El supuesto chivato de WikiLeaks era un joven "inestable" que se hacía pis encima

  • Su presunta confesión por chat de la filtración, testimonios de sus amigos de infancia y juventud y el acoso de sus compañeros en el Ejército. Estos son sólo algunos de los ingredientes que ahora desvela un documental sobre Bradley Manning.
Bradley Manning
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lainformacion.com
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"Si tuvieras un acceso sin precedentes a redes clasificadas catorce horas al día, siete días a la semana durante más de ocho meses, ¿qué harías?". Ésta es la pregunta que Bradley Manning supuestamente le plantea por chat a un hacker conocido en el "gremio" de los piratas informáticos llamado Adrian Lamo.

Al final parece que se decide por pasarle esa información a la mayor web de filtraciones del mundo. WikiLeaks habría tenido la suerte de que Manning pensara en ellos para dar a conocer al público de todo el mundo las vergüenzas y los secretos de Estados Unidos además de los de la diplomacia de medio mundo.

Bajo esa acusación se enfrenta ahora una condena de 52 años. Bradley Manning ha pasado meses recluido en una pequeña celda completamente aislado y sólo hace mes y medio que las autoridades accedieron a trasladarle a una cárcel en la que puede –por fin- recibir visitas de sus familiares y relacionarse con otros presos.

Hasta diciembre no empezará el juicio contra este soldado, cuya vida reconstruye un documental publicado ahora por el diario británico The Guardian. "¿La locura de Bradley Manning?" cuenta cómo pasó –presuntamente- información clasificada a la web de Julian Assange y describe la vida de un chaval extremadamente inteligente aunque acomplejado, en parte por su homosexualidad.

¿Cómo pudo acabar destinado en Irak cuando quienes le entrenaban habían advertido repetidamente a los altos mandos del Ejército que era "mentalmente inestable" y habían recomendado que fuera expulsado?, se pregunta The Guardian.

"Quiero que la gente vea la verdad", explica Manning por chat a su confesor cibernético Adrian Lamo, cuando unos años después ya ha tenido acceso a información clasificada destinado en una base cercana a Bagdad.

Keith Rose es un ciberamigo de 'Brad' en la época inmediatamente anterior a que le destinaran desde Boston a la capital iraquí. Cuenta que la primera vez que le vio a él y a su novio Tyler en persona, la pareja estaba bailando "en medio de la pista, extremadamente juntos, de forma exagerada y muy caliente".

"Ya no creo en buenos contra malos, sólo en unos estados actuando por su propio interés", se desengaña Manning cuando supuestamente empieza a descubrir todo lo que después habría revelado a WikiLeaks.

Infancia acomplejada

El pequeño Brad crece rodeado de campos de trigo en una pequeña localidad de 2.000 habitantes llamada Crescent, en Oklahoma.

"Era muy, muy inteligente. En séptimo grado [primero de secundaria] sólo sacaba sobresalientes", recuerda el director de la escuela local, Rick McCombs, en el documental. Cree que se pudo sentir a disgusto en su pueblo natal, porque según él en aquella época probablemente no se habría aceptado fácilmente su homosexualidad.

Su amigo de la infancia, Jordan Davis, cuenta que parecía tener miedo a su padre, "un temor mayor de lo que yo consideraría saludable". También cuenta que le interesaba mucho la política. "Estaba muy preocupado por el futuro del país, porque amaba a Estados Unidos".

Súper informático frustrado

Manning se muda a Haverfordwest (Gales, Reino Unido) en 2002, después del divorcio de sus padres, porque su madre es galesa. Allí es el rey del club de informáticos, un auténtico "friki", tal y como le recuerdan los amigos de aquella época. "Aspiraba a emular a una superpotencia informática tipo Microsoft. Quería ser conocido por sus conocimientos en informática", asegura Tom.

Un buen día decide volver a EEUU. Tiene 17 años y el país norteamericano ya está inmerso en dos guerras: Afganistán e Irak. Consigue trabajos como informático aquí y allá y se las arreglaba durmiendo en su ranchera roja, cuenta el reportaje. Sueña con ir a la universidad, pero acceder al Ejército y obtener una beca de los militares era la única forma para poder permitírselo.

Su antiguo compañero durante la época de preparación militar en Misuri en 2007 recuerda que todos la tomaban con él.

Despreciado y maltratado en el Ejército

Es un soldado pequeño y enclenque. "Era el objetivo de básicamente todo el mundo a quien le caía a mano", rememora este ex soldado desde el anonimato. "[Una vez] tres tíos le acorralaron en una esquina y él estaba gritando (…). Al final le aparté a un lado y se meó encima. Y no fue la única vez que lo hizo".

Los superiores del joven Brad parecen tener claro que "es un riesgo para sí mismo y otros" y que "muestra signos de inestabilidad". Pero las advertencias no sirven de nada.

Hacen falta analistas informáticos para Inteligencia en Irak y le acaban mandando a él. Pero no sin antes pasar por una base militar en Boston, en 2008 y 2009. En la gran metrópoli se siente libre para poder expresar abiertamente su homosexualidad y es allí donde conoce a su novio Tyler. Además, está rodeado de la élite de informáticos de EEUU, que se forma en el MIT (Massachusetts Institute of Techonology).

Cavando su propia tumba

"Estaban almacenados en el servidor central", cuenta Manning por chat a su hacker-confesor tras su paso por Irak. "Era jodidamente vulnerable. Está enviado a WL y Dios sabe qué pasará ahora".

WL naturalmente pueden ser las siglas de WikiLeaks y lo que hace saltar definitivamente todas las alarmas contra este joven soldado entre las autoridades estadounidenses. "Ojalá [se produzcan] debates a nivel mundial y reformas". Eso es lo que espera provocar Manning supuestamente con sus filtraciones, según sus conversaciones con Lamo.

Destinado en la base Hammer, en medio del desierto aunque a tan sólo 35 kilómetros al este de Bagdad, a Manning le va bien los primeros meses. Pero sus superiores consideran que ni siquiera está en forma como para llevar un arma, según The Guardian, y le mandan de vuelta a Boston. Su novio Tyler le había dejado, aunque Brad no lo sabía.

Así se enfrasca cada vez más en sus amigos cibernéticos y se junta con una suerte de asociación de piratas informáticos de Boston. "Parecía extremadamente inteligente", recuerda su primera impresión uno de los miembros de la asociación.

Acceso libre a toda la documentación

Pero le vuelven a enviar a Irak al cabo de pocos días. "Escribías tu contraseña y te sentabas frente al ordenador. No había mucha seguridad", cuenta un ex compañero de Manning en la base iraquí.

"Lo curioso es que transferimos tantos datos a CDs sin marcar… Todo el mundo lo hacía: vídeos, películas, música…", chatea Manning después. "Llevar y traer CDs era y es algo común". Adrian Lamo le habría preguntado, según The Guardian: "Es así como conseguiste los [cerca de 500.000] cables [de la diplomacia estadounidense]?".

Manning le cuenta que utilizaba algún CD en el que pusiera cualquier cosa como por ejemplo "Lady Gaga". Borraba la música y guardaba la información que quisiera. "Nadie sospechaba nada", asegura.Lo que no sabe es que su confidente cibernético, Adrian Lamo, se chivará a la Inteligencia de EEUU sobre las conversaciones que ambos han mantenido.

¿Espía o 'hacktivista'? Sólo Bradley Manning, asegura él en el chat, como un súperhéroe.

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