El pacto con Colau y la respuesta al yihadismo dan un respiro a Podemos

Tras varias semanas de caída estrepitosa-sobre todo teniendo en cuenta las iniciales expectativas- Podemos ve amortiguados sus resultados para el 20-D. Eso, al menos, a tenor de la última encuesta conocida, la de GAD3 para el diario ABC, en la que, aunque el partido sigue cuarto, recuperaría dos puntos en relación a la semana anterior.

Esos dos puntos-lograría un 15'6% del voto-se traducen en 44 diputados, siete más, y en estrechar el margen sobre Ciudadanos, partido que se ve frenado en su acelerada subida. Según este sondeo, la formación de Rivera seguiría ocupando el tercer lugar, con un 16'4% del voto, punto y medio menos que hace siete días. La misma proyección reafirma el auge del bipartidismo y consolida al PP como ganador de los comicios, con un 28'5% de voto estimado-129 diputados, dos más que hace una semana- y al PSOE, segundo con un 22'8 por ciento, 93 escaños. La caída de ambos, no obstante, sigue siendo brutal. Los populares han perdido 57 diputados en relación a las elecciones de 2011, y los socialistas, 17.

A esta encuesta le preceden otras dos, publicadas este fin de semana, la de El Correo de Andalucía, que coloca a Podemos en cuarta posición con un resultado similar, 16,81 por ciento y 47 escaños, y la de Sondaxe, para La Voz de Galicia, donde el partido de Iglesias también es cuarto, en este caso, con un 13,9 por ciento de los votos.

Ante la volatilidad de los sondeos caben pocas explicaciones certeras, aunque sí puede apuntarse el impacto de aquellos fenómenos ocurridos en el corto período de tiempo entre los dos sondeos de GAD3. Entre ellos, la postura sobre el terrorismo yihadista tras los ataques de París, acontecimiento que ha traído a primer plano el debate sobre la seguridad, y que ha desplazado en influencia a otras cuestiones, como el desafío soberanista.

En este caso, Podemos ha ganado votos por su postura netamente "pacifista", una propuesta que conecta con la esencia del partido, al marcar los límites en esa respuesta al respeto a la sociedad civil y la democracia.

Iglesias se desmarcó del pacto antiyihadista firmado por PP, PSOE y Ciudadanos, al considerar que las soluciones no habrían de basarse en la "venganza", si bien días después, matizó su postura y ofreció al Gobierno y al resto de fuerzas una colaboración dejando al lado las "etiquetas" políticas. Esa colaboración pasa, por ejemplo, porque el partido quiere sentirse integrado en la respuesta conjunta a la amenaza yihadista, ofreciéndose a estar presente en "todas las reuniones" que se celebren para buscar soluciones, como expresó el propio secretario general en una conversación telefónica con Rajoy.

No obstante, la propuesta para Podemos sigue basándose en la firme oposición a los bombardeos a la población civil y en un plan concretado en torno a siete puntos, que el partido ha enviado a las formaciones. Entre ellos, destacan medidas para cortar las vías de financiación y el abastecimiento logístico del autodenominado Estado Islámico, la neutralización de las redes de captación y adoctrinamiento o el refuerzo de la población civil.

"Estamos ante un desafío que requiere a la vez incrementar la eficacia de la acción del Estado y reafirmar un compromiso incuestionable con la democracia y los derechos humanos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras", subrayó la formación emergente en un comunicado.La influencia de Colau

La otra explicación habría de buscarse en las coaliciones electorales que Podemos ha cerrado en varias comunidades, esencialmente Cataluña, donde la formación concurre en la plataforma En Comú Podem, promovida por Ada Colau. El tirón de la regidora catalana ha calado en un amplio sector de simpatizantes, que consideran este acuerdo beneficioso para tratar de revitalizar los pobres resultados de las catalanas, donde el partido no logró mejorar siquiera la marca que ya tenía ICV-su socio-en el Parlament.

La alianza tiene, no obstante, costes para los de Iglesias. Colau ha marcado condiciones y ha impuesto un cabeza de lista, Xavier Domènech, además de su marca, que irá por delante de la de Podemos. Una fórmula contraria a la que en su día aprobó la asamblea ciudadana del partido en referéndum e insistentemente defendida por el partido, que implicaría que la marca ocuparía el primer lugar en la papeleta. Así, finalmente, el nombre de la candidatura será "En Comú Podem - Podem En Comú". Las cesiones no acaban ahí, ya que Colau ha colocado en los primeros puestos de las listas a personas de su entera confianza, y ha obligado a que la coalición tenga grupo propio en el Congreso, al margen del que pueda tener Iglesias.La polémica con los 'fichajes' queda de momento solapada

De manera seguramente más residual cabría apuntar también otro elemento que influye en el resultado. Los últimos fichajes de la formación morada, entre ellos el exJEMAD, Julio Rodríguez-segundo por Zaragoza- o el de Juan Pedro Yllanes, el magistrado que iba a juzgar a la Infanta en el caso Nóos y con un peso específico en la judicatura Balear.

La política de fichajes del partido ha sido, no obstante, controvertida. A las bajas "por cuestiones personales" del exvocal del CGPJ, Jossé Manuel Gómez Benítez y del constitucionalista Javier Pérez Royo, anunciados ambos a bombo y platillo por el partido, se une el amplio descontento entre las bases por los "dedazos" en la elaboración de las listas. La brecha es especialmente evidente en Aragón y en Andalucía, donde un sector crítico ha renunciado incluso a participar en campaña como crítica al hecho de que varios candidatos elegidos en primarias se hayan visto desplazados con las imposiciones de la dirección. Por el momento, ese malestar no queda reflejado en los sondeos.