El ideólogo de eta abogó por abandonar las armas si se fraguaba un acuerdo entre independentistas

El que fuera máximo dirigente del aparato político de ETA, Ekaitz Sirvent, redactó un documento en el que abogaba por “abandonar la defensa armada de Euskal Herria” y “recoger los frutos” si se fraguaba un acuerdo sólido entre los herederos de la ilegalizada Batasuna y los partidos independentistas legales para “conducir el proceso democrático”.
Estas reflexiones de Sirvent vienen recogidas en la demanda presentada esta mañana ante el Tribunal Supremo por la Fiscalía General del Estado para impedir que Sortu se inscriba en el registro de partidos y concurra a las elecciones del próximo 22 de mayo, un escrito que asegura que el nuevo partido es continuación de la ilegalizada Batasuna y está al servicio de ETA.
La demanda recoge el documento titulado “Herri Antolatuaren Estrategia Independentista Baterantz”, redactado por Sirvent en diciembre de 2008 y que le fue intervenido tras su detención en París el 10 de abril de 2009.
El ideólogo etarra señalaba en ese escrito la necesidad de “detener las campañas de acción y recoger los frutos” si se creaba una verdadera “Herri Antolatua” (organización popular en euskera), en referencia a un hipotético acuerdo organizativo entre los herederos de Batasuna y formaciones como Aralar o Eusko Alkartasuna.
“En la medida de que el nivel de compromiso de ‘Herri Antolatua’ vaya en aumento, la actitud más adecuada para ayudar sería detener las campañas de acción y recoger los frutos. Si ‘Herri Antolatua’ creara una dirección unificada para conducir el proceso democrático, ETA firmaría un acuerdo de compromiso para abandonar la defensa armada de Euskal Herria”, aseguraba Sirvent.
El departamento dirigido por el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, utiliza el documento intervenido al que fuera ideólogo de ETA para intentar demostrar que el nuevo partido de la izquierda abertzale nace de la estrategia marcada por la dirección de la banda terrorista.
Aún así, la propuesta de Sirvent contenía un matiz importante. A pesar de abogar por “abandonar la defensa armada”, el ideólogo etarra situaba a la organización terrorista como “garante” y “protector” del acuerdo del denominado “polo soberanista” y de un hipotético proceso independentista.