Atienden 300 camas en el recinto

Unas horas con los capellanes de Ifema: los enfermos están solos y piden su ayuda

Unas horas con los capellanes de Ifema: los enfermos están solos y piden su ayuda
Unas horas con los capellanes de Ifema: los enfermos están solos y piden su ayuda
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Ifema es desde hace una semana un hospital improvisado donde muy pocos ingresados se conocen. Lo que hasta hace unos días podía ser una feria o una exposición ahora se ha convertido en una planta diáfana con hasta 300 camas para alojar a los enfermos menos graves de coronavirus. Es frío, no por la temperatura, y con mucho ajetreo. Cada alta se celebra como una gran victoria. Pero para los que se quedan el día se hace largo. Por eso la Consejería de Sanidad está intentando que la estancia de los ingresados sea de los más normal. Una de las últimas decisiones ha sido la de habilitar un servicio religioso para quien quiera hacer uso de él.

Son un grupo de capellanes que acuden de forma voluntaria al hospital temporal de Ifema. Han trabajado en hospitales, en el mismo servicio, y conocen bien a lo que se enfrentan cada día. El Gobierno autonómico contactó con el Arzobispado de Madrid para que los religiosos pudieran formar parte del equipo de atención del hospital y ellos aceptaron encantados. Están allí 24 horas al día, siempre disponibles.

Estos sacerdotes con mascarilla y guantes ofrecen atención religiosa a los pacientes que lo deseen. El protocolo es muy sencillo: el enfermo solicita al equipo médico que quiere hablar con ellos y el centro de mando del hospital hace el resto. Con los curas también hay que prestar la mayor de las atenciones y cumplir en todo momento las recomendaciones sanitarias. Los sacerdotes están en todo momento preparados para lo peor.

Los capellanes no quieren hablar con los periodistas. Prefieren mantenerse en el anonimato. Solo dicen que están haciendo su trabajo, como lo harían en un hospital como el Doce de Octubre, La Paz o el Gregorio Marañón. Aseguran también que estarán allí hasta que se marche el último paciente.

El Arzobispado de Madrid concreta que los sacerdotes de Ifema han sido activados por la Delegación Episcopal de Pastoral de la Salud, integrada en la Vicaría Episcopal para el Cuidado de la Vida. Añade que son más de un centenar los capellanes que están prestando servicio religioso y espiritual en estos momentos en todos los hospitales de Madrid, comunidad que es el epicentro de la lucha contra el coronavirus.

Lo peor de los enfermos es en ocasiones la soledad. Decenas de camas a su alrededor, respiradores con oxígeno, sanitarios yendo y viniendo... y sin poder estar con los suyos. En el exterior ocurre lo mismo: saben que tienen a su familiar allí y no pueden visitarlo. Algunos familiares, de hecho, han tenido acceso a un teléfono de los capellanes de Ifema y están llamando a él para intentar contactar con los enfermos. Los sacerdotes han decidido no atender estas llamadas desconocidas cumpliendo así los protocolos de Sanidad.

Los religiosos se están volcando durante estos días tan complicados para todos los españoles. Siguen celebrando misas o atendiendo feligreses. Eso sí, han echado mano de herramientas digitales. Ahora usan Youtube o Whatsapp para comunicarse con su comunidad. También han querido echar una mano a la hora de disponer de material sanitario, como es el caso de las carmelitas descalzas del Monasterio de San José de Zaragoza, que están utilizando su taller para fabricar mascarillas.

El trabajo de los religiosos se suma al que están haciendo un equipo de psicológos desplegados tanto en Ifema como en todos los hospitales de Madrid. Estos profesionales atienden tanto a pacientes como a otros profesionales en primera línea de batalla contra el virus. Médicos, enfermeros, policías y guardias civiles también tienen que echar mano de sus servicios en estas jornadas tan duras, en ocasiones. Asimismo Defensa ha habilitado un grupo de profesionales para la atención de los militares que precisen ayuda de este tipo.

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