Llegarán medio millón en verano

El caravaning antiCovid invade el país... tras sacudir el bolsillo de los usuarios

Alquilar una autocaravana 15 días en agosto ronda los 2.000 euros y en algunos pueblos ponen restricciones a la ‘invasión’ que están recibiendo.

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El caravaning antiCovid invade el país... tras sacudir el bolsillo de los usuarios.
EUROPA PRESS

Entre 150 y 190 euros día según las prestaciones del vehículo. Alquilar una autocaravana de cuatro plazas para la primera quincena de agosto cuesta más de 2.000 euros, a los que hay que añadir otros 1.000 de fianza. Por unos 1.500 euros se puede alquilar un apartamento en primera línea de playa para 4 personas para la primera quincena de agosto y por el precio por el que se alquila este verano de 2020 una autocaravana puedes alojarte en un hotel de 3 estrellas en las playas del Mediterráneo. 

Esta forma de hacer turismo, el caravaning, se plantea como uno de las más seguras a la hora de cumplir las medidas sanitarias y el distanciamiento social y en España se ha producido una auténtica fiebre por ello. De hecho, prácticamente ya no quedan disponibles para el mes de agosto, casi ninguna de las 5.500 autocaravanas que hay en el mercado de alquiler en España, y las pocas que están disponibles lo hacen a precios ‘disparatados’. Alguien pretende hacer el ‘agosto’ precisamente con quienes han decidido pasar las vacaciones de este mes de agosto de la Covid-19 con ‘la casa a cuestas’.

“Este es un sistema de viaje en el que lo que prima es la libertad, el movimiento, la improvisación. Aquí se trata de hacer kilómetros, de dejarte perder por carreteras, de asomarte por rutas nuevas. Si te apetece estar plantado dos semanas en un mismo destino, no alquiles una autocaravana”, explican desde las asociaciones de usuarios, a la vez que advierten que es un “turismo caro”, ya que “de media puedes gastarte unos 3.000 euros en un alquiler de 15 días, más gasoil y demás gastos aparte”, advierten.

Además, el ‘boom’ de las autocaravanas ha propiciado que muchos ayuntamientos reaccionen ante la ‘invasión’ y hayan restringido el acceso de estos vehículos a sus calles y playas. Igualmente, los habituales de esta forma de hacer turismo y los nuevos advenedizos advierten que España no está bien preparada y con las suficientes instalaciones para estos tipo de vehículos. “El turismo itinerante apenas podrá disponer este año de poco más de un millar de áreas de autocaravanas repartidas por todo el país. Por un lado, algo histórico teniendo en cuenta las 183 que existían en 2010, pero ridículo teniendo en cuenta las 6.000 existentes en Francia y Alemania, 4.500 en Italia o 2.000 en los Países Bajos”, explican desde la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar). Como se puede comprabar, no es oro todo lo que reluce en el turismo itinerante y la moda del viajar con la ‘casa a cuestas’ no es tan barata ni tan sencilla.

En junio se ha producido un incrementos del 20% en la matriculación de autocaravanas nuevas, con 1.208 unidades frente a las 1.007 del mismo mes del año pasado y según Aseicar entre mayo y junio ya se habían reservado a nivel nacional más del 80% de estos vehículos para el verano. Según esta organización, el parque móvil en España ha pasado en los últimos años de los 250.000 vehículos a los más de 300.000 actuales entre caravanas (230.000), autocaravanas (60.000) y campers (10.000). Entre los nacionales y los turistas extranjeros que nos visitan pese a la Covid 19 este año se pasearán por nuestras carreteras y pueblos cerca de 500.000 caravanas y autocaravanas.

Sin embargo, como decimos, este auge choca claramente con una grave carencia que sufre el sector en España desde hace décadas: la falta de áreas de estacionamiento y pernocta de autocaravanas. Estas áreas atraen a nuevos turistas, generan beneficios económicos en los comercios próximos y desestacionalizan los periodos vacacionales. Algunas CCAA han sabido ver y entender esta necesidad y han apostado claramente por el turismo itinerante creando nuevas áreas como, por ejemplo, Galicia (más de 100), Cataluña (90) o Castilla y León (80). Otras diputaciones provinciales como la de Ciudad Real ya trabajan en la creación de 20 áreas en toda la provincia para fomentar el turismo en pequeñas localidades. Sin embargo, otras comunidades autónomas como la de Madrid, zona de visita y de paso para miles de autocaravanistas, apenas cuentan con 8 áreas y ninguna en el entorno de la capital.

Muchas de estas zonas habilitadas tienen un precio de entre 10 y 20 euros diarios y cuentan, la mayoría, con agua, desagües, conexión eléctrica y acceso cercano a transporte público. Eso sí, se suele prohibir en ellas desplegar elementos de acampada. Incluso, en ciudades como Córdoba, San Sebastián, Logroño, Pamplona, Alicante, entre otros, se han habilitado, en zonas céntricas, parkings específicos y acondicionados para el estacionamiento e incluso la pernoctación durante un máximo de 48-72 horas. “El sector vive un momento de bonanza que repercute indiscutiblemente en la economía del país. Por ello, queremos que las distintas administraciones, especialmente algunas autonómicas, se decidan a aumentar estas áreas de autocaravanas para fomentar este turismo tanto nacional como extranjero, asegura José Luis Jurado, presidente de Aseicar. 

La invasión o el retorno económico

Pero el fenómeno del autocaravaning tiene sus contrapartidas y en algunos municipios -dicen los usuarios de las vacaciones con ‘la casa a cuestas’ que en la mayoría de ocasiones por las presiones del sector hostelero-, se están produciendo ya restricciones a la ‘invasión’ de autocaravanas. Nigrán (Pontevedra), Cangas do Morrazo (Pontevedra), Torrevieja (Alicante), Haría (Lanzarote), Nerja (Málaga) o Tarifa (Cádiz), el paraíso del windsurf, son algunos de los municipios que han puesto coto a las autocaravanas en sus calles y en sus playas.

Así, por ejemplo, en Tarifa, 90 vehículos han sido denunciados en esta semana en el entorno del Parque Natural del Estrecho, por pernoctar y estacionar en zonas no habilitadas con autocaravanas y furgonetas adaptadas (camper). En muchos casos, los vehículos denunciados se encontraban realizando acampadas que se prolongaban durante días, “en las que estos vehículos despliegan mesas, toldos, sillas e incluso actividades con fuego, como barbacoas, constituyendo la zona un lugar de camping no autorizado” .

A mediados de junio, lo que ha provocado incluso hasta maifestaciones de autocaravanistas, el ayuntamiento de Haría (Lanzarote) tomó la decisión de delimitar el acceso a las playas de su municipio y para ello puso grandes piedras que imposibilitan el paso y reducía el número de posibles visitantes. El objetivo era limitar las aglomeraciones de caravanas y autocaravanas que se estaba produciendo debido al cierre del Camping de Papagayo. 

Los autocaravanistas se defienden y hablan de su forma de hacer turismo: “En nuestro ADN de autocaravanistas llevamos con absoluto orgullo el máximo respeto al medioambiente porque es lo que disfrutamos día a día en nuestros viajes y es lo que nos diferencia del resto de modos vacacionales. Somos nosotros los primeros en cuidar al máximo el entorno por donde pasamos y nos movemos. Somos una fuente económica cada vez más importante para muchos ayuntamientos y, con un desembolso medio de 150€ al día en gasolineras, supermercados, restaurantes, farmacias… La ‘plaga’ de autocaravanistas vamos a gastar cerca de 400 millones de euros en julio y agosto”., aseguran desde Aseicar.

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