El fiscal pide 1.180 años para 2 etarras que atentaron en cuartel Santa Pola

  • La Audiencia Nacional juzgará a partir de mañana a los etarras Oscar Zelarain y Andoni Otegi por el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante) en 2002, en el que murieron dos personas, una de ellas una niña de seis años, hechos por los que la Fiscalía pide 1.180 años de cárcel.

Madrid, 19 feb.- La Audiencia Nacional juzgará a partir de mañana a los etarras Oscar Zelarain y Andoni Otegi por el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante) en 2002, en el que murieron dos personas, una de ellas una niña de seis años, hechos por los que la Fiscalía pide 1.180 años de cárcel.

El juicio, que está señalado hasta el próximo miércoles, se celebrará ante la sección segunda de la sala de lo penal de este tribunal tres meses después de que se suspendiera la vista porque uno de los acusados -Zelarain- no pudo ser trasladado desde la prisión de Alcalá-Meco por una "incidencia" en el transporte.

Para el fiscal Miguel Ángel Carballo, los acusados son autores de un delito de estragos terroristas, dos de asesinato terrorista y 55 de asesinato terrorista en grado de tentativa, por lo que reclama para cada uno 1.180 años de cárcel.

Según su escrito de conclusiones provisionales, sobre las 20:15 horas del 4 de agosto de 2002 Zelarain y Otegi, que formaban parte del comando "Argala" de ETA, "explosionaron un coche-bomba que habían estacionado junto a la valla del acuartelamiento (...) con intención de matar a cuantas personas se encontrasen en su interior".

El Ministerio Público sostiene que "el vehículo fue instalado sin previo aviso al objeto de lograr el mayor número posible de víctimas y a una hora en la que presumían que los agentes residentes en las viviendas de la casa cuartel se encontrasen cenando y, por tanto, lograr así la mayor lesividad posible".

La explosión causó la muerte de la niña Silvia Martínez, de 6 años, hija de un agente que vivía en el cuartel, y del jubilado Cecilio Gallego, de 57 años, que estaba en una calle contigua al edificio esperando el autobús.

Además, otras 55 personas resultaron heridas y hubo cuantiosos daños materiales, especialmente en el acuartelamiento, cuya reconstrucción costó más de seis millones de euros.

El vehículo utilizado como coche-bomba había sido robado en Francia el 5 de junio de 2002 y las placas de matrícula que le fueron colocadas correspondían a una partida robada por ETA en Éibar (Guipúzcoa) el 20 de noviembre de 1999.

Según el fiscal, el artefacto colocado en su interior contenía unos cien kilos de explosivo "y su sistema de iniciación sería eléctrico con un sistema de activación temporizada".

Asimismo, afirma que Zelarain, alias "Peio", y Otegi, "Iosu", se hospedaron los días anteriores al atentado en el cámping Bahía de Santa Pola, a unos cuatrocientos metros del cuartel, y que se desplazaron en un ciclomotor alquilado y en bicicleta para grabar su objetivo.

Esos datos se comprobaron tras la detención de ambos en Bagneres de Luchon (Francia) el 20 de septiembre de 2002, ya que se les intervino una cinta de vídeo -en la que había una huella dactilar de Otegi- "con grabación de imágenes del acuartelamiento de la Guardia Civil de Santa Pola", así como fotos del mismo lugar.

Los dos etarras también tenían en su poder croquis de cuarteles de Alicante y de Torrevieja y un listado de matrículas y modelos de coches de la zona para "doblar" las placas.

Asimismo, hay una "autocrítica" manuscrita por Otegi -que se intervino al dirigente etarra Ibon Fernández Iradi, "Susper"- en la que él mismo y Zelarain "relatan de modo preciso su actuación en España en el verano de 2002 y, en concreto, realizan menciones relativas a los atentados cometidos por ellos en la zona de Santa Pola y Torrevieja".

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