El PP gana en Andalucía pero la izquierda puede gobernar en coalición

Sevilla (España), 25 mar.- Por primera vez el conservador Partido Popular (PP) ha ganado las elecciones regionales en Andalucía, pero quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta, lo que facilita que el Partido Socialista (PSOE) e Izquierda Unida puedan gobernar en coalición.

El PP, que obtuvo 50 diputados, fue la fuerza más votada con el 40,64 % de los votos, seguido del PSOE, con 47 diputados (el 39,53 %) y la formación Izquierda Unida (IU), con 12 y que duplica los 6 parlamentarios obtenidos en 2008.

La victoria popular puede resultar insuficiente para gobernar la comunidad más poblada de España con 8,4 millones de habitantes, al quedar a cinco escaños de la mayoría absoluta de 55 diputados en un parlamento de 109 asientos.

Estas elecciones, las primeras después de que el Partido Popular llegará el pasado diciembre al gobierno de España con Mariano Rajoy al frente, se desarrollaron en un contexto de crisis económica en una región que tiene una tasa de desempleo del 31 por ciento, la más alta del país.

A la difícil situación económica se unió en los últimos meses un gran escándalo de corrupción que afectó al gobierno regional socialista con uno de sus consejeros acusado de malversar fondos públicos destinados al desempleo.

Con ese trasfondo, el PP subió 3 escaños respecto a las elecciones de 2008, mientras que el PSOE perdió 9, e Izquierda Unida dobló su representación hasta 12 diputados.

El candidato del PP, Javier Arenas, que aspiraba a la Presidencia andaluza por cuarta vez, proclamó la victoria de su partido como "un hecho histórico" tras más de 30 años de gobierno socialista y se ofreció a garantizar "la estabilidad y la gobernabilidad" de la región a través del dialogo.

La "número dos" del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, calificó también de "histórica" la victoria y destacó que "es el mejor resultado que nunca ha obtenido el PP en Andalucía".

El candidato socialista, José Antonio Griñán, que se presentaba a la reelección, reconoció que "no esperaba tanto" en "las circunstancias sociales y económicas tan difíciles" en las que se celebraron los comicios.

La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, consideró "excelentes" los resultados y afirmó que el PP "ha fracasado en todas sus expectativas" al "quedar muy lejos" de la mayoría absoluta en Andalucía, donde hubo "una mayoría progresista".

El dirigente que tendrá la llave de un eventual gobierno de coalición, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, avanzó que impedirán con sus escaños que gobierne el popular Javier Arenas.

También interpretó los resultados como un castigo de los ciudadanos a la política neoliberal del PP y afirmó que han "deslegitimado" los recortes sociales y la reforma laboral del Gobierno de Rajoy.

Los analistas destacan que los resultados de Andalucía han permitido al PSOE evitar el descalabro que hubiera supuesto una victoria por mayoría absoluta del PP y les dejan la puerta abierta a seguir en el Gobierno de su tradicional feudo andaluz.

Hoy también se celebraron elecciones regionales en Asturias (norte), donde los socialistas fueron la fuerza más votada pero tampoco alcanzaron la mayoría absoluta.

Con 16 diputados, el PSOE ganó los comicios, seguido de Foro Asturias, con 13 y el Partido Popular (PP), que mantiene sus 10 parlamentarios.

Estas dos fuerzas, ambas de centroderecha, podrían unidas formar gobierno.

El Parlamento regional de Asturias está formado por 45 diputados, y la mayoría absoluta son 23.

Izquierda Unida subió un escaño al obtener cuatro diputados y Unión, Progreso y Democracia (UPyD) -un partido de centro-, entra con un diputado en el parlamento regional.

La fragmentación de fuerzas forzará a negociar coaliciones para poder gobernar ya que todos los partidos han quedado lejos de los 23 escaños que marca la mayoría absoluta.

El Foro Asturias (FAC), partido fundado por el exdirigente del PP Francisco Álvarez-Cascos, gobernaba esa región tras ganar los comicios anteriores, en mayo de 2011, pero decidió adelantar las elecciones por falta de apoyos en el parlamento.