Cinco dramas de la sanidad pública de los que los políticos hablan poco en campaña

  • Carmen Flores, presidenta de la asociación 'El defensor del paciente', señala en una carta los mayores retos pendientes para el 26-M
Fotografía de un quirófano.
Fotografía de un quirófano.
Pixabay.

Lleva 22 años escuchando y viviendo historias "terribles" de los pacientes. Ahora, con las elecciones del 26 de mayo a la vuelta de la esquina, Carmen Flores, presidenta de la asociación 'El defensor del paciente', se dirige a los políticos de nuestro país no para "satanizar" la sanidad pública -"ni mucho menos"-, sino para poner de manifiesto "lo que está sucediendo" y que, pese a algunas promesas electorales, sigue siendo el drama de la Sanidad.

 Flores asegura que "cada vez son más claros los cambios en la tendencia de las denuncias" que reciben en la asociación, y ahora se centran en las largas listas de espera, la suciedad en los hospitales, la falta de atención en urgencias, la deficiencia de las ambulancias...  Con los datos en la mano, un total de 584.018 pacientes tenían indicada a finales de junio del año pasado una intervención quirúrgica no urgente en la sanidad pública, con una media de espera de 93 días (11 menos que en 2017), aunque el 12,2%de ellos (71.250) llevaba en la lista más de seis meses. 

Precisamente, una de las principales quejas que reciben en la asociación tienen que ver con las listas de espera...Sólo el 47% de los madrileños recibe cita en 48 horas para atención primaria, denunciaban hoy desde Defensa de la Sanidad Pública. Flores se enfrenta cada vez más a menudo a casos que aseguran "estar en lista de espera con un cáncer ya diagnosticado" y se indigna al pensarlo porque parece que ahora mismo "da igual todo lo que pase a los pacientes".

Pone como ejemplo que en numerosas ocasiones le llegan reclamaciones de enfermos que han sido intervenidos y puede haber complicaciones "porque la cita de la revisión no llega hasta 6-8 meses después". Recuerda en este caso los pacientes que murieron en Murcia a la espera de una intervención cardíaca (hasta ocho).

Otra de las grandes deficiencias que los pacientes denuncian es la falta de ambulancias "o que al final lleguen... sin médico". Otro frente está en los pacientes que "mueren en las salas de urgencias porque el médico no puede llegar a atenderles". También supone un porcentaje alto en el total de las quejas es recibir el alta hospitalaria después de una intervención o dar a luz "demasiado rápido". Desde el Observatorio madrileño de Salud hoy mismo han denunciado la reducción de 793 camas en los hospitales públicos de la Comunidad. 

Flores también se lleva las manos  a la cabeza cada vez que lee o atiende llamadas por falta de limpieza. "Los hospitales están sucios", asegura, con lo que eso puede conllevar. En más de una ocasión han denunciado falta de celadores, enfermeros o empleados de la limpieza. En este punto, Flores recuerda además algún caso concreto en el que los propios sanitarios han llegado a denunciar que los uniformes les llegan "no con la suficiente limpieza que necesitarían ". 

Para ella, la relación entre el personal sanitario y el paciente es cada vez más complicada "porque cada se recrudece el enfado. A la falta de personal y tiempo para atender, el paciente echa la culpa a quien tiene enfrente y algunas veces la única respuesta que recibe por el sanitario es que hablen con la Administración". La precariedad laboral a la que se enfrentan, por ejemplo, los centenares de aspirantes a enfermeros quedó latente este fin de semana en las oposiciones convocadas por el Servicio Galego de Saúde (Sergas). En una protesta trataron de reivindicar mejoras en las condiciones laborales del sector eventual de la enfermería pública, lo que ayudaría, a su juicio, a "mejorar la calidad de la sanidad pública y de la salud de los gallegos".

Las neglicencias son otro campo de batalla de la asociación. "¿Qué compensación tiene una inmovilidad de por vida?" dice Flores en la carta. Así, el último caso que ve la luz en los tribunales y que ha defendido la asociación es una condena de 1.700.000 € por el retraso en el diagnóstico de un tumor medular benigno de un joven que ha quedado en silla de ruedas de por vida. El caso se remonta a marzo de 2013, cuando el menor F.A.N, de 13 años de edad en ese momento y residente en Murcia, acudió junto a su madre en diversos momentos a su médico de atención primaria aquejándose de dolor de espalda. Para su desdicha no se le detectó a tiempo un tumor medular benigno en la espalda que finalmente provocó secuelas a nivel medular. Según la sentencia, firme, "queda probada plenamente pues la relación de causalidad entre dicha vulneración de la lex artis ad hoc y la secuela".

Mostrar comentarios