Eta. Dos acusados niegan haber viajado a vietnam para entrenarse: “cualquier turista puede disparar un bazoka”


Los presuntos miembros de Segi Alberto Marín y Alexander Bustinduy, a los que se acusa de haber colocado en los cajeros de una sucursal bancaria de Bilbao una bomba casera, negaron hoy en la Audiencia Nacional haber viajado a Vietnam para recibir entrenamiento y señalaron que en ese país los hoteles ofertan “excursiones para disparar” y cualquier turista “puede probar bazokas, lanzagranadas o kalashnikovs”.
Marín y Bustinduy, que se sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional junto a Gaizka Astorkizaga, negaron así las tesis de la Fiscalía. El fiscal encargado del caso, Miguel Ángel Carballo, destacó que en la casa de Marín fue incautado un vídeo en el que se le veía junto a otros presuntos miembros de Segi, entre ellos Astorkizaga, quemando una bandera de España y disparando con armas cortas y subfusiles AK47 durante una estancia en Vietnam y Camboya.
Marín explicó en su declaración ante el tribunal de la Audiencia Nacional que en Vietnam los propios hoteles ofertan “excursiones para disparar”. “Nos apuntamos en recepción, fuimos a una zona militarizada y nos ofrecieron una carta de whiskys y otra de armas”, dijo.
El acusado señaló en este sentido que si se hubiese tratado de un entrenamiento terrorista “hubiese sido muy corto” porque era “supercaro, 40 dólares por un tirador”.
BOMBA CASERA
Los tres acusados negaron tajantemente su participación en los hechos en el juicio celebrado por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. El fiscal Carballo solicitó penas de 19 años de cárcel para cada uno de los acusados al atribuirles delitos de pertenencia a banda armada y colocación de artefacto explosivo, ambos con el agravante de disfraz.
El representante del Ministerio Público sostuvo que los tres acusados eran miembros de Segi –la organización ilegal considerada la cantera de ETA- y que decidieron “hacer una acción en homenaje al detenido Alex Acarregui”, etarra y vecino del barrio bilbaíno de Deusto –como los procesados- arrestado en Francia el 25 de febrero de 2009.
Al día siguiente, tras realizar varias compras, confeccionaron un artefacto explosivo compuesto por tres botes de desodorante, otro de laca y un cohete pirotécnico. El fiscal Carballo asegura que, sobre las 23.30 horas, Marín, Bustinduy y Astorkizaga condujeron hasta la Avenida Madariaga y colocaron la bomba casera en los cajeros automáticos situados en el interior de una sucursal bancaria.
El sistema de iniciación, una colilla de un cigarro, no llegó a funcionar y no se produjo la explosión. Según el escrito del fiscal, si se hubiese producido la deflagración, habría llegado a quemar y destruir el habitáculo, afectando a la zona de oficinas interiores, e, incluso, de haber habido o pasado personas habría causado daños letales.
ANUNCIO DE BODA
Marín, que sólo contestó a las preguntas de su abogada, Jone Goiricelaia, negó tajantemente los hechos. El acusado dijo ante el tribunal de la Audiencia Nacional que ni es miembro de Segi ni participó en la colocación del explosivo en el banco de Bilbao. “Yo no tengo nada que ver con Segi, vivo muy apartado de esas cosas”, señaló.
Marín dijo además que la relación sentimental que mantuvo con la presunta etarra Itziar Moreno, en paradero desconocido en la actualidad, terminó en 2005 y que en la actualidad tiene otra pareja con la que tiene la intención de casarse.
Bustinduy, por su parte, también se negó a contestar a las preguntas del fiscal. Ante las preguntas de su abogado, Kepa Landa, el acusado dijo que el coche supuestamente utilizado en el atentado, de su propiedad, estaba en el taller en el momento de los hechos. Explicó en ese sentido que tuvo un accidente el 10 de febrero y que el coche estuvo en peritación hasta primeros de marzo, cuando lo retiró del taller.
Alegó, al igual que sus compañeros de torturas, haber sido sometido a malos tratos por la policía para desdecirse de las declaraciones que prestó tras su arresto, en las que reconoció los hechos.
VIAJES A VENEZUELA
Sobre los dos viajes a Venezuela que realizó y que fueron destacados por el fiscal en su escrito de acusación, Bustinduy explicó que nació en ese país y que todavía tiene la doble nacionalidad. “Fue puro turismo, visitaba a mis familiares”, dijo.
El último de los acusados en declarar, Astorkizaga, también negó tajantemente haber participado en los hechos. Explicó que en el momento en el que se produjeron los hechos estaba trabajando en una pizzería casera del barrio de Deusto, un establecimiento del que no salía hasta las 1.30 horas de la madrugada. El acusado aportó como pruebas el pagaré expedido por la pizzería por los servicios prestados el 25 de febrero de 2009.
Los policías que declararon como testigos en el juicio negaron que se sometiese a malos tratos a los acusados cuando fueron detenidos y aseguraron que sus declaraciones fueron espontáneas y se produjeron con todas las garantías legales.

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