¿Cómo hay que vestirse para un debate electoral? Claves para acertar con la ropa

  • Los candidatos que van a aparecer en los debates televisados deben vigilar su atuendo para que su mensaje no se pierda.
Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
PSOE

Semana clave para los candidatos que concurren a las elecciones generales. En apenas siete días los españoles están llamados a las urnas para elegir al nuevo gobierno, por lo que la campaña entra en su fase final y aparece en escena los debates televisivos. Después de todo el culebrón que hemos tenido acerca de a cuál debate iría cada candidato, finalmente habrá dos, el de RTVE de este lunes y el del martes en Antena 3. A ambos acudirán los candidatos de PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos después de que la Junta Electoral excluyera a Vox del de Atresmedia por carecer de la representación parlamentaria suficiente.

Así, Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera se verán las caras dos días seguidos para contrastar sus propuestas de cara al 28-A y ganarse el favor de los ciudadanos. Aunque la palabra será la protagonista de estos encuentros, no hay que dejar de lado la vestimenta, algo que puede tener mucha más importancia de lo que se puede pensar. De hecho, si no acompaña al mensaje puede costarle muy caro a los candidatos.

Por ello, los diferentes gabinetes de los candidatos preparan también a conciencia -o al menos deberían- el aspecto que estos deben dar en antena. En este sentido, tanto la ropa como la actitud y los gestos son las herramientas principales de comunicación no verbal que deben utilizarse para que el discurso sea certero y llegue al público. Así, nada de lo que vean en estos días en los debates televisados será casual.

Pero, respecto a la indumentaria, ¿qué es lo que deben ponerse los candidatos para no fallar? Lo más importante no es el qué, sino el cómo. Esto significa que todos deben llevar un atuendo que sea acorde a su personalidad y a lo que representan. Pensemos por ejemplo en el look habitual que luce Pablo Iglesias, muy informal y algo desaliñado, el cual se ha convertido en su sello personal y con el que quiere mostrar su plena implicación política y su poco apego por la ropa o la moda. Algo muy en línea con su ideología de izquierda, pues de hecho quiso demostrar que la ropa no le importa nada cuando confesó que la compraba en Alcampo. Pero no se dejen engañar, la imagen de Iglesias está perfectamente estudiada.

Tanto su ropa -las camisas remangadas con pantalón vaquero o tipo chino- como su peinado son fruto de su estrategia electoral. De hecho, se ha llegado a publicar que su famosa coleta no es fruto de la casualidad y que para lograr ese aspecto descuidado se mide desde su longitud hasta los mechones que deben salirse de la goma. Por ello, hablamos de una imagen física que está totalmente acompasada al discurso de Podemos. Por ello, si en estos debates el líder de la formación aparece con chaqueta y corbata sorprendería en estos debates sorprendería y podría tener un efecto adverso en su objetivo dialéctico.

Porque el objetivo principal de la indumentaria en un debate es que no distraiga la atención de lo que se está diciendo. Y para ello hay que huir aparecer 'disfrazado' con un ropaje que no es habitual. No es buen momento de innovar con la ropa o con el corte de pelo, hay que permanecer fiel al estilo de uno mismo y potenciarlo con las prendas que mejor sienten.

Además, hay una serie de cosas que deben estar totalmente prohibidas en en estos actos. Prendas de colores muy intensos o estampados, pues además de distraer pueden hacer daño a la vista de los telespectadores, corbatas muy llamativas y colores con algún tipo de connotación que pueda ser negativa para el candidato. Así, hay que apostar por colores neutros y clásicos -azul oscuro o negro en trajes y chaquetas y blanco o azul cielo en camisas- y prendas sencillas. 

También es muy importante que los complementos, quien los use, sean acorde a lo que se lleva. Es decir, que los zapatos no resalten -un negro clásico es lo ideal- y que las corbatas sean de la misma gama cromática del traje, chaqueta o camisa y preferentemente, lisas. Normalmente, los candidatos optan por colores que se identifiquen con su partido -el PSOE tira de rojos y el PP de azul, habitualmente-. Por último, si se lleva reloj -poco recomendable- debe ser lo más pequeño y austero posible. Nada de piezas doradas o plateadas de gran tamaño que, además, delaten un elevado precio.

La talla, fundamental

Otro aspecto importante es que la ropa quede perfecta. ¿Cuántas veces hemos visto a los políticos con ropa que no era de su talla? Las prendas deben amoldarse perfectamente al cuerpo y que no se vean mangas o bajos del pantalón demasiado largos o cortos ni trajes muy holgados o ceñidos. Cada uno debe llevar su talla perfecta. Y, en el caso de que pueda verse por algún descuido parte de la pierna, hay que elegir calcetines negros siempre.

Además, el aspecto de la ropa debe estar impoluta. No podemos ni imaginar una mancha o un descosido. O mucho menos un roto. Eso sería un error garrafal. Lo básico es que la apariencia sea fresca, limpia y cuidada pero no de una manera natural y nada impostada. Por ello, cada candidato debe elegir prendas con las que se sienta cómodo y que no vayan a pasarle factura a la hora de hablar.

Si alguno se siente inseguro o incómodo con su ropa no va a debatir a gusto, pues estará más preocupado por que las prendas no le molesten. Por eso, como decíamos, un debate no es terreno para lanzarse a la piscina en cuestiones estilísticas o apuntarse a alguna moda. El objetivo es que lo que lleven puesto no se convierte en la noticia principal al día siguiente. Esta noche lo sabremos.

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