que aseguren la recuperación global, al tiempo que defendió su mecanismo de tipo cambiario, que ha permitido desde 2005 una revaluación del yuan del 24 por ciento.

China ha liderado la recuperación mundial desde el estallido de la crisis en 2008, superando este año a Japón como segunda economía mundial, mientras que las economías desarrolladas tradicionales están saliendo con mayor lentitud y dificultad de esta situación, incluido el líder, Estados Unidos.

Las economías emergentes, lideradas por China, temen que la nueva inyección estadounidense produzca un exceso de liquidez que Pekín ha calificado de innecesario y peligroso, una crítica a la que se han unido potencias exportadoras como Alemania y Japón.

Pekín ha alertado también de que la guerra de divisas desencadene medidas proteccionistas contra las que se ha opuesto desde el estallido de la crisis.

China ha reiterado su disposición para lograr un acuerdo marco de mínimos que favorezca un crecimiento más equilibrado, que reduzca el superávit de las potencias emergentes y el déficit de las desarrolladas, con la fórmula de medidas para estimular el consumo interno.

Mostrar comentarios