Un siglo después, Turquía batalla contra la herencia de Sykes-Picot

Un siglo después de los acuerdos Sykes-Picot, el resentimiento de Ankara hacia ese pacto, por el cual británicos y franceses se dividieron el imperio otomano, sigue siendo un importante motor de la política exterior del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan.

Firmados el 16 de mayo de 1916 por los diplomáticos Sir Mark Sykes y François Georges-Picot cuando se perfilaba la derrota de Alemania y su aliado otomano en la Primera Guerra Mundial, estos acuerdos delimitaron las esferas de control e influencia de Francia y Reino Unido en la región y dieron forma en buena medida a las fronteras actuales de Oriente Medio.

Tras la fundación de una república laica en Turquía por Mustafá Kemal en 1923, el Estado turco dio la espalda a su pasado imperial para construir una nación moderna en el interior de sus propias fronteras; en su apogeo, el imperio otomano había gobernado sobre un territorio que se extendía desde las puertas de Viena al golfo de Adén.

Pero con la llegada al poder en 2002 del Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP, islamoconservador) de Erdogan, Turquía viró hacia una política exterior con la que busca reforzar su influencia en los territorios del eximperio, de Bosnia a Arabia Saudí.

En línea con sus ambiciones transfronteriza, Ankara tenía como proyecto crear una zona de libre comercio que incluyera Siria, Líbano, Jordania, y en un segundo tiempo, Irak. El acuerdo fue firmado en 2010 pero se ahogó en las primaveras árabes y con el inicio de la guerra en Siria.

Los actuales dirigentes turcos, acusados de neo-otomanismo por sus detractores, jamás han disimulado su desprecio hacia los acuerdos Sykes-Picot que, según ellos, crea barreras entre pueblos musulmanes y priva a Turquía de su influencia natural en la región.

En ese sentido, Erdogan no desaprovecha ninguna ocasión para denunciar el "regateo" que condujo a París y a Londres a "trazar nuevas fronteras con una regla".

"Siempre nos hemos opuesto a Sykes-Picot, porque ha dividido nuestra región y ha alejado nuestras ciudades las unas de las otras", declaró el primer ministro Ahmet Davutoglu en marzo.

En su opinión, hay quienes en la actualidad tratan de "escribir un nuevo Sykes-Picot" dividiendo Siria e Irak, ha asegurado, en un momento en que los kurdos reivindican mayor autonomía en esos dos países y en Turquía.

Las múltiples crisis que han incendiado la región en los últimos años, de la guerra en Siria al ascenso del grupo Estado Islámico (EI), han despertado en los turcos los demonios del acuerdo franco-británico.

"Todos los conflictos en la región (...) fueron concebidos hace un siglo" declaraba en 2014 Erdogan, que critica con frecuencia a los "nuevos Lawrence" (de Arabia) que tratan de desestabilizar la región, en referencia al oficial británico T.E. Lawrence, actor de la revuelta árabe contra el imperio otomano.

Los acuerdos Sykes-Picot se inscriben en una "narración de resentimiento contra los 'abusos occidentales'", explica a la AFP Sezin Oney, profesora de Ciencias Políticas en la universidad Bilkent.

En su opinión, "Ankara considera artificiales estas fronteras, y cree que limitan la herencia histórica de Turquía".

Las autoridades turcas han mostrado la dimensión de sus ambiciones en el conflicto sirio, alentando la caída de Bashar al Asad, pero sus iniciativas se han vuelto de momento contra Turquía: el país, que acoge a 2,7 millones de refugiados sirios, actualmente se enfrenta a la extensión del conflicto vecino a su frontera, regularmente alcanzadas por cohetes del EI.

Las recientes conmemoraciones recientes relacionadas con la Primera Guerra Mundial sirvieron de nuevo a los dirigentes turcos criticar el pacto franco-británico.

La inminente salida del gobierno del primer ministro Davutoglu, considerado como el artífice de la diplomacia turca de la última década, podría suponer un eventual cambio en esa política.

Si no fuera porque "creo que hay muy pocas posibilidades" de que eso ocurra", confiesa a la AFP el exembajador de Turquía en Estados Unidos Faruk Logoglu, subrayando que la política exterior implementada por Davutoglu siempre ha sido previamente aprobada por Erdogan.

Mostrar comentarios