El Frente Nacional francés desafía con tránsfugas y candidatos sorpresa

  • El ultraderechista Frente Nacional francés, que el domingo reta en unas elecciones parciales a los conservadores después de lograr eliminar a los socialistas en primera vuelta, desafía a los grandes partidos con tránsfugas y candidatos sorpresa.

Javier Alonso

París, 21 jun.- El ultraderechista Frente Nacional francés, que el domingo reta en unas elecciones parciales a los conservadores después de lograr eliminar a los socialistas en primera vuelta, desafía a los grandes partidos con tránsfugas y candidatos sorpresa.

El movimiento de Marine Le Pen se exhibe fortalecido en algunas encuestas que le ponen incluso por delante del presidente François Hollande en preferencia de los electores cuando se cumple un año de la entrada del FN en la Asamblea Nacional tras 25 años de ausencia.

Y la ocasión para sacar músculo es la elección parcial en Villeneuve-sur-Lot (suroeste) que el domingo enfrentará a su candidato, Etienne Bousquet-Cassagne, al de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-Louis Costes.

La elección, convocada para reemplazar al ex ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, imputado por presunto fraude fiscal y expulsado del Gobierno, llega en un momento de horas bajas para los socialistas, con un Gobierno que admite que sus soluciones para afrontar la crisis tardan en dar resultados.

El duelo FN-UMP es la jugada perfecta para la líder del partido que fundó su padre, Jean-Marie Le Pen, cuando proliferan los anuncios de candidatos para la formación ultraderechista procedentes de los otros dos grandes partidos, a los que Marine quiere batir en sus feudos tradicionales.

Son los casos de Anna Rosso-Roig, antigua candidata por el Frente de Izquierdas en los comicios legislativos, ahora en la lista del FN para las municipales en Marsella, del excentrista André Kornmann, cabeza de lista frentista por Estrasburgo, o del exsocialista Antoine Ibba, que se presenta en Grenay (Pas-de-Calais).

A falta de datos comunicados oficialmente por el partido, la prensa publica los suyos propios.

El diario "Le Parisien" alude a una treintena de tránsfugas de otros partidos y el semanario "Le Point" los calcula así: para las elecciones municipales de 2014 el FN se ha llevado de momento a 13 antiguos candidatos de la UMP, a tres del centrista MoDem, a siete del Partido Socialista y a otros seis de otras formaciones más pequeñas.

Uno de los más conocidos de estos candidatos "prestados" de otras corrientes, a veces de origen en el otro extremo del espectro político francés, es el exdirector de la organización de defensa de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras, Robert Ménard.

Candidato a las municipales por Béziers (sur), Ménard tiene orígenes nada disimulados en la Liga Comunista Revolucionaria, un pasado con los socialistas en el poder y apoyo ahora del partido de Le Pen para intentar conquistar esa ciudad mediterránea, que sufre las consecuencias de la crisis.

Estos candidatos extraños al FN sirven al objetivo declarado de Le Pen de "desdemonizar" el partido, hacerle presentable para una mayoría de franceses que tienen en la memoria polémicas declaraciones de su padre y de ella misma claramente xenófobas y, en el caso de Jean-Marie, perfectamente revisionistas sobre los nazis.

Frente a aquellos sondeos que proclaman que el FN de Marine adelanta el PS de Hollande, no es menos cierto que otras encuestas ponen en entredicho que la estrategia de la líder ultraderechista haya tenido éxito.

Entre las últimas, la publicada esta misma semana y que indica que para el 60 % de los franceses el FN no lo haría mejor que los partidos tradicionales si se hiciera con las riendas del poder.

El sondeo, del canal de televisión "BFMTV", muestra que son un 39 % de los consultados quienes piensan que "decididamente no" lo harían mejor los gobernantes salidos de las filas de la ultraderecha.

La clara estrategia de captación de candidatos de otras formaciones contrasta con la relativa discreción mantenida por Le Pen durante las constantes manifestaciones de los opositores a la ley de matrimonio homosexual, que durante los últimos meses han exhibido en sus filas a representantes de movimientos afines al FN.

Discreción relativa, ya que la líder ultraderechista fue rotunda al calificar de "acto eminentemente político" el suicidio dentro de la catedral de Notre-Dame de un conocido intelectual de la ultraderecha manifiestamente opuesto a la ley que ya permite en Francia bodas entre personas del mismo sexo.

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