Los huthis niegan que dispararan un misil balístico contra La Meca y critican a la ONU por hacerse eco

EUROPA PRESS
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La coalición internacional aseguró la semana pasada haber interceptado un misil disparado por los rebeldes, agregando que su objetivo era La Meca y recalcando que fue destruido sin sufrir daños.

En este sentido, el portavoz del Ejército leal a los rebeldes, Sharaf Ghalib Luqman, ha recalcado que el objetivo del misil era una base militar en la localidad saudí de Yeda.

Así, y tras resaltar que dichas acusaciones son "infundadas e inaceptables", ha lamentado que Cheij Ahmed se hiciera eco de las mismas durante su intervención el lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Luqman ha indicado que las palabras del enviado de la ONU "sirvieron para encubrir los crímenes cometidos todos los días por el régimen saudí y suponen una justificación para que cometan más aún", según ha informado la agencia yemení de noticias SABA.

Las declaraciones llegan unos días después de que los huthis describieran el nuevo plan de paz propuesto por la ONU supone "una plataforma de debate", si bien resaltó que el mismo contiene "defectos fundamentales".

Poco antes, el presidente yemení reconocido por la comunidad internacional, Abdo Rabbu Mansur Hadi, rechazó la propuesta de la ONU, afirmando que "abre la puerta a más sufrimiento".

Arabia Saudí lidera una coalición regional para apoyar al Gobierno de Hadi, mientras que en el bando contrario se sitúan los rebeldes huthis y las fuerzas leales al exmandatario Alí Abdulá Salé.

La ONU ha denunciado en numerosas ocasiones los supuestos abusos cometidos por la coalición saudí, a la que se le atribuyen ataques aéreos como el que mató a principios de mes a 140 personas durante un funeral en la capital, Saná Saná.

Este fin de semana, bombardeos de la coalición han matado a más de 80 civiles en bombardeos contra una prisión y una vivienda en las ciudades de Hodeidah y Taiz, respectivamente.

El conflicto entre las fuerzas de la coalición liderada por Arabia Saudí y los rebeldes huthis, que controlan gran parte del norte del país, incluida la capital, ha dejado tras de sí más de 7.000 muertos y miles de desplazados internos que se encuentran muy por debajo del umbral de la pobreza.

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