Comercios y gasolineras de Bamako abarrotados tras la imposición de sanciones

  • Los habitantes de Bamako se han lanzado hoy a los comercios y las gasolineras por miedo a las consecuencias del embargo impuesto ayer, lunes, por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), a la junta militar que dirige el país.

Idrissa Diakité

Bamako, 3 abr.- Los habitantes de Bamako se han lanzado hoy a los comercios y las gasolineras por miedo a las consecuencias del embargo impuesto ayer, lunes, por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), a la junta militar que dirige el país.

Indignados, pesimistas, optimistas o simplemente resignados, los malienses se enfrentan a la amenaza de la escasez alimentaria y la subida de precios por el embargo y de la división territorial como consecuencia de la rebelión tuareg en el norte del país.

"Si algo me preocupa es que se acabe la gasolina" aseguró a Efe Mahmadou Touré, un conductor de taxi de la capital maliense que culpa a los "malditos políticos" de haberse enfrentado a la CEDEAO.

La comunidad de países del África occidental que incluye a los vecinos del sur de Mali, excepto Mauritania, impuso ayer sanciones económicas, diplomáticas y financieras a la junta militar para que restaure el antiguo orden constitucional y entregue el poder a los civiles.

El capitán Amadou Haya Sanogo, jefe de la junta militar golpista que controla Mali desde el 22 de marzo, respondió a las sanciones asegurando que "toma nota" de lo decidido e instando al diálogo para salir de la crisis.

Kanté Fatou Nané, secretaria, se queja de que todos los productos alimenticios se han encarecido. "Nos han puesto en el podium de la vergüenza", asegura tras criticar la medida tomada por la CEDEAO.

Por su parte, Yacuoba Diallo, estudiante, aunque reconoce que va a ser muy difícil para los malienses superar la situación actual, sostiene que él no condena el golpe militar.

"Estoy muy decepcionado con los partidos políticos, que son los principales culpables de lo que estamos viviendo", declaró a Efe visiblemente indignado.

El agente de seguros Ousmane Sow cree "que pase lo que pase, cuando todo termine, Mali volverá a despegar".

"Después reconquistaremos el norte a esos falsos seguidores de la ley islámica que mienten, roban y atacan", dijo en referencia a los independentistas tuareg y varios grupos radicales islámicos que han tomado las tres principales ciudades del norte Tombuctú, Gao y Kidal, en medio de una gran confusión que no permite saber el peso de cada agrupación en la rebelión.

Según fuentes locales, combatientes cercanos al grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) se hicieron ayer fuertes en la ciudad de Tombuctú, horas después de que milicianos del grupo independentista tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), tomaran la localidad.

Por su parte, Kandiura Traoré, jubilado, se muestra preocupado por la posibilidad de que el dinero que le envían sus dos hijos, residentes en Estados Unidos y en Francia, no le llegue.

"Me voy a volver loco como tenga que arreglármelas sólo con la pensión", sentencia.

Mientras las consecuencias del embargo, que ya se ha puesto en marcha, se empiezan a sentir en Bamako, la capital de Mali espera la vista de emisarios de Burkina Faso y de Costa de Marfil, mientras la junta militar tiene previsto enviar una delegación a Nigeria, para intentar una salida política a la crisis.

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