El alto el fuego en Libia, prioridad de la comunidad internacional

  • El Cairo.- El alto el fuego en Libia continúa siendo la prioridad de la comunidad internacional para poner fin al derramamiento de sangre y comenzar una transición dirigida por el pueblo, como revelaron hoy los dirigentes de la ONU, UE, Liga Árabe, Unión Africana y la Organización para la Conferencia Islámica.

La comunidad internacional aboga por un alto el fuego y el diálogo en Libia
La comunidad internacional aboga por un alto el fuego y el diálogo en Libia

El Cairo.- El alto el fuego en Libia continúa siendo la prioridad de la comunidad internacional para poner fin al derramamiento de sangre y comenzar una transición dirigida por el pueblo, como revelaron hoy los dirigentes de la ONU, UE, Liga Árabe, Unión Africana y la Organización para la Conferencia Islámica.

"Reiteramos nuestra llamada para un alto el fuego inmediato y verificable", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que presidió una reunión celebrada en El Cairo, en la que participaron los responsables de estas cinco instituciones.

Desde el comienzo del levantamiento popular libio, el 17 de febrero pasado, que acabó derivando en un conflicto armado, alrededor de 10.000 personas han muerto y numerosas permanecen atrapadas entre los combates, especialmente en la ciudad de Misrata.

Ban destacó también "la gran preocupación por la escalada de la violencia, el gran número de víctimas civiles y la violación de los derechos humanos".

Y alabó el encuentro describiéndolo como "una concreta demostración de que la comunidad internacional está trabajando junta por una causa común y con una sola voz por el pueblo de Libia".

Tras el alto el fuego, los cinco mandatarios establecieron como siguientes prioridades la ayuda humanitaria y el comienzo de "un proceso político para que el pueblo libio pueda elegir su propio futuro", y en el que se contemple sus aspiraciones de "democracia, libertad, imperio de la ley y desarrollo social y económico", agregó Ban.

En este sentido, el máximo responsable de la ONU resaltó que las cinco organizaciones han mostrado su "total apoyo" al enviado especial de las Naciones Unidas para Libia, el jordano Abdel Ilah Mohamed al Jatib, que, según Ban, "llegará a Libia pronto para continuar sus contactos con ambas partes".

Desde primeras horas de la mañana, varias decenas de libios partidarios del líder Muamar el Gadafi se manifestaron a las puertas de la sede de la Liga Árabe, donde tuvo lugar el encuentro, al grito de "Allah, Muamar, Libia y Ya".

No obstante, otro grupo formado por una treintena de antigadafistas llegó al lugar cuando la reunión ya había comenzado, y tras un enfrentamiento en el que llegaron a lanzarse piedras acabaron echando a los defensores del dirigente libio.

Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, insistió en que "el régimen libio ha perdido toda su legitimidad y debe abandonar el poder inmediatamente y permitir al pueblo libio que determine su propio futuro".

"Continuamos preocupados por la situación humanitaria en Libia y en sus fronteras. La UE ha ofrecido 96 millones de euros en asistencia humanitaria y hemos decidido que, si lo solicitara la ONU y sólo si lo solicitara, llevaríamos a cabo una operación para apoyar el envío de ayuda humanitaria", señaló Ashton.

Además de Ashton y Ban, en la reunión, que fue calificada sin excepción de muy útil por los participantes, estuvieron presentes el secretario general de la Organización para la Conferencia Islámica, Ekmeledin Hasan Oglo, el presidente de la comisión de la Unión Africana, Jean Ping, y el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa.

"Esta reunión ha sido muy útil para coordinar las acciones individuales y colectivas y para compartir nuestros puntos de vista", remarcó Ping en una breve intervención antes abandonar la rueda de prensa para coger un avión.

El pasado 17 de febrero estalló una protesta popular en la ciudad libia de Bengasi, la segunda del país, que se extendió por todo el este y numerosas localidades del oeste, donde no acabó de prender.

Las protestas civiles se tornaron poco después en una insurrección armada cuando los ciudadanos se hicieron con las armas abandonadas en los cuarteles por las fuerzas armadas de Gadafi, que pronto pasaron a la contraofensiva.

Desde entonces, rebeldes y gadafistas se enfrentan por el control del país en un conflicto en el que ninguna de las partes parece capaz de doblegar a su adversario, pese a la intervención de la comunidad internacional para imponer un espacio de exclusión aérea para proteger a los civiles de los ataques del régimen libio.

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