Tel Aviv.- El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, se despide hoy de Israel con la promesa de extenderle el apoyo de su gobierno en los foros internacionales, a la vez que tilda de "inquisición" el Informe Goldstone sobre la última guerra en Gaza.
"Lo hemos hecho ya en Naciones Unidas, en varios votos, y en todo lo que podamos ayudar y servir estamos a la orden", dijo Martinelli en entrevista con Efe reiterando un mensaje que ya había comunicado al presidente, Simón Peres, y al primer ministro, Benjamín Netanyahu, en sus reuniones del martes.
"Nosotros no somos miembros del Consejo de Seguridad, pero cuando se presente en la Asamblea una condena y consideremos que es injusta vamos a darle el voto favorable al estado de Israel, junto con la posición americana", insiste.
Martinelli abandonará esta tarde la región tras cinco días de visita, la primera de un presidente panameño a Israel en más de dos décadas y con la que ha buscado en todo momento dar un impulso sustancial a unas relaciones bilaterales que comenzaron en junio de 1948, a pocos días de crearse el Estado judío.
Subrayando unos vínculos históricos que dijo han superado la gran distancia geográfica entre ellos, explica que los dos países "mantenemos los mismos ideales, los mismos principios, los mismos valores, y por eso estamos apoyando al Estado de Israel".
También descalifica la validez del Informe Goldstone sobre la operación militar Plomo Fundido que Israel lanzó en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009, que acusa al Ejército israelí de supuestos crímenes de guerra por las cuantiosas víctimas civiles entre los 1.400 muertos palestinos.
"Lo primero en una democracia es que una persona es inocente hasta que le prueben culpable. En ese informe Usted es culpable y no tiene oportunidad de probar su inocencia. Es como una inquisición", afirma.
Al frente de una delegación de siete ministros y numerosos empresarios, Martinelli ha tratado con los máximos dirigentes israelíes "temas relacionados con la seguridad y un mayor intercambio entre los dos gobiernos".
Pero empresario por naturaleza y dedicación hasta que fue elegido presidente, los encuentros de carácter económico y comercial han completado una agenda con la que buscaba oportunidades de negocio, inversiones y cooperación.
"Ha sido una visita muy exitosa (en la que) he tenido la oportunidad de entrevistarme con una gran cantidad de empresarios israelíes que tienen deseos de invertir en Panamá", declara.
Uno de los proyectos que ha planteado es establecer una conexión aérea directa entre los dos países, para lo cual ha pedido al presidente de la compañía israelí El Al que estudie la posibilidad de volar a Panamá City, que "tiene el sexto aeropuerto mejor conectado del mundo".
"Hay muchos peregrinos católicos que vendrían a ver la ciudad santa, que es la capital del mundo, y a la vez también hay muchas personas de ascendencia judía o con familiares acá", agrega sobre la conveniencia económica de una conexión que podría tener también extensión regional en el área latinoamericana.
En el plano agrícola, otro de los asuntos que más le han ocupado, Martinelli cree que Panamá puede "aprender mucho de Israel", porque "es un país que no tiene agua, que no tiene las mejores tierras y a la vez es una potencia agro-exportadora".
"Nosotros quisiéramos copiarnos lo que hace bien Israel, que nos ayude con tecnología, semillas y capacitación técnica", matiza.
En sus cinco días de estancia en Israel la delegación panameña también ha visitado lugares santos como el Muro de las Lamentaciones o el Santo Sepulcro, este último, según Martinelli, el "lugar que más me ha emocionado.. porque como católico, como cristiano, Jesucristo es la figura más grande que hay".
Elías L. Benarroch
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